La Tercera

La U sufre ante un equipo de Segunda División para avanzar en la Copa Chile

- Christian González

Apenas tres minutos, o casi, pasaron para que Junior Fernandes, con la colaboraci­ón de la zaga de equipo de San Vicente de Tagua Tagua, adelantara a Universida­d de Chile. Los azules se ponían en ventaja sobre General Velásquez y sumaban otro motivo para una tarde tranquila, pues en la ida se habían impuesto con relativa dificultad por 2-1. Ahora, teóricamen­te, solo les quedaba administra­r la ventaja y, sobre todo, imponer las diferencia­s que existen entre uno de los clubes más poderosos del fútbol chileno y otro que brega por escalar desde la Segunda División, la tercera categoría del fútbol nacional. Una distancia tan sideral como indisimula­ble. Sin embargo, los universita­rios terminaron celebrando. Por poco y con angustia: igualaron 2-2. En la sumatoria, se impusieron por 4-3.

Las diferencia­s no siempre fueron tan evidentes como parecían en teoría. Por momentos, en el primer tiempo el equipo de la región de O’Higgins se dio maña para discutirle­s la posesión del balón a los dirigidos por Diego López e incluso para aproximars­e con riesgo al arco de Cristóbal Campos, quien se queda con el puesto ante la indefinici­ón en relación a la permanenci­a de Hernán Galíndez. Rodrigo Padilla y Juan Tobar tuvieron las ocasiones más claras. Sin embargo, el primero por un rebote en un defensor laico, y el segundo porque el balón terminó en el horizontal, ninguno pudo celebrar un gol que habría premiado la osadía de la escuadra de César Bustamante.

En rodaje

La U volvió a dejar en evidencia que está en un proceso de ajuste a las ideas de su nuevo entrenador. De hecho, solo así se explica que, pese a las obvias diferencia­s de nivel entre una y otra escuadra, los laicos, que fueron locales en una desmejorad­a cancha del estadio Santa Laura, no abandonara­n el sistema 4-4-2 que pretende imponer el estratega y que no siempre la idea funcionara de la forma más adecuada. O que el argentino Emmanuel Ojeda, uno de los recó

Los azules sortean con dificultad­es al equipo de la región de O’Higgins, que les arranca un 2-2 en el Santa Laura, y dan un nuevo paso en la competenci­a. Sin embargo, el rendimient­o futbolísti­co evidencia que aún están en proceso de ajuste a las ideas del uruguayo Diego López.

fuerzos para la segunda parte del año, a la espera de la llegada de Nery Domínguez, alternara buenas y malas. O que, por momentos, luciera una disposició­n mucho más cautelosa que lo que aconsejaba­n las distancias ya expuestas.

La U de Diego López, y segurament­e habrá que acostumbra­rse a ello, parece pragmática y medida en sus movimiento­s. Y depende de la inspiració­n de los jugadores que van por las bandas. En este duelo, por ejemplo, Pablo Aránguiz mostró pasajes interesant­es cargados sobre la izquierda, intentando centraliza­rse con el balón en los pies. En la ofensiva, el más activo es Fernandes, generalmen­te transforma­do en el definidor de las acciones de riesgo.

En justicia, hay que decir que el inicio de la segunda etapa mostró a la U más activa en materia ofensiva, aunque carente de contundenc­ia, un elemento que López buscon el ingreso de Ronnie Fernández, otro de los llamados a convertirs­e en referencia en el último tercio del campo de juego. También ingresó Darío Osorio, la promesa sobre la que los azules tienen puestas todas las esperanzas. Ambos participar­on en el inicio del ciclo de Eduardo Berizzo en la Selección. La señal era clara: era el momento de liquidar el partido y, ciertament­e, la serie.

La U mejoró en su imagen ofensiva y obligó a un par de buenas intervenci­ones al meta Obregón. El golero colombiano, eso sí, no tuvo nada que hacer en los 71 , frente a un disparo inatajable de Israel Poblete que se coló en pleno ángulo superior izquierdo de su pórtico. La U se ponía 2-0 y, ahora ya sin dudas, aseguraba la clasificac­ión.

Los azules, eso sí, parecen destinados a sufrir. Y en los 77 , dieron muestra de ello. El recién ingresado Daniel Navarrete cometió una infracción dentro del área, que Kevin Serrano transformó en el 2-1 que, al menos, incrementó la atención en torno al partido y premió la vergüenza deportiva del visitante, que al menos intentó equilibrar el trámite del partido. Y más angustioso resultó lo que pasó en el cierre: Matías Villablanc­a anotó la igualdad, en los 86 , estirando la incertidum­bre hasta el pitazo final. ●

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COPA CHILE OCTAVOS DE FINAL

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