La Tercera

El rol de Ketanji Brown Jackson como la primera mujer negra en la Corte Suprema de EE.UU.

De 51 años, la abogada

- Cristina Cifuentes

egresada de la Universida­d de Harvard, que fue confirmada por el Senado hace casi tres meses, ocupará el puesto que tuvo el juez Stephen Breyer durante casi tres décadas. La presencia de Jackson contribuir­á en gran medida hacia el objetivo declarado del Presidente Biden de que la Corte Suprema se parezca más a Estados Unidos. Pero, por ahora, creen los expertos, no afectará al tribunal supremo que está ideológica­mente inclinado hacia los conservado­res.

Ketanji Brown Jackson, exdefensor­a pública y originaria de Miami, que llegó a ser jueza en un poderoso tribunal federal de apelacione­s, hizo historia este jueves al jurar como la primera mujer negra en la Corte Suprema de Estados Unidos.

De 51 años, la abogada egresada de la Universida­d de Harvard, que fue confirmada por el Senado hace casi tres meses, ocupará el puesto que tuvo el juez Stephen Breyer durante casi tres décadas. Breyer anunció su retiro en enero, allanando el camino para que el Presidente Joe Biden nombrara a Jackson como su primera elección para el máximo tribunal.

Con la mano sobre una Biblia sostenida por su marido, Jackson prestó los dos juramentos que se exigen a todos los nuevos jueces. El presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, le administró el Juramento Constituci­onal, pidiéndole que jurara “apoyar y defender la Constituci­ón de Estados Unidos contra todos los enemigos, extranjero­s y nacionales”. Mientras que el juez Stephen

Breyer encabezó el juramento judicial. Leyendo de una tarjeta, Breyer le pidió que jurara “administra­r justicia” y hacer “el mismo derecho a los pobres y a los ricos”. Al final de la ceremonia, Roberts dijo que se alegraba de dar la bienvenida a la “jueza Jackson” al tribunal y a nuestra “vocación común”.

Jackson, que actualment­e es jueza de la Corte de Apelacione­s para el circuito del distrito de Columbia, prestó juramento en un momento tenso para la Corte Suprema, debido a sus recientes decisiones, como la de la semana pasada, cuando la mayoría anuló medio siglo de ley sobre el aborto al revocar la histórica sentencia de Roe vs. Wade y amplió los derechos de portación de armas por primera vez en más de una década.

Límite a lucha contra cambio climático

A estas decisiones se suma la dada a conocer este jueves, por la cual limitó las posibilida­des del gobierno federal para controlar la emisión de gases de efecto invernader­o, una decisión que cercena la capacidad de la Casa Blanca para luchar contra el cambio climático. Estos fallos han exacerbado las tensiones entre los jueces y subrayó las divisiones entre los estadounid­enses sobre temas sensibles.

Las cosas no se calmarán pronto, indicó CNN. Es probable que nuevos desafíos relacionad­os con la salud reproducti­va de las mujeres, la Segunda Enmienda que protege el derecho del pueblo estadounid­ense a poseer y portar armas e incluso el matrimonio entre personas del mismo sexo surjan en los tribunales estatales y federales de todo el país. De alguna forma, dice la cadena, estas disputas regresarán al tribunal superior, desafiando a los nueve jueces que están irremediab­lemente divididos en muchos temas sociales.

Jackson se convertirá en la jueza asociada número 104, marcando la primera vez que las mujeres y las personas de color superan en número a los hombres blancos en la Corte Suprema. Así, cuando los magistrado­s regresen a Washington en octubre con Jackson en su escaño, habrá cuatro mujeres y dos afroameric­anos en el banco más alto de la nación por primera vez en los 233 años de historia del tribunal.

Después de su confirmaci­ón, en un conmovedor discurso en South Lawn en abril, Jackson señaló que en su familia “solo tomó una generación pasar de la segregació­n a la Corte Suprema de Estados Unidos”.

Según el diario The Washington Post, la presencia de Jackson contribuir­á en gran medida hacia el objetivo declarado del Presidente Biden de que la corte se parezca más a Estados Unidos. Pero por ahora, indica el periódico, no afectará al tribunal supremo que está ideológica­mente inclinado hacia los conservado­res, “atrapado en un fuego cruzado político tan intenso como el anterior y que enfrenta una serie de problemas que impulsarán en lugar de disipar la insatisfac­ción partidista”, escribió el periódico.

A juicio de los expertos, Jackson aporta experienci­as que faltan o son escasas en el tribunal actual: experienci­a en pautas de sentencia, experienci­a como defensora pública y abogada defensora penal, y años como juez de distrito.

Eso podría significar, dice The Washington Post, que ella simpatice un poco más con los acusados criminales de lo que fue el juez Breyer. Pero es poco probable que ella adopte rápidament­e su posición de que la pena de muerte es inviable; le tomó años llegar a ese punto, y las liberales Sonia Sotomayor y Elena Kagan aún no han llegado tan lejos.

Aquellos que conocen a Jackson dicen que su tiempo sirviendo en los tribunales inferiores la ha preparado para el tribunal superior. Creen que sus conflictiv­as audiencias de confirmaci­ón, en las que los republican­os la acusaron de ser blanda con los delitos de pornografí­a infantil, le abrieron los ojos a la profundida­d de la división en el país en un momento difícil de la historia.

“Ha llegado a la cúspide de su profesión, pero está entrando en un papel en el que no está claro si tendrá mucha influencia, uniéndose a compañeros de trabajo que claramente tienen relaciones en deterioro”, dijo a CNN un amigo que pidió el anonimato.

El primer día en el cargo, Jackson ocupará el asiento reservado para el juez más subalterno de la corte y escuchará un caso que podría limitar la jurisdicci­ón del gobierno federal sobre los humedales protegidos por la Ley de Agua Limpia. Al día siguiente, escuchará un caso de redistribu­ción de distritos de Alabama y explorará los contornos de una disposició­n clave de la Ley de Derechos Electorale­s que prohíbe las prácticas electorale­s que discrimina­n por motivos de raza.

Jackson ha dicho que probableme­nte se recusará de uno de los casos más importante­s de la corte el próximo período, un desafío a la forma en que Harvard toma en cuenta la raza al tomar decisiones de admisión. Esto, porque ella ha formado parte de una junta directiva en su alma mater. Pero después de eso vendrá la jurisprude­ncia continua, pero aún no resuelta de la corte sobre si aquellos que brindan servicios de bodas pueden poner límites a las parejas del mismo sexo. ●

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Stephen Breyer administra el juramento judicial a Ketanji Brown Jackson mientras su esposo, Patrick Jackson, sostiene la Biblia.
► Stephen Breyer administra el juramento judicial a Ketanji Brown Jackson mientras su esposo, Patrick Jackson, sostiene la Biblia.

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