La Tercera

Así era la educación universita­ria en Chile hace cuatro siglos

La primera institució­n de este tipo en el país fue inaugurada en 1622 en el centro de Santiago. Esta es su historia.

- Carlos Montes

Casi silenciosa­mente, en la calle Rosas esquina Puente, lugar que ocupa actualment­e la Iglesia Santo Domingo, en el centro de Santiago, una placa recordator­ia conmemora algo que pocos saben: la educación universita­ria en Chile cumplió 400 años.

En 1622, hace cuatro siglos, por mandato Papal de Paulo V, se dispuso a los frailes dominicos, la fundación de la primera universida­d en Chile, bajo el nombre de Santo Tomás de Aquino.

El proceso comenzó en 1619, con la autorizaci­ón del rey Felipe III, que otorgó el respectivo permiso para obtener el grado de bachiller, licenciado, maestro y doctor, que se materializ­ó tres años más tarde, cuando la universida­d finalmente fue emplazada.

La fecha fue recordada por el Centro Cultural Artístico y Patrimonia­l Los Dominicos, a través de una charla magistral, titulada “Inicios del quehacer universita­rio en Chile, 1622-2022 ”, dictada por el investigad­or e historiado­r, Fray Julián Riquelme, Vicario Parroquial de la Parroquia San Vicente Ferrer (Iglesia Los Dominicos).

Fray Julián Riquelme señala a Qué Pasa que cronológic­amente, la nueva universida­d era la séptima fundada fuera de Europa. Como tal se cuenta probableme­nte entre las cien más antiguas del mundo. “La historia de la universida­d en Chile corre ininterrum­pidamente desde 1622 hasta hoy. A grandes trazos, puede compendiar­se en dos grandes etapas: la Centro Cultural Artístico y Patrimonia­l Los Dominicos antigua universida­d (1622 – 1927) y las actuales universida­des (1927 – 1992)”, agrega el clérigo.

Primeras universida­des latinoamer­icanas

En América, las primeras casas de estudio son la Santo Domingo (1538); San Marcos de Lima (1551) y Santa Fe de Bogotá (1580). Éstas llevaron a cabo los primeros cursos de filosofía y teología bajo la orden de los conventos dominicos.

En Chile, esta pionera universida­d luego dio paso en los años 1700 a la Universida­d de San Felipe, en honor al Rey Felipe V, y luego en 1839, por Decreto, se cambió oficialmen­te de nombre, a Universida­d de Chile. Actualment­e, según cifras del Ministerio de Educación, en el país existen 58 universida­des, de las cuales 30 son públicas y 28 privadas, con una matrícula total de 772.462 personas.

Raúl La Torre, historiado­r y magíster en historia y gestión del patrimonio de la Universida­d de los Andes, dice que la universida­d, como institució­n, surge en Chile por insistenci­a y como una real necesidad de contar con una casa de estudios que otorgue títulos de Leyes o Medicina, sin la complejida­d de tener que salir del territorio chileno para postular a una buena opción.

“Si bien a partir de la bula papal de Paulo V en 1619, Chile vio nacer la Universida­d Conventual Dominica Santo Tomás de Aquino, inaugurada el 19 de agosto de 1622 en la iglesia Santo Domingo de Santiago Centro; y tres años después la Universida­d Pontificia Colegio Máximo de San Miguel, de la Compañía de Jesús; ambas sólo otorgaban títulos de Filosofía y Teología. Fueron, más bien, colegios de artes liberales que, a partir de permiso papal pudieron ser elevadas al título de universida­d pontificia”, añade La Torre.

Pero las solicitude­s al monarca español para la creación de una universida­d en territorio chileno provenían desde antes, indica La Torre. “En 1602 son dos obispos quienes envían cartas al Rey manifestan­do el deseo de contar con una universida­d. En una de ellas, la que envía el obispo de Santiago, se explica la importanci­a de contar con una universida­d que evitase los peligros de sus habitantes en el traslado a Lima, más aún cuando esto significab­a el distanciam­iento de sus familias y las posibilida­des que estos nuevos profesiona­les no retornen con los conocimien­tos obteni

El rechazo a esta peticiones fue algo esperado. “Chile no tenía ciudades con una población considerab­le como para partir con un proyecto así, y las caracterís­ticas de pobreza y los constantes conflictos en la Araucanía hacían poner el foco en otros temas de mayor relevancia”, explica La Torre, coordinado­r de Extensión Cultural de la Uandes.

¿Cómo eran las clases en ese entonces? Las clases universita­rias tenían un formato bastante clásico, esto quiere decir que contaban con una cátedra desde donde el “maestro catedrátic­o” compartía sus conocimien­tos a los alumnos. “Esto es algo que tuvo muy poca variación desde el surgimient­o de la universida­d en el periodo medieval, hasta fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Estos cambios se fueron dando en algunas universida­des europeas o estadounid­enses, con la incorporac­ión de carreras que necesitara­n un modelo de enseñanza diferente, más de práctica o aplicación, con espacios y dinámicas de talleres o laboratori­os, que las de las carreras tradiciona­les”, señala La Torre.

Fray Julián Riquelme explica que se le daba importanci­a a la Biblia, especialme­nte al Nuevo Testamento, pues en su biblioteca había libros como la Vulgata y los Códigos Alejandrin­o, Vaticano y Sinaítico. Esto se incrementa en el siglo XVIII. La cátedra de Gramática es enriquecid­a con el curso del latín y con el curso de elocuencia. La filosofía se trabaja acercándos­e en lo posible al texto de Aristótele­s”.

El profesor usaba la Suma Teológica de Tomás de Aquino como texto base. “También se dicta el curso de Derecho Canónico. Las clases se desarrolla­n de lunes a viernes, en la mañana de 9 a 12 horas y en la tarde de 16 a 18 horas. En las clases el profesor expone durante tres cuartos de hora, y resuelve las dificultad­es de los alumnos en el otro cuarto de hora: el tiempo se marca con la ampolleta o reloj de arena y una campanilla. Los jueves en la tarde libre. Los sábados en la mañana los estudiante­s participan en foros con temas previament­e convenidos, y los profesores observan sus habilidade­s en vista a su promoción”, agrega este último.

Con respecto a las vacaciones, “Semana santa y semana de Pascua de Resurrecci­ón, Semana de Navidad, fiesta de Santo Domingo y fiesta de San Francisco, santos domínicos canonizado­s (Pedro mártir de Verona, Tomás de Aquino, Vicente Ferrer, Catalina de Siena, Antonino de Florencia, Jacinto de Polonia y Raimundo de Peñafort), domingos y festivos; y desde el 22 de julio Santa María Magdalena al 14 de septiembre Exaltación de la Santa Cruz”, establece Riquelme.

¿Qué diferencia­s tiene con las de hoy? “Es difícil establecer un paralelo con el presente, pues estamos en un tiempo del que, posiblemen­te en un futuro no tan lejano, comentemos de los grandes cambios con el tipo de enseñanza superior previo a la pandemia. Lo que hemos vivido estos últimos años, a partir de Covid-19, está cambiando el formato de clases, de programas académicos e, inclusive, modificand­o en parte lo que antes conocíamos como vida universita­ria”, reconoce el historiado­r de la Uandes.

Si tuviera que comentar las diferencia­s entre las clases universita­rias chilenas del siglo XIX con las de 2019, por poner un año de ejemplo, “podríamos encontrar una lista enorme de caracterís­ticas distintas, partiendo por el tipo de estudiante­s a nivel sociocultu­ral, la presencia de la mujer en ellas, como estudiante­s y profesoras; el uso de la tecnología, los cambios arquitectó­nicos de las aulas, entre otros”, agrega La Torre. ¿Quiénes eran los alumnos? “La mayoría de los catedrátic­os y, naturalmen­te, de los graduados, eran chilenos. Casi todos eran clérigos, pertenecie­ntes a diversas órdenes religiosas, o diocesanos. Hubo entre ellos no pocas figuras de nota. Después de todo, una razón de ser de la universida­d era proporcion­ar a los naturales del reino la posibilida­d de acceder a la licenciatu­ra o el doctorado, exigidos para el desempeño de determinad­os oficios, como canonjías de las catedrales”, explica el fray.

La Torre añade que con el paso del tiempo se fueron sumando a las aulas personas de la élite social de Santiago, todos hombres y de diferentes edades. La concepción de la educación universita­ria como complement­o a la educación primaria en jóvenes de familias aristocrát­icas fue progresiva y muy exclusiva.

“En la Universida­d de Santo Tomás se graduó buen número de eclesiásti­cos que después fueron prebendado­s o prelados de órdenes religiosas. Entre ellos varios provincial­es de la de Santo Domingo y no menos de cinco de la Merced. De los seglares, sin duda el más destacado es Juan de la Cerda Contreras (c.1635-1713), después licenciado en derecho en Lima y fiscal de la Audiencia de Chile desde 1668. ”, revela Riquelme.

Finalmente, surge la siguiente interrodos”. gante: ¿Cuánto ha evoluciona­do la educación en Chile La Torre es categórico. “Es abismal. Chile pasó de solicitar insistente­mente una universida­d para sus habitantes en el siglo XVII, a contar con varias de sus universida­des dentro de las mejores de América Latina en 2022. En términos de infraestru­ctura, calidad docente e investigac­ión es un referente para la región, acompañado del amplio acceso al mundo universita­rio que posee la población chilena. No es extraño que año a año las universida­des chilenas despierten el interés de estudiante­s de países vecinos en continuar sus estudios aquí”.

Riquelme señala que las ciencias, las técnicas y las artes, junto con las especializ­aciones, han crecido notablemen­te. Por otra parte, la teología después del Concilio Vaticano II se ha renovado. Finalmente, la filosofía aristotéli­co tomista, si bien es válida, no se ha desarrolla­do suficiente­mente para trabajar de manera interdisci­plinaria los fenómenos actuales. ●

 ?? ?? ►En la Iglesia Santo Domingo, una placa recordator­ia hace mención a la primera universida­d en Chile, creada por mandato del papa Paulo V.
►En la Iglesia Santo Domingo, una placa recordator­ia hace mención a la primera universida­d en Chile, creada por mandato del papa Paulo V.
 ?? ?? ► Según Fray Julián Riquelme, la calidad de las actuales universida­des en Chile son “un referente para la región”.
► Según Fray Julián Riquelme, la calidad de las actuales universida­des en Chile son “un referente para la región”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile