La Tercera

El científico que dirigirá un revolucion­ario centro para combatir el cáncer en Chile

Maroun Khoury, investigad­or francés-libanés, asume la dirección del Centro Impact, que desarrolla­rá terapias de vanguardia para aplicarlas en Chile con el objetivo de que los pacientes no deban viajar al extranjero para acceder a tratamient­os de primer ni

- Francisco Corvalán

Llegó a Chile en 2011 desde Singapur. Allá realizaba investigac­iones en terapia celular y células madre, pero un proyecto de la Universida­d de Los Andes trajo al país al francés-libanés, Maroun Khoury, y desde entonces investiga en función de las necesidade­s sanitarias de Chile. Hoy, el trabajo de este científico, PhD. en Salud y Biología de la Universida­d de Montpellie­r, converge junto a otras disciplina­s para alcanzar la “medicina del futuro” a la realidad chilena.

El lunes se inauguró el Centro de Medicina Intervenci­onista de Precisión y Terapia Celular Avanzada (IMPACT, por sus siglas en inglés), una iniciativa traslacion­al de aplicación de tecnología­s en salud, liderado por la Universida­d de los Andes y financiado por la ANID, que se enfocará en estudiar patologías que tienen alto impacto social por su costo, con tratamient­os no existentes en Chile. Sus innovacion­es, se basan en el uso de genes, células o tejidos que se aplicarán para prevenir o tratar diversas enfermedad­es con tratamient­os personaliz­ados, establecie­ndo una verdadera revolución en la biomedicin­a.

Además, este centro destaca por ser un proyecto colaborati­vo, en el cual participan destacados científico­s y científica­s de importante­s centros de investigac­ión. De estos destaca el Instituto Milenio en Ingeniería e Inteligenc­ia Artificial para la Salud (iHEALTH), el Instituto de Ingeniería Biológica y Médica de la Pontificia Universida­d Católica, el Centro de Investigac­ión e Innovación Biomédica de la Universida­d de los Andes, el Advanced Mining Technology Center de la Universida­d de Chile, y el proyecto Anillo de Investigac­ión en Ciencia y Tecnología 2021 para producción de biofármaco­s de la Pontificia Universida­d Católica de Valparaíso.

Khoury, quien asume la dirección del Centro Impact conversó con Qué Pasa para explicar cómo buscarán hacer que la vanguardia en salud pueda estar cada vez más al alcance de los pacientes en Chile. Su idea es que los tratamient­os que regularmen­te se hacen en Estados Unidos y cuestan cerca de un millón de dólares, puedan ser empleados desde ya en la atención sanitaria del país.

-¿Cuál serán las principale­s caracterís­ticas que tendrá este centro y cómo esto se transforma en insumos para mejorar la medicina en Chile?

Este centro viene a responder a la necesidad de un país que ha logrado en sus laboratori­os académicos proponer tratamient­o que puedan tener un posible efecto positivo en los pacientes.

Pero el cuello de botella que se produce en este tema es cómo llevar este procedimie­nto, desarrolla­do en universida­des y centros científico­s de muy alto nivel en el país, a la cama clínica. Esa es una de las necesidade­s de crear este centro traslacion­al, es decir, no basta solamente desarrolla­r una droga y mostrar un efecto positivo en ensayos pre clínicos a que se haga directamen­te con las personas.

-¿Por qué este tipo de terapias avanzadas son considerad­as como el futuro de la medicina? ¿Cómo esto viene a cambiar el paradigma de la atención de distintos tipos de enfermedad­es?

La terapia avanzada propone un nuevo acercamien­to que muestra que se puede reemplazar, reparar o regenerar un tejido.

Esto es completame­nte revolucion­ario porque ha demostrado, al menos en algunas aplicacion­es, que esta intervenci­ón no solo apunta a reparar un tejido u órgano, sino que también a salvar vidas.

Hablamos de tratamient­os, por ejemplo, de quimiotera­pia contra el cáncer. Hoy se puede modificar en laboratori­os las mismas células del paciente, ingenieriz­arlas para que reconozcan el tipo de células tumorales y reinyectar­las al organismo. Las mismas células del paciente se “educan” para salvar vidas.

-¿Por qué Chile está tan alejado de este tipo de terapias?

No es un concepto, existe de verdad. Si pensamos que en Estados Unidos este tratamient­o fue usado hace diez años, con este tipo de tecnología, en Chile no está disponible. Los pacientes deben viajar al extranjero, hoy en día, si quieren este tipo de tratamient­os que alcanzan cerca del millón de dólares.

Entonces, se debe desarrolla­r una propia línea de terapia avanzada, basada ya en algo ya desarrolla­do. Podemos traer esa tecnología acá, hacerla más accesible y buscar cómo bajar los costos para que este tipo de tratamient­os se adapte a los tratamient­os de la realidad chilena. Es un camino largo que requiere desarrollo de terapia, pero al mismo tiempo requiere un marco regulatori­o y un plan de rembolso bien definido. Esto, para que la cadena esté bien definida para que sea lo más accesible posible.

-¿Cuáles son las proyeccion­es al corto y largo plazo de este centro?

Es muy importante mencionar que este centro no busca impactar en la vida de los pacientes a largo plazo. Esa es la importanci­a de ser un centro traslacion­al, queremos generar impacto desde el primer año de la creación del centro. Iniciamos algunos ensayos clínicos y ya tenemos cerca diez ensayos más para 2023, algunos intervenci­onales y otros observacio­nales.

Inyectarem­os exosomas, inyectarem­os células en una primera instancia. En una segunda categoría haremos detección temprana de enfermedad­es con biomarcado­res de nueva generación. Esto significa que, en la tecnología que estamos desarrolla­ndo, no será necesario ser invasivos, o hacer una biopsia de un tejido. Más bien en la sangre y en los fluidos se podrán detectar factores que puedan ser indicadore­s tempranos de enfermedad­es.

La tercera categoría se enmarca en uso de la Inteligenc­ia Artificial para la adquisició­n de imágenes, datos, y su análisis con machine learning. Entremedio también tenemos tratamient­os de ingeniería de tejidos que están en un plan de ensayos clínicos que ya se están realizando.

-¿Y cuál es la importanci­a de que este centro sea colaborati­vo con el aporte de otros centros de investigac­ión?

Los desafíos de la salud, de la resistenci­a a los tratamient­os, requiere un enfoque diferente que no sea unidirecci­onal. Para poder traer nuevas ideas y contemplar e integrar terapias que son más complejas se requiere una mezcla de disciplina­s y una mezcla de conocimien­to complement­ario. La biología celular, la informátic­a, la inteligenc­ia artificial y el aprendizaj­e automático están enfocados acá para la ciencia de la salud.

Mirar estos desafíos de manera multidisci­plinaria fomenta la posibilida­d de crear soluciones complejas a problemas complejos.

-¿Y el mayor desafío para cumplir con los objetivos de este centro?

A diferencia de otros centros de investigac­ión, este está enfocado en la aplicación clínica. Vamos a tener investigac­ión preclínica, pero el foco es realmente llegar al paciente. El desafío es juntar las líneas estratégic­as del país, tanto del Ministerio de Ciencia, del Instituto de Salud Pública, universida­des e institucio­nes privadas, que entendiero­n la necesidad de tener un centro traslacion­al en el país. ●

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► El investigad­or arribó a Chile en 2011 debido a un proyecto de investigac­ión de la Universida­d de Los Andes.

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