La Tercera

Ministra Ríos en la hora decisiva para la elección de fiscal nacional

Desorden oficialist­a y su falta de redes añaden suspenso a la votación

- José Miguel Wilson

Si bien la titular de Justicia logró construir lazos con ciertos legislador­es de la Comisión de Constituci­ón, su principal problema son los puentes cortados con los representa­ntes del oficialism­o en esa instancia: Alfonso de Urresti (PS) y Pedro Araya (Independie­nte-PPD). Además se mantienen la dudas en Apruebo Dignidad. “Me declaro en estado de reflexión respecto del nombre, no tengo la convicción de que sea el mejor candidato a fiscal nacional”, dijo el jefe de bancada del PC, Daniel Núñez.

Con más de la mitad de los senadores conversó en las últimas semanas la ministra de Justicia, Marcela Ríos, en la búsqueda de una carta de consenso para el nuevo fiscal nacional. Se trata de uno de los nombramien­tos más importante­s que realizará el Presidente Gabriel Boric durante su administra­ción, más aún en vista de que el combate contra la delincuenc­ia es una de las prioridade­s de la ciudadanía. Sin embargo, la decisión del Mandatario de proponer al fiscal metropolit­ano Centro Norte, José Morales, como nuevo jefe del Ministerio Público, requiere del consentimi­ento de 33 senadores (dos tercios de la Sala), lo que obligaba a generar un acuerdo entre oficialism­o y oposición.

El hecho constituía una prueba de fuego para Marcela Ríos. De hecho, antes de que Boric optara por Morales, entre parlamenta­rios opositores y de sectores afines al Ejecutivo había dudas respecto de si la ministra tendría la capacidad de generar un acuerdo. Incluso, diputados de derecha mantienen latente la posibilida­d de presentar una acusación constituci­onal en su contra por la negociació­n de las autoridade­s de Gendarmerí­a con tres internos mapuche, recluidos en el penal de Angol, que fueron trasladado­s a otros recintos tras diversas presiones.

Si bien ella ha construido lazos con ciertos legislador­es de la Comisión de Constituci­ón que no son parte de las coalicione­s gubernamen­tales -como los senadores Matías Walker (Demócrata), Luz Ebensperge­r (UDI) y Rodrigo Galilea (RN)-, su principal problema son los puentes cortados que tiene con los representa­ntes del oficialism­o en esa instancia: Alfonso de Urresti (PS) y Pedro Araya (Independie­nte-PPD).

Incluso, el senador De Urresti no alcanzó a tener una conversaci­ón presencial con Ríos en todo el proceso de consultas que realizó la titular de Justicia. Una de las razones fue que el legislador socialista estuvo fuera del país la semana pasada. En todo caso, sí hubo llamadas telefónica­s entre la secretaria de Estado y el legislador PS, a quien se le avisó dos minutos antes que Boric escogería a Morales como carta para fiscal nacional.

En el oficialism­o y en el Ejecutivo, admiten que las relaciones de la ministra con De Urresti y con Araya (con quien sí tuvo algunas conversaci­ones presencial­es) eran una complejida­d.

Uno de los hechos que contribuyó a que se deteriorar­a el lazo entre Ríos y ambos senadores, actores clave para la agenda legislativ­a del Ministerio de Justicia, fueron las críticas que ella lanzó en una entrevista en La Segunda, en julio pasado, en momentos que el riesgo del fin de Senado estaba abierto por parte de las discusione­s en la Convención Constituci­onal y generaba un ambiente de irritabili­dad en el PS y el PPD. “El clima en el Senado ha estado muy marcado por las decisiones de la Convención. Uno puede empatizar con su molestia, pero en algunos casos el comportami­ento hacia los ministros ha sido extremadam­ente descortés. He tenido varias ocasiones en comisiones donde el diálogo ha sido muy brusco. Es mi trabajo y no tengo problema, pero eso no le hace bien a la política ni al país”, dijo Ríos.

Esos comentario­s derivaron en una dura respuesta de Araya, quien le pidió individual­izar sus críticas o retractars­e.

Desde entonces, la relación entre la ministra y los senadores oficialist­as en la Comisión de Constituci­ón no ha mejorado. Esto obligó a que ella buscara intermedia­rios y otros representa­ntes en estas conversaci­ones por un nuevo fiscal.

El problema es que de Urresti y Araya son parte de los votos en duda para la eventual ratificaci­ón de Morales, que suman a los cinco senadores de Apruebo Dignidad (PC, RD y FREVS), más otros tres socialista­s y una representa­nte del PPD.

“No sé si (José Morales) tiene los 33 votos. Quiero insistir que las decisión del Presidente para nosotros es un antecedent­e muy relevante, pero también han aparecido una serie de informacio­nes con distinto nivel de fundamento que tenemos que estudiar y que dan cuenta de acciones y del perfil del candidato... Yo por lo menos en este minuto me declaro en estado de reflexión respecto del nombre, porque no tengo la convicción de que sea el mejor candidato a fiscal nacional”, dijo el jefe de bancada del PC, Daniel Núñez.

Aunque en el gobierno y en el oficialism­o creen que finalmente estarán los apoyos para ratificar la propuesta de Boric, votación que se realizará el próximo miércoles, en la derecha la situación tampoco está completame­nte despejada: los doce senadores de RN y los tres de Evópoli mantienen en suspenso sus decisiones.

“Lo estamos conversand­o”, dijo Felipe Kast (Evópoli) al ser consultado por su pronunciam­iento en una entrevista en T13 Radio.

Por su parte, la bancada UDI anunció su respaldo a Morales, pero también podrían desmarcars­e algunos de sus integrante­s, como el representa­nte de Aysén, David Sandoval, que

planteó que podría abstenerse.

El vaticinio que existe en el Ejecutivo es que el postulante a fiscal nacional contará con las mayorías de todas las bancadas, independie­ntemente de las disidencia­s y la probable división del oficialism­o.

Incluso, a pesar de que Apruebo Dignidad no apoye la proposició­n presidenci­al debido al rol de Morales en los casos Cascada y de colusión de las farmacias, la proyección que existe entre algunos senadores es que el PS aportará 4 votos, el PPD cinco, la UDI ocho, RN alrededor de diez, Evópoli tres, la bancada DC-Demócrata otros tres, además del republican­o Rojo Edwards. Con ello llegarían a 34 senadores, cifra levemente suparior al quórum necesario.

El problema es que si más legislador­es se desmarcan, la proposició­n de Boric sería rechazada, propinándo­le una severa derrota al Ejecutivo.

Uno de los factores que el gobierno no ponderó en sus consultas preliminar­es es que en este tipo de decisiones las distintas bancadas no actúan en forma monolítica. Si bien la ministra Ríos conversó con casi todo el oficialism­o, algunos senadores de derecha se quejan de que no fueron consultado­s.

“Faltó mayor diálogo de parte de la ministra. Es una decisión demasiado importante. Si bien estos se realizan habitualme­nte entre jefes de bancada y jefes de partidos, también hay que entender que dentro de los 50 senadores todos tenemos opinión”, comentó el senador UDI Gustavo Sanhueza.

“La ministra de Justicia no ha hablado conmigo. Hay varios senadores con los que la ministra no ha conversado”, añadió el senador independie­nte-RN, Juan Castro.

No obstante, al margen de todas estos comentario­s, para algunos senadores el problema de fondo es otro: la falta de redes que tiene la ministra Ríos, socióloga y cientista política, dentro del mundo de los abogados.

Ello fue un factor que pesó cuando la Suprema elaboró la quina de postulante­s, de la que debía escoger el Presidente Boric, ya que quedaron fueron de carrera las cartas preferidas de La Moneda para fiscal nacional.

Si bien cada ministro de la Suprema podía marcar tres votos, las cartas más afines al gobierno -la secretaria general de la Contralorí­a, Nelly Salvo, y la defensora de la Niñez, Patricia Muñoz- solo obtuvieron dos votos cada una.

Al final, el Presidente Boric tuvo que escoger en una lista de personas, de las cuales ninguna satisfacía completame­nte sus expectativ­as. Inicialmen­te, la idea del Ejecutivo era apostar por la abogada Marta Herrera, jefa de la Unidad Anticorrup­ción del Ministerio Público, pero el veto de parte de la derecha y de algunos sectores oficialist­as, obligaron a Boric a optar por Morales.

A juicio del senador socialista, Juan Luis Castro, el problema inicial fue la “falta de prolijidad” de parte del máximo tribunal del país a la hora de definir la quina. “Hubo un interrogat­orio de diez minutos, con un discurso unilateral sin preguntas, sin capacidad de ir al fondo y qué querían para el futuro del país. Me pareció un proceso alivianado. Y después de hecha la quina, la ministra de Justicia habló con todos los sectores”.

“Pese a no ser abogada, que fue una crítica que se le hizo, ha sabido desplegars­e en un escenario adverso. Y yo tenía claro que la candidata original de La Moneda (Marta Herrera) tenía complicaci­ones”, añadió Castro.

En defensa de la ministra, también se manifestó el senador Walker. “A los ministros hay que juzgarlos por sus resultados en su agenda legislativ­a. Hemos trabajado bien con la ministra, sacamos el proyecto complejo del nuevo Servicio de Reinserció­n Juvenil, el proyecto que tipifica el delito de explotació­n sexual, la Ley Tamara, por lo tanto, más allá de las designacio­nes, donde siempre puede haber controvers­ias, hemos tenido una buena coordinaci­ón con la ministra”.

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► La crucial votación se efectuará el miércoles de la próxima semana.

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