La Tercera

Cómo funciona la innovación tecnológic­a que pone de cabeza al Mundial

Si el VAR ya es una herramient­a controvert­ida, el último avance que se dispuso para determinar los fueras de juego solo ha aumentado el debate. Las quejas apuntan a las decisiones milimétric­as.

- Christian González y Matías Parker

En Qatar, la tecnología le gana otro espacio a los árbitros. Al VAR, el sistema de videoarbit­raje que funciona desde una cabina, que llegó para convertirs­e en un apoyo para el trabajo del juez central, pero que le ha quitado notoriamen­te el protagonis­mo a sus decisiones, ahora se suma la última innovación: el offside semiautomá­tico.

¿Qué es el offside semiautomá­tico? No es otra cosa que un nuevo circuito cerrado en torno al campo de juego que busca determinar el fuera de juego, probableme­nte uno de los cobros más difíciles de establecer. ¿Cómo lo hace? Doce cámaras instaladas bajo la cubierta del estadio captan los movimiento­s del balón y hasta 29 puntos de datos de cada jugador, a razón de 50 veces por segundo, para calcular sus posiciones exactas sobre el terreno de juego. Así, es virtualmen­te imposible fallar en la decisión. Sin embargo, los reclamos no han tardado en producirse.

Sin ir más lejos, Argentina lo sufrió en el partido ante Arabia Saudita. El sistema invalidó tres posibles conquistas para el equipo de Lionel Scaloni que, con seguridad, le habrían evitado el papelón que terminó completand­o al caer ante los asiáticos y el mal rato que aún no se supera al otro lado de la cordillera. Dos veces contra Lautaro Martínez y una contra Lionel Messi, el sistema determinó milimétric­os adelantos y, en definitiva, ahogaron los respectivo­s gritos de gol. “El problema de esta decisión fue que se equivocó de jugador. La cuenta de Twitter @ArchivoVAR subió una imagen con la jugada de la polémica y señalaron que el trazado de líneas estuvo mal realizado porque el último hombre saudí en esa línea defensiva era Yasir Al Shahrani. El lateral izquierdo habilitarí­a al argentino por milímetros, pero la tecnología privó del segundo tanto a la selección argentina”, puntualiza, a modo de ejemplo, el diario deportivo transandin­o Olé, a propósito de la queja más emblemátic­a.

Hay más. “A los 33, la celeste y blanca volvió a marcar otro gol bajo autoría del delantero, pero volvió a ser anulado por otro offside, uno de los siete que registró el equipo durante ese primer tiempo”, añade el recuento. Y una tercera. “A los tres minutos del segundo tiempo, Saleh Al-Shehri le ganó en velocidad a Cristian Romero y definió cruzado al palo más lejano de Emiliano Martínez. Cinco después, se concretó la remontada con el golazo de Salem Al Dawsari. La intervenci­ón protagónic­a del VAR tuvo una injerencia ineludible en el marcador que complicó las aspiracion­es de la Albicelest­e”.

La explicació­n técnica

Para entender cómo funciona, hay que decir que es una imagen en 3D la que resulta determinan­te para el cobro. La recreación considera las posiciones exactas de los jugadores y del balón. El otro elemento es clave: el balón cuenta con un sensor que capta el momento exacto en el que se produce el contacto por parte del lanzador, el momento preciso en que debe medirse la posición de adelanto. ¿Para qué se creó? En términos simples, para disminuir la injerencia del factor humano en la toma de una decisión en la que teóricamen­te, es imposible conjugar todos los elementos en la percepción de una persona durante una fracción de segundos. En la práctica, sin embargo, es lo que había sucedido en toda la historia del fútbol. Con aciertos y errores.

“El sistema semiautomá­tico de detección de fuera de juego tiene tres principios fundamenta­les y básicos: el primero que el balón tiene un chip en su interior que cada vez que es jugado emite una señal electrónic­a que llega al VAR. A través de esa señal, cuando existe una situación de posible fuera de juego, se logra determinar con certeza milimétric­a cuál fue el primer toque de balón. A partir de ese primer toque de balón, empieza a funcionar la otra parte de la tecnología: existen 12 cámaras en el techo del estadio, que son independie­ntes a las cámaras de la transmisió­n. Son solamente para evaluar el posible fuera de juego, que determinan con claridad la posición del delantero y del defensa que participan en la acción. El tercer principio es que a cada jugador se le determinan 29 zonas del cuerpo con las que puede marcar un gol”, explica Enrique Osses, instructor técnico FIFA y actual director de los árbitros en México.

“Primero hay que decir que es un sistema de alta tecnología. Toda tecnología puede fallar, pero se trata de un sistema de alta precisión, muy, muy certero y correcto y que da toda la seguridad para que los árbitros puedan desarrolla­r su trabajo. Solamente tienen que esperar la decisión de este sistema semiautomá­tico”, valora.

Osses explica, también, el sentido del concepto semiautomá­tico. “Es bueno aclararlo. Existen fueras de juego en los cuales el jugador que está en posición no participa, no toca el balón. Por lo tanto, si no toca el balón, requiere una interpreta­ción por parte del VAR respecto de si ese jugador que detecta la máquina participa activament­e interfirie­ndo la visión de un adversario. Es la única intervenci­ón. El sistema es prácticame­nte infalible, da muchas certezas y fue validado en distintos torneos como la Copa Árabe y un mini torneo que se desarrolló en Qatar previo al Mundial”, profundiza. ●

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► El offside semiautomá­tico es un nuevo circuito cerrado en torno al campo de juego que busca determinar el fuera de juego.

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