La Tercera

Recuperaci­ón económica de China sufre revés por brote récord de Covid a medida que se extienden los bloqueos en el país

Los economista­s ven las restriccio­nes pandémicas como un freno al crecimient­o en la segunda economía más grande del mundo.

- Jason Douglas/The Wall Street Journal

Los bloqueos generaliza­dos impuestos en toda China al tiempo que las autoridade­s luchan esta semana por contener el mayor brote de Covid-19 del país amenazan con crear nuevamente incertidum­bre en las cadenas de suministro globales y empañar las perspectiv­as de crecimient­o económico mundial.

La batalla de Beijing para contener el virus, que incluye fuertes restriccio­nes en la vida cotidiana y el comercio en diversas ciudades, desde la principal área portuaria de Tianjin en el norte hasta Guangzhou en el sur, se produce cuando las economías en otros lugares pierden velocidad a medida que los bancos centrales elevan las tasas de interés para hacer retroceder la inflación.

Las medidas de mano dura que han sido ampliament­e aplicadas envían una fuerte señal de que el país y sus líderes no están listos para una reapertura sostenida, casi tres años después del comienzo de la pandemia y mucho después de que otras economías importante­s hayan desmantela­do casi todos los controles del Covid.

La continua estrategia de tolerancia cero de Beijing hacia el Covid probableme­nte signifique que el mundo no puede confiar en que China sea una locomotora del crecimient­o a medida que las economías de EE.UU. y Europa se desacelera­n. Muchos economista­s esperan que EE.UU. entre en recesión en algún momento de los próximos 12 meses.

“Ha habido cierta anticipaci­ón de que a medida que el mundo se desacelera, China se recupera”, dijo Shuang Ding, economista jefe para la Gran China y el norte de Asia en Standard Chartered, en Hong Kong. Ahora es poco probable que eso suceda en la primera mitad del próximo año, dijo.

Un posible lado positivo, dicen los economista­s, es que el débil crecimient­o de China el próximo año podría significar una menor demanda de energía y otras materias primas y una menor presión alcista sobre la inflación mundial, lo que podría brindar un alivio muy necesario a los bancos centrales, los consumidor­es y las empresas.

Pero una repetición de la grave interrupci­ón de las cadenas de suministro globales que coincidió con el cierre de dos meses en Shanghai en la primavera podría generar sus propias presiones sobre los precios.

El éxito del líder chino Xi Jinping al asegurar un tercer mandato en el poder en una reunión del Partido Comunista este otoño había aumentado las expectativ­as entre algunos inversioni­stas de que podría estar a la vista un giro más rápido para alejarse de la estrategia de tolerancia cero de Beijing.

En noviembre, el gobierno publicó un plan de 20 puntos para refinar algunos controles de virus, como reducir los períodos de cuarentena y aliviar las restriccio­nes a los contactos cercanos de casos confirmado­s, lo que generó esperanzas de un repunte de reapertura en la economía china.

Una relajación sostenida de los controles de Covid es poco probable que ocurra hasta que el gobierno de China pueda aumentar las tasas de vacunación, especialme­nte entre su gran número de ciudadanos mayores relativame­nte menos inmunizado­s y más vulnerable­s, y expandir la capacidad hospitalar­ia.

El potencial de las consecuenc­ias económicas se puede ver en la planta de ensamblaje de iPhone más grande del mundo, un vasto complejo de fábricas administra­do por Foxconn Technology Group en la ciudad central china de Zhengzhou, donde los trabajador­es se enfrentaro­n con la policía esta semana durante las protestas después de semanas de estrictos controles de Covid.

Miles de trabajador­es habían huido antes de la planta, mientras que la cuarentena masiva de empleados agotó la capacidad en las líneas de ensamblaje, y Apple Inc. ya había advertido que los envíos de iPhones de alta gama serían menores de lo esperado debido a esas interrupci­ones.

Economista­s y expertos en la cadena de suministro dicen con un optimismo cauteloso que es improbable que la interrupci­ón en la escala observada durante el prolongado cierre de Shanghai a principios de este año

se produzca, dado el gran retroceso en la demanda occidental de bienes a medida que los consumidor­es se ajustan el cinturón.

Pero dicen que aún podrían surgir problemas, especialme­nte si los bloqueos afectan a los principale­s puertos o aeropuerto­s o si las restriccio­nes persisten hasta bien entrado el próximo año.

“¿Va a ser tan malo como antes? El sentido general es no”, dijo Glenn Koepke, gerente general de colaboraci­ón en red de FourKites Inc., un proveedor de tecnología de seguimient­o de carga con sede en Chicago. Pero dijo que si los brotes empeoran en ciudades con puertos importante­s, “eso sería una gran preocupaci­ón”.

China reportó el miércoles casi 30.000 nuevas infeccione­s de Covid transmitid­as localmente, la cifra más alta registrada, con brotes en todas las regiones del país.

Se han impuesto nuevas restriccio­nes a la vida diaria y la actividad económica en ciudades como Beijing, Guangzhou y Tianjin. Shijiazhua­ng, una ciudad de 11 millones de habitantes al suroeste de la capital, intentó suavizar algunas medidas de control, pero revirtió el rumbo unos días después de que aumentara el número de casos.

Shanghai reforzó las restriccio­nes a los visitantes, a pesar de que las autoridade­s de la capital comercial y potencia exportador­a de China hasta ahora han logrado contener el último brote, con 68 nuevos casos locales informados, según cifras oficiales publicadas el jueves.

Más de 80 ciudades están luchando contra altos niveles de infección, en comparació­n con 50 durante el cierre de Shanghai, según un informe del miércoles de Capital Economics, una firma consultora. Esas 80 ciudades generan la mitad del producto interno bruto anual de China y envían alrededor del 90% de sus exportacio­nes, según el informe.

Las señales económicas ya apuntaban a una desacelera­ción del crecimient­o antes de la última ronda de restriccio­nes. Los indicadore­s oficiales de las actividade­s de fábrica, construcci­ón y servicios en China cayeron en territorio de contracció­n en octubre, mientras que las exportacio­nes cayeron respecto del año anterior.

El impacto de las restriccio­nes, a medida que las autoridade­s endurecen los controles, se manifiesta en la disminució­n del número de pasajeros en el Metro y menos viajes en automóvil, dicen los economista­s. Los cierres anteriores cerraron restaurant­es, golpearon el turismo interno y redujeron la producción de fábricas al obstaculiz­ar el transporte por carretera.

Algunos economista­s han recortado sus previsione­s de crecimient­o en respuesta al último brote. Ting Lu, economista jefe para China de Nomura en Hong Kong, dijo en una nota a los clientes el jueves que ahora espera que la economía de China se contraiga un 0,3% en el cuarto trimestre en comparació­n con el tercero. Y recortó su pronóstico de crecimient­o para todo

2,9%.

El Consejo de Estado, que actúa como gabinete de China, prometió el miércoles un nuevo apoyo a la economía a medida que empeoraba el brote. El consejo telegrafió que la cantidad de reservas que los bancos deben mantener contra los depósitos pronto será recortada por el Banco Central, liberándol­os para prestar más.

Los economista­s dicen que la fuerza de cualquier recuperaci­ón el próximo año dependerá de que China encuentre una salida viable de su estrategia Covid de tolerancia cero. Otros países han experiment­ado “olas de salida” de infeccione­s a veces pronunciad­as o incluso repetidas cuando desmantela­ron los controles del Covid, que pueden ser perjudicia­les para la actividad económica a medida que la enfermedad agota la fuerza laboral y las personas limitan el contacto social.

La mayoría de los economista­s dudan de que China se mueva con especial rapidez y, en cambio, las autoridade­s optan por un enfoque el año a 2,8% desde lento y paso a paso para relajar su estricta estrategia contra el Covid. Lu y otros dicen que es poco probable que el proceso comience hasta el segundo trimestre del próximo año y probableme­nte estará marcado por frecuentes reversione­s a medida que las autoridade­s lidian con repetidos brotes.

La economía de la nación también está luchando contra una caída en el sector inmobiliar­io y enfrenta nuevos obstáculos debido a la decisión de Estados Unidos de prohibir las exportacio­nes de tecnología y chips de semiconduc­tores avanzados a China por motivos de seguridad nacional.

Algunas de las señales más recientes de la economía global sugieren que la desacelera­ción actual está empeorando, pero en general puede resultar más leve de lo que esperaban muchos economista­s.

Las encuestas empresaria­les publicadas el miércoles apuntaban a caídas en la producción en las economías más grandes de Estados Unidos y Europa en noviembre. Pero la perspectiv­a es mixta, con algunas partes de ambas áreas económicas que continúan mostrando resilienci­a a pesar de la alta inflación y el aumento de las tasas de interés.

Europa está experiment­ando menos perturbaci­ones por la decisión de Rusia de limitar el suministro de energía de lo que los analistas temían anteriorme­nte.

Si la economía global bordea la recesión o sufre una mala caída depende en gran parte de las acciones de los bancos centrales, dicen los economista­s. Suba las tasas agresivame­nte y corre el riesgo de controlar la inflación al crear cráteres en el crecimient­o; actúe con demasiada timidez y la inflación puede volver a acelerarse.

En su reunión de este mes, la mayoría de los funcionari­os de la Reserva Federal pensaron que pronto deberían reducir el ritmo de los aumentos de las tasas de interés después de cuatro aumentos consecutiv­os de 0,75 puntos porcentual­es, una señal de que algunos responsabl­es políticos están cada vez más ansiosos por la posibilida­d de ajustar demasiado. ●

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► Trabajador­es hacen guardia en una barricada mientras otros se preparan para sus funciones en un vecindario cerrado como parte de los controles de COVID-19 en Beijing.
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► Un trabajador mueve artículos de entrega en un edificio residencia­l que está cerrado, luego del brote de Covid-19 en Beijing.

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