COP27: avances y desafíos futuros
Auna semana del término de la COP27 en Egipto, realizando un análisis con un poco más de distancia, es importante destacar los avances logrados. Estos pueden parecer insuficientes, dada la condición actual de alzas de temperatura y consecuencias que se aprecian a nivel mundial, pero nos permiten avanzar, aunque no a la velocidad deseada, sobre todo en temas de adaptación.
Uno de los principales resultados de esta COP fue el acuerdo de crear un fondo de financiación para pérdidas y daños. ¿Por qué esto es tan importante? Pérdidas y daños se definen como aquellos impactos del cambio climático que son tan graves que las comunidades simplemente no pueden adaptarse. Desde el año 2000, más de 4.000 millones de vidas se han visto afectadas y se han perdido 2,9 billones de dólares a causa de las catástrofes, la mayor parte de las cuales son atribuibles a fenómenos meteorológicos extremos. Además, se espera que su impacto aumente drásticamente en las próximas dos décadas, sobre todo en los países más vulnerables al cambio climático, como es Chile. Por supuesto, nos hubiese gustado que se avanzara más en la definición del funcionamiento de este fondo, por ejemplo, respecto a qué países deben aportar y en qué porcentaje, cuánto es el monto que se necesita, cuáles serán los países que podrán acceder a estos fondos, entre otras interrogantes de igual importancia. Pero que los países que más han aportado a generar efectos adversos por sus emisiones hayan aceptado la creación, ya es un gran avance, porque, además, este fondo no solo se hará cargo del pasado, sino también de futuras emisiones.
Cabe destacar aquí la excelente actuación que tuvo nuestra ministra de Medio Ambiente, que en conjunto con su par de Alemania fueron clave en la facilitación de esta negociación, que se extenderá hasta la COP29, donde deberían finalizar.
En relación con este mismo tema, otro elemento destacable es que se cerraron las negociaciones respecto a la Red de Santiago sobre Pérdidas y Daños. Esta red se creó en 2019 para proporcionar a los países vulnerables conocimientos, asistencia técnica y recursos necesarios para buscar evitar y, si no, hacer frente y minimizar los riesgos climáticos de forma integral.
Entre otros puntos que pasaron desapercibidos, pero que para Chile y otros países costeros son de gran relevancia, fue la creación liderada por nuestro país del grupo de Alto Nivel Ambition on Melting Ice (AMI), compuesto por 16 naciones, cuyo objetivo es generar conciencia sobre el derretimiento sostenido de la criósfera y el aumento del nivel del mar. Además, Chile se adhirió a la Alianza Internacional para la Resiliencia ante la Sequía, compuesta por 29 países y que se lanzó en paralelo a la COP27, asociación con la cual se busca acelerar la acción mitigadora y ayudar a los países a prepararse de mejor manera para hacer frente a futuras sequías.
Como se puede apreciar, quizás no se logró avanzar en mitigación tanto como se necesita para detener el avance de la crisis climática, pero sí se hicieron importantes avances en otras materias, especialmente relacionadas a la adaptación. Lo importante como sociedad ahora es avanzar en la implementación de los acuerdos alcanzados y no quedarnos solo en palabras; de otra manera, podríamos seguir en línea hacia un punto de no retorno.