“Lamentablemente, el pasado impide a Bolivia concebir un futuro distinto para con Chile”
Haciendo énfasis en la relación venidera entre ambos países tras el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, el excanciller en el segundo gobierno de Sebastián Piñera detalló las implicancias prácticas de la resolución del tribunal internac
El exministro de Relaciones Exteriores durante el segundo gobierno de Sebastián Piñera, Teodoro Ribera.
De vuelta en la academia tras desempeñarse como ministro de Justicia en el primer gobierno del expresidente Sebastián Piñera, y como ministro de Relaciones Exteriores en el segundo, el ahora rector de la Universidad Autónoma, Teodoro Ribera, conversó con La Tercera sobre el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Fue durante el jueves pasado que el organismo ratificó que “el Silala es un curso de agua internacional”, lo que en Chile fue calificado por las autoridades como algo beneficioso para el país.
En esta multiplicidad de visiones sobre el efecto que tendrá en el país, Ribera también tiene una postura, donde destacó la importancia de “avanzar en agendas que a Chile le interesen, donde estemos dispuestos a consensuar con temas que le interesen tam
a Bolivia”, con miras hacia el futuro de la relación entre ambos países.
Diversas posturas se han vertido en las últimas horas sobre qué tanta certeza jurídica entrega el fallo para Chile. En su papel de excanciller, ¿qué visión tiene al respecto?
Si bien el fallo pudo haber tenido mayor profundidad y ser más certero en sus conclusiones, ello no tuvo así lugar porque la posición jurídica de Bolivia fue cambiando durante el proceso. Una vez que Bolivia recibió el informe de una entidad danesa respecto del Silala, aceptó que era un río y no una mera vertiente; que era internacional, y que fluía naturalmente a Chile, a lo menos, una parte considerable. En consecuencia, se produjo un reconocimiento de las tesis principales chilenas, lo que hizo que el Tribunal considerara que no era necesario profundizar.
Con el fallo en el pasado, ¿qué viene para Chile respecto al uso del Silala? ¿Es posible que esto marque un precedente y sea aplicable a otros futuros cauces de similares condiciones?
Chile y Bolivia comparten una frontera de alrededor de 840 kilómetros de largo, lo que es equivalente a la distancia entre Santiago y Osorno. El tratado de 1904, que fija los límites entre Chile y Bolivia, recurre a la divisoria de aguas como factor demarcatorio en nueve oportunidades y aborda zonas donde existen recursos hídricos binacionales, los que son cuantiosos y suficientes para satisfacer parte de las necesidades básicas de nuestro país. Una parte sustancial de las aguas fluye desde Chile hacia Bolivia, y no al revés. Ahora bien, con Bolivia compartimos 14 cuencas hidrográficas comunes y, por tanto, lo que Chile debe hacer es invitar a Bolivia hacer un uso equitativo y razonable de lo mismo. El fallo puede ilustrar a las partes a cooperar y a utilizar las aguas de consuno, respetando las normas internacionales.
Cuando habla de esta certeza sobre cómo utilizarlo, ¿a qué se refiere en la práctica?
El derecho internacional consuetudinario, y también algunos tratados promovidos por la Organización de Naciones Unidas (ONU), como la Convención sobre el derecho de los usos de los cursos de agua internacionales para fines distintos de la navegación, plantean que el uso de las aguas tiene que ser equitativo y razonable para lograr una utilización óptima y sostenible. Equitativa no es que se divida 50/50, sino que esté relacionado con un marco más flexible en donde la razonabilidad del uso es lo que también justifica la ocupación de las aguas. Aquí no se trata de que un país pretenda ocubién