La Tercera

Qué se juega Boric al defender un organismo 100% electo

- Isabel Caro

Su convicción personal de que es la vía que daría mayor legitimida­d a un nuevo proceso, la concesión original de Javier Macaya y señales internas a sus adherentes, son algunos de los factores que inclinaron al Mandatario a asumir ese mecanismo como caballito de batalla en la recta final de las negociacio­nes constituci­onales. En el oficialism­o reconocen que si terminan cediendo para pactar por un órgano mixto -que es la fórmula que se está barajando ahora- tendrá un costo para el Presidente, quien -en todo caso- no estaría amarrado a ninguna alternativ­a.

Fue la línea roja que fijó el viernes pasado a sus partidos en La Moneda y así lo ha seguido reiterando en los días posteriore­s. El Presidente Gabriel Boric se la ha jugado públicamen­te por la necesidad de que el órgano que redacte una nueva Constituci­ón sea 100% electo y no contemple integrante­s designados, como ha pedido Chile Vamos.

“Hemos señalado que para nosotros es importante que este proceso tenga legitimida­d ciudadana y eso requiere que los constituye­ntes sean electos, así lo hemos planteado. Desde la oposición han estado con diferentes poto, siciones, no importa, lo importante es que lleguemos acuerdo”, dijo el Mandatario el sábado, a horas de que el acuerdo se entrampara y la derecha planteara que no tenía votos para aprobar una cuestión de esa naturaleza y propusiera otra alternativ­a sobre la mesa; un órgano con 50 integrante­s electos y 50 designados.

La intervenci­ón del Presidente -tras la presión de sus propios partidos-, sin embargo, se dio a destiempo de lo que, al menos el Socialismo Democrátic­o, había cedido soterradam­ente en las negociacio­nes constituye­ntes. En el sector, hace algunas semanas, se instaló la idea de que si no se cedía en un órgano mixno habría posibilida­d de acuerdo. Pero en lo público se cuadraron con el Mandatario.

¿El problema? Que desde el lunes las negociacio­nes entre los partidos han tendido a dirigirse al contrario de la fórmula defendida por Boric. De hecho, ya se reconocen conversaci­ones por un órgano mixto con una proporción de 70%-30% y 80%-20%.

En La Moneda, admiten que el Mandatario quedará en una posición compleja en caso de que sus coalicione­s cedan y el acuerdo termine con un órgano mixto y no 100% electo como él ha insistido. Según fuentes que han conversado con Boric, dentro de sus razones para defender la postura de un órgano 100% electo, están que habría asumido -tras reunirse con el presidente de la UDI, Javier Macayaque la fórmula que abordaron en esa cita podía flotar. Así al menos se lo habría transmitid­o el líder gremialist­a.

Con eso en mente y habiendo conversado con otro de los negociador­es durante esas horas, el Presidente se convenció de intervenir y hacer suya esa propuesta que ya generaba supuesto consenso. El problema se le abrió al Mandatario, dicen las mismas fuentes, cuando Macaya quedó sin piso político en su partido, cuyos dirigentes se enteraron por la

prensa de la fórmula que estaba negociando directamen­te con Boric y sin haberla socializad­o previament­e con referentes de la colectivid­ad.

Ese hecho político, dicen en Palacio, dejó las negociacio­nes en punto muerto, pero también dejó al Mandatario en una posición incómoda. Y cuando RN y otros sectores de la UDI le dieron un portazo a la idea de un órgano 100% electo, y reinstalar­on la proporción 50 y 50, La Moneda definió mantenerse en la línea fijada públicamen­te por el Presidente.

Y la decisión responde a varios factores. Por un lado, que en el gobierno interpreta­ron que no podían hacerse cargo de los problemas internos de la UDI, menos aun cuando el interlocut­or en este caso había sido su principal dirigente. Pero también, que si la propia derecha había concedido esa fórmula como una posibilida­d cierta de acuerdo, no tendría sentido para el oficialism­o soltar ahora su caballito de batalla.

Otro factor -que no es menor y así lo reconocen en el oficialism­o- son las señales que deben dar los partidos al denominado flanco izquierdo. “Ya hemos concedido demasiado”, repiten en Apruebo Dignidad apuntando a lo que se han denominado “tutelajes” al nuevo proceso como el árbitro, el que exista un anteproyec­to y el que -en caso de que el órgano sea 100% electo- sea el Congreso el que ratifique por 4/7 el texto propuesto previo al plebiscito de salida. Esa última concesión, de hecho, para algunos en el oficialism­o sería altamente costosa.

Por lo mismo, el defender con uñas y dientes el órgano 100% electo también constituye una señal a sectores que ya están desafectad­os con las importante­s concesione­s que han hecho los partidos de gobierno durante las tratativas. Al menos, si terminan cediendo, la lectura será que se hizo todo lo posible por esa alternativ­a.

El lunes quedó en evidencia -de hecho- que los partidos están dando señales a sus bases con posturas que saben no sean, probableme­nte, las que se terminen imponiendo. Ese fue el caso de un tuit de Convergenc­ia Social que incluso tensionó las negociacio­nes. Adjuntando imágenes de personeros de la UDI y RN, la cuenta institucio­nal del partido escribió: “No hay democracia sin la voz y el voto de la ciudadanía. Porque la Constituci­ón es la guía del país y no se puede hacer sin escuchar las demandas del pueblo de Chile. ¡No dejemos que queden en manos de los mismos de siempre!”.

En Palacio, en todo caso, aseguran que el Presidente no está amarrado con fórmulas y que si bien tiene la convicción de que el órgano 100% electo es lo mejor y daría mayor legitimida­d al proceso, siempre ha dicho que hay que hacer lo necesario para llegar a un acuerdo. Por lo mismo, también le pidió a sus colectivid­ades actuar con flexibilid­ad en las tratativas.

¿Cómo hacerse cargo del inminente giro?

En el oficialism­o, están consciente­s de que todos pagarán costos en esta negociació­n y que ningún sector saldrá indemne. Sin embargo, si se concreta lo que se ha deslizado hasta ahora en las negociacio­nes y el oficialism­o termina cediendo a un órgano mixto, la “voltereta” no será inocua.

Esto, sobre todo, porque ya luego de la derrota del plebiscito del 4 de septiembre -donde se impuso el Rechazo-, el Mandatario había optado por replegarse y enfocarse en una agenda ciudadana, alejado del tema constituye­nte. Con su ofensiva de ahora, no obstante, volvió a la primera línea haciendo uso de su liderazgo para agilizar las tratativas.

En La Moneda, eso sí, desdramati­zan los costos de un eventual giro y recalcan que el Presidente no se pierde y que lo relevante para el país es lograr un nuevo pacto social. “El Presidente, ante todo, está por que haya nueva Constituci­ón”, dice una fuente que ha conversado con él en las últimas horas.

Algunos negociador­es del Socialismo Democrátic­o aseguran que quien se “farreó” el organismo 100% electo fue la disuelta Convención Constituci­onal y que todas las encuestas dan cuenta que esa alternativ­a ya no tiene respaldo ciudadano. Por eso, dicen, las explicacio­nes deben apuntar a que -pese a que el sector hizo lo posible- no estaban dadas las condicione­s para que la derecha aceptara esa fórmula.

Por otro lado, en sectores como el partido del Presidente, Convergenc­ia Social, apuestan a dilatar el acuerdo hasta el viernes, algo que también -admiten- podría descomprim­ir el giro ante sus adherentes.

“Lo político no puede desacoplar­se de estas discusione­s de desarrollo que estamos dando. Por eso es importante que los partidos lleguen a acuerdo pronto, esta semana, a un acuerdo respecto del proceso constituye­nte, para que tengamos una nueva Carta Fundamenta­l que otorgue estabilida­d un nuevo pacto social a nuestro país y que sea legítima ante los ojos de la ciudadanía”, dijo el Presidente Boric ayer en la mañana.

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► El Presidente Gabriel Boric ha defendido prioritari­amente una nueva convención 100% electa.
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► En La Moneda, eso sí, desdramati­zan los costos de un eventual giro de las negociacio­nes.

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