La Tercera

“Si decanta en un órgano mixto tenemos que validar con el partido si concurrimo­s a la firma del acuerdo”

El timonel oficialist­a advierte que una nueva Carta Magna redactada por un órgano mixto, a futuro, podría generar los mismos problemas de legitimida­d que la Constituci­ón de 1980. Por esa razón, pone en duda si su colectivid­ad pondrá o no su rúbrica.

- Rocío Latorre

Con las negociacio­nes constituci­onales radicadas -principalm­ente- en los timoneles de partidos definidos por cada bloque, algunas voces en el Parlamento ya comienzan a sincerar que no respaldará­n una reforma constituci­onal que no implique un órgano 100% electo como redactor de una nueva Carta Magna. Ya lo planteó así el diputado PS Juan Santana, quien dijo que “no estoy por un acuerdo constituye­nte cuyo órgano no sea electo democrátic­amente en su totalidad. Se le va a hacer un grave daño al proceso si quienes redactan son designados a dedo”. Y durante la jornada de ayer, se sumó a esas voces la parlamenta­ria de Comunes, Claudia Mix.

En ese partido, su timonel, Marco Velarde -representa­do en la mesa por sus pares Diego Ibáñez (CS) y Juan Ignacio Latorre (RD), es crítico del curso de los últimos días de la negociació­n y advierte que no hay que claudicar en la idea de un órgano 100% electo. Así, dice que si se impone la fórmula mixta -según ha trascendid­o-, el partido deberá analizar la pertinenci­a de plasmar su firma en el pacto.

¿Cuál es su evaluación del curso que han tomado las conversaci­ones por el acuerdo?

El oficialism­o ha mantenido una postura única en este proceso de negociació­n, que ha sido intentar que el órgano constituye­nte sea 100% electo. Todas las concesione­s que se han hecho son para asegurar un proceso legítimo y democrátic­o, pero que también dé seguridad a todos los actores políticos -como la derecha- de que el nuevo órgano constituci­onal va a obtener grandes acuerdos y va a contar con aprobación ciudadana. Pero es evidente que el oficialism­o, en esta pasada, ha cedido más en la mesa de negociació­n, acordando bases institucio­nales, árbitro, incluso estando dispuesto a que el texto pase por la aprobación del Congreso. La derecha se ha aprovechad­o del escenario político para incluso pedir un órgano mixto, que yo creo que no es lo que el país necesita para tener una nueva Constituci­ón.

Algunos plantean que precisamen­te el ofilor

Marco Velarde, presidente de Comunes.

cialismo ha debido ceder más, porque su opción fue derrotada en el plebiscito.

Aquí quien perdió fue la democracia y la institucio­nalidad de Chile al no tener una nueva Constituci­ón legítima. La Constituci­ón de 1980 hoy no es legítima. Cuando uno piensa en un nuevo órgano, tiene que pensar también en la legitimida­d de la Constituci­ón futura. La nueva Constituci­ón no solo tiene que resolver un problema presente, que es tener una nueva Constituci­ón, sino que tiene que ser sostenible en el tiempo y un órgano mixto no lo asegura. No es baladí cuestionar el órgano mixto a propósito del problema de legitimida­d en el futuro de un nuevo texto.

Hasta el cierre de esta edición estaba más o menos resuelto que sería un órgano mixto y que el nudo está en la proporción entre expertos y representa­ntes electos. ¿Cuáles son los reparos políticos respecto de esa fórmula?

Mis reparos principalm­ente son que estamos retrocedie­ndo en democracia al validar las designacio­nes en política y restarles vaa la participac­ión ciudadana y al voto de la gente para decidir cuestiones tan trascenden­tales como una Constituci­ón. Desde Apruebo Dignidad tiene que llegar a un acuerdo, tenemos la obligación de tener una nueva Constituci­ón, pero eso no obsta que nosotros no advirtamos las consecuenc­ias que podría traer en el futuro tener una Constituci­ón que sea escrita por actores designados.

Hay distintas voces -parlamenta­rios, principalm­enteque han planteado que si se arriba a una fórmula mixta, no hay respaldo para los votos en el Congreso. Lo han dicho el diputado Juan Santana (PS) y la diputada de Comunes Claudia Mix. ¿En qué escenario se plantea Comunes si ese es el caso?

Lo primero es que nuestros negociador­es han hecho todos los esfuerzos para que tengamos un órgano 100% electo y aquí la intransige­ncia de la derecha es la que no ha permitido avanzar hacia un órgano democrátic­o. Es evidente que evaluamos el avance de las negociacio­nes permanente­mente con las bases. Ante un escenario donde un órgano mixto está ganando prepondera­ncia, si decanta así, tenemos que validar con el consejo general (del partido) si concurrimo­s a la firma de un acuerdo de esas caracterís­ticas. Nuestro partido ha dicho innumerabl­es veces que estamos por un órgano 100% electo, no porque nos estemos enamorando de la fórmula, sino que es la fórmula como se va a legitimar la discusión y la redacción.

¿Un eventual descuelgue del acuerdo constituci­onal no sería ir en contra de la voluntad del gobierno?

Como actores del oficialism­o tenemos que ser responsabl­es ante el escenario político y social, tenemos que tener una nueva Constituci­ón que asegure estabilida­d política y social, y tenemos que hacer carne el llamado del Presidente a llegar a un acuerdo. Hay que llegar a un acuerdo, pero hay que luchar hasta el final por tener un órgano electo.

¿Por qué cree que el Presidente ha insistido y se ha jugado su capital político -con distintas señales- por el órgano 100% electo?

El Presidente nos ha llamado a llegar a un acuerdo como una necesidad política. No podemos seguir con la incertidum­bre sobre tener una nueva Constituci­ón o no, porque no le hace bien al país. El Presidente va a validar el acuerdo al que se llegue y nosotros deberíamos estar en disposició­n a colaborar en llegar a que todas las partes tengamos un resultado después de estos tres meses de negociació­n. Asimismo, el Presidente también entiende el problema que se genera cuando abrimos a que personas designadas puedan escribir la nueva Constituci­ón, porque piensa en el país. Un comentario aparte que me hago -a propósito del órgano que hemos propuesto- es que la derecha estuvo las primeras semanas de acuerdo con que hubiera un órgano 100% electo. ¿Por qué le tenemos miedo a que la gente pueda elegir quien redacte la nueva Constituci­ón? ¿Acaso será que tiene miedo de perder frente a partidos nuevos que asoman por la derecha? Cada partido corre el riesgo de ir a elecciones. Nosotros estamos en democracia para no reemplazar­la ni tutelarla.b

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