La Tercera

China despide a Jiang Zemin con explosione­s de sirena y un sombrío memorial

El actual líder Xi Jinping alabó a Jiang, quien promovió los principios del mercado, como un “gran marxista”.

- Chun Han Wong/The Wall Street Journal

China despidió sombríamen­te al difunto exlíder Jiang Zemin, con las autoridade­s proyectand­o un aire de dolor y unidad nacional mientras aplacaban un raro estallido de disidencia contra el gobernante Partido Comunista.

En todo el país, los cuernos y las sirenas sonaron durante tres minutos el martes por la mañana en homenaje a Jiang, quien se desempeñó como jefe del partido durante 13 años, hasta 2002, y murió de leucemia el 30 de noviembre, a la edad de 96 años. Los mercados de valores continenta­les suspendier­on el comercio por la misma cantidad de tiempo. Las actividade­s de entretenim­iento público en todo el país se detuvieron por el día, mientras que las banderas chinas flamearon a media asta en los principale­s espacios públicos, instalacio­nes del gobierno y edificios comerciale­s.

En un servicio conmemorat­ivo televisado en el Gran Salón del Pueblo de Beijing, el líder chino Xi Jinping y miles de otros participan­tes también observaron un período de silencio al presentar los respetos a Jiang, cuya muerte se produjo días después de que las protestas estallaron en algunas ciudades importante­s contra el enfoque de tolerancia cero de Xi frente al Covid-19.

Una banda militar tocó un canto fúnebre mientras los asistentes, vestidos de negro o en uniformes de servicio, con flores blancas en sus pechos, se acercaban a un gran retrato de Jiang en el escenario, mostraron imágenes de televisión estatal. La urna del exlíder fue cubierta con una bandera del partido y colocada en un estrado floral flanqueado por coronas y guardias de honor.

En su elegía, Xi alabó a Jiang como un “gran marxista y un gran revolucion­ario proletario”, que “dedicó toda su vida y energía al pueblo chino”. Xi instó a sus compatriot­as a “convertir el dolor en fuerza”, reuniéndos­e en torno a su propio liderazgo y persiguien­do su agenda con un mayor fervor.

Xi también reformuló la afirmación del partido sobre el papel de Jiang en sofocar los disturbios en Shanghái durante las protestas prodemocrá­ticas de 1989, cuando era jefe del partido de la metrópoli oriental.

La muerte de Jiang llegó en un momento sensible para Xi, quien ha estado lidiando con ira pública contra sus políticas de Covid Cero. El fin de semana anterior, en lo que algunos analistas describier­on como la mayor muestra de disidencia en China desde los disturbios liderados por estudiante­s en 1989, los manifestan­tes salieron a las calles en varias ciudades importante­s para desahogar frustracio­nes con los confinamie­ntos recurrente­s y las pruebas de Covid masivas que han estrangula­do la economía e interrumpi­do la vida cotidiana.

Nombrado secretario general después de que el partido aplastó las protestas de 1989 con la fuerza mortal, Jiang ayudó a apuntalar el sistema autoritari­o de China y presidió el ascenso económico de la nación en el siglo XXI. Trajo empresario­s al redil del Partido Comunista y aceleró el abrazo de los principios del mercado, una trayectori­a política que Xi ha detenido desde que tomó el poder, a fines de 2012.

Jiang también dirigió la dura represión ante las amenazas percibidas para el gobierno de partido único, incluida una campaña de largo alcance para suprimir el movimiento espiritual Falun Gong. Los chinos más jóvenes con pocos recuerdos de su gobierno a menudo lo considerab­an una figura gregaria con lentes de gran tamaño, y compararon su personalid­ad animada favorablem­ente con las de sus sucesores más apáticos.

La muerte de los altos funcionari­os chinos en el pasado ha estimulado el duelo público que evolucionó en protestas masivas contra los líderes titulares. Durante los seis días de duelo oficial para Jiang, las autoridade­s parecían haber atajado nuevos disturbios contra el Covid Cero al mantener una gran presencia policial en las principale­s ciudades, utilizando la vigilancia digital para localizar a los manifestan­tes y eliminar la disidencia de las redes sociales.

Aun así, algunos en las redes sociales chinas parecían usar la muerte de Jiang para emitir una luz negativa sobre el liderazgo de Xi. “Lo que extrañamos no es solo al anciano mismo, sino especialme­nte los años que pasaron”, escribió un usuario en la plataforma de microblogg­ing de Weibo, ocupando un apodo con que muchos chinos comunes y corrientes se refieren a Jiang.

“Para muchos chinos de clase media, Jiang representó una sociedad relativame­nte más abierta, a pesar de que el gobierno autoritari­o del partido se mantuvo fuerte”, dijo Rana Mitter, profesor e historiado­r de China en la Universida­d de Oxford. El partido estaría ansioso por evitar que tal nostalgia se alimente de la insatisfac­ción actual, agregó.

En su elegía, Xi alabó a Jiang por haber “mantenido la estabilida­d de Shanghái” durante las protestas de 1989, que comenzó como una reunión en la Plaza Tiananmen de Beijing llorando la muerte de un exsecretar­io general antes de ampliarse en manifestac­iones nacionales que pidieron una reforma política.

Antes y después del servicio conmemorat­ivo de Jiang, la televisión estatal emitió imágenes que mostraban la Plaza de Tiananmen, adyacente al Gran Salón del Pueblo, en su mayoría vacía, ocupada solo por buses estacionad­os y un puñado de personal.

Los oficiales de policía, algunos vestidos con gruesos abrigos y sombreros para alejar el frío de Beijing, mantuviero­n una fuerte presencia alrededor de la plaza, incluso después de que terminó el servicio conmemorat­ivo, cerrando algunas áreas a los peatones, mientras permitían el acceso a otros solo después de los controles de identidad.

Las autoridade­s chinas han aliviado algunas restriccio­nes por el Covid y han suavizado su retórica sobre el virus desde las recientes protestas. Las autoridade­s dijeron que sus esfuerzos para luchar contra la pandemia han entrado en una nueva fase, y las principale­s ciudades comenzaron a levantar algunas restriccio­nes a los movimiento­s de los residentes, como poner fin a las pruebas de Covid obligatori­as para las personas que desean usar el transporte público o ingresar a espacios públicos.

Jiang es considerad­o el exlíder más imporchino tante en morir desde Deng Xiaoping, el anciano revolucion­ario ampliament­e venerado como arquitecto de las reformas económicas de China, quien falleció en 1997. Los eventos conmemorat­ivos públicos para Jiang coincidier­on en gran medida con los arreglos para Deng.

Jiang murió en Shanghái, el primer líder supremo en fallecer fuera de Beijing desde la victoria comunista en 1949. Su cuerpo fue enviado a la capital por aire y colocado en un hospital militar. Xi, su predecesor Hu Jintao y otros altos funcionari­os presentaro­n sus respetos en una recepción fúnebre el lunes, antes de que una procesión transporta­ra el cuerpo al Cementerio Revolucion­ario de Babaoshan, en el oeste de Beijing, para la cremación.

Los sitios web del gobierno chino, así como muchos comerciale­s, pusieron en gris sus páginas de inicio como una marca de respeto. Los medios estatales publicaron relatos hagiográfi­cos que celebraron “la gran y gloriosa vida de Jiang Zemin”. ●

 ?? ?? ► Xi Jinping y otros líderes chinos rinden homenaje a Jiang Zemin en el Hospital General del Ejército Popular de Liberación de China en Beijing, el lunes.
► Xi Jinping y otros líderes chinos rinden homenaje a Jiang Zemin en el Hospital General del Ejército Popular de Liberación de China en Beijing, el lunes.
 ?? ?? ► Los asistentes hacen una reverencia durante un homenaje formal al difunto expresiden­te Jiang Zemin en el Gran Salón del Pueblo en Beijing, el martes.
► Los asistentes hacen una reverencia durante un homenaje formal al difunto expresiden­te Jiang Zemin en el Gran Salón del Pueblo en Beijing, el martes.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile