“Hay cuestiones personales que cuesta mucho superar, como la crisis de una familia que se separa”
El recién elegido vicepresidente
del Senado dice que no siente como un “peso sobre sus hombros” el desafío de recomponer las relaciones de la antigua bancada DC, factor que hoy tensiona a la corporación, especialmente por la rivalidad pública que mantienen las senadoras Provoste y Rincón. Sin embargo, dice que estará disponible para actuar desde la testera, como senador o como amigo, para contribuir a un mejor clima.
No son amigos, pero tienen una relación cordial desde que eran dos diputados novatos a inicios de los 90.
Treinta y tres años después, ahora como senadores, Juan Antonio Coloma (UDI) y Francisco Huenchumilla (DC), serán compañeros de fórmula para conducir del Senado, coincidentemente justo en medio de la suerte de renacimiento o revalorización que han tenido los años de transición democrática.
A juicio de Huenchumilla, quien fue elegido como nuevo vicepresidente del Senado con una votación unánime (44 senadores presentes), más que una revalorización de los llamados 30 años, hubo un “aterrizaje forzoso” de la nueva generación gobernante que los llevó a considerar la visión de los más viejos.
Precisamente uno de los hitos que dio paso a esa revalorización fue el acuerdo administrativo del Senado, suscrito el año pasado, que revivió el marco de entendimiento que se dio en 1990, el llamado pacto Jaime Guzmán-Gabriel Valdés. “Yo diría que este pacto administrativo es la máxima expresión de la política. Este pacto le da un ambiente al Senado que permite la diferencia, el diálogo, los acuerdos, porque da un ordenamiento a sus 50 miembros”, dice el senador DC, quien, sin embargo, remarca que hoy el contexto es completamente distinto al de 1990, pues ya no se negocia “con una pistola al pecho”.
Al asumir en la vicepresidencia, usted
reivindicó el rol del Senado como espacio para los acuerdos. Pero la propuesta de la Convención Constitucional en un momento planteó disolver el Senado. Aunque fue atenuada esa posibilidad, ¿el diagnóstico que se hizo la Convención fue correcto o carecía de elementos de juicio?
Creo que ese diagnóstico fue incorrecto, porque desconocía toda la historia de Chile respecto de las instituciones que tenía en nuestro bicameralismo. Si uno examina todas las crisis que ha tenido el país, ¿tiene algo que ver con el bicameralismo? Por supuesto que no, pues las crisis han venido por otro lado.
¿Usted se arrepiente de haber apoyado la propuesta constitucional, en vista de esa crítica?
No. No me arrepiento. Estuve por el Apruebo, porque creo que si uno examina detenidamente y sin apasionamiento, la propuesta de Constitución permitía abordar muchos temas de manera novedosa, que hubiera permitido tener una mirada mucho más moderna.
¿Pero sí era partidario de mejorar temas como el Senado?
Mejorar eso y creo que en algunas cosas se hacían experimentos. Creo que la gente le tuvo miedo a los experimentos. En las 338 comunas en que ganó un rechazo, incluidas las regiones con comunas enteras del mundo indígena, yo creo que la gente no quiso