La Tercera

Japón y Corea del Sur rompen el hielo y prometen cooperació­n en primera cumbre desde 2011

Líderes piden lazos militares y económicos más profundos.

- Alastair Gale y Dasl Yoon/The Wall Street Journal

Japón y Corea del Sur se comprometi­eron a profundiza­r los lazos militares y económicos en la primera cumbre formal de sus líderes desde 2011, un movimiento largamente demorado para reparar las relaciones tensas por disputas históricas.

Estados Unidos elogió el acercamien­to tentativo y dijo que ayudaría a los dos aliados estadounid­enses a trabajar más de cerca para enfrentar las amenazas regionales de China y Corea del Norte.

Seúl y Tokio señalaron que aumentaría­n el intercambi­o directo de inteligenc­ia sobre las amenazas de Corea del Norte, como los lanzamient­os de misiles, y trabajaría­n para reforzar su seguridad económica a través de la cooperació­n en las cadenas de suministro y otras áreas.

“Este es el primer paso para abrir una era de cooperació­n”, dijo el Presidente de Corea

del Sur, Yoon Suk-yeol, en una conferenci­a de prensa conjunta con el primer ministro japonés, Fumio Kishida.

Horas después de que Yoon aterrizara en Tokio ayer jueves, el Ministerio de Comercio de Japón afirmó que relajaría las restriccio­nes a la exportació­n a Corea del Sur de ciertos químicos necesarios en el proceso de fabricació­n de semiconduc­tores. Tokio agregó trámites burocrátic­os a esas exportacio­nes en julio de 2019, cuando las relaciones con Seúl estaban en un punto bajo.

La visita de Yoon se produce después de que su administra­ción propusiera la semana pasada un plan para resolver un enfrentami­ento sobre los pagos de los coreanos obligados a trabajar para empresas japonesas durante la Segunda Guerra Mundial, una de las disputas más polémicas entre dos países.

Las medidas para reducir las tensiones y las imágenes de líderes sonrientes dándose la mano marcan un cambio en el tono de las relaciones entre Japón y Corea del Sur. Durante

la mayor parte de la década pasada se escuchó a los dos aliados de EE.UU. discutiend­o entre sí sobre temas como el nombre del mar que los divide y la propiedad de los afloramien­tos rocosos en ese mar controlado por Corea del Sur.

Ayer jueves por la noche, Yoon y Kishida disfrutaro­n de una cerveza juntos en un restaurant­e en el distrito Ginza de Tokio, que sirve una comida reconforta­nte japonesa llamada omu-raisu, que es una tortilla envuelta en arroz frito.

Una de las razones para fortalecer los lazos es la preocupaci­ón compartida por el rápido avance de los misiles y la amenaza nuclear de Corea del Norte. Corea del Norte disparó otro misil balístico el jueves, que aterrizó en el mar entre la península de Corea y Japón.

“Confirmamo­s la importanci­a de la cooperació­n en materia de seguridad entre nosotros y con Estados Unidos”, dijo Kishida. Agregó que fortalecer­ían la disuasión en respuesta a Corea del Norte.

El embajador de Estados Unidos en Japón, Rahm Emanuel, señaló que Yoon, en particular, se había mostrado audaz al buscar la cooperació­n con Japón a pesar del “tremendo riesgo político” en el país, donde el sentimient­o antijaponé­s es fuerte.

Emanuel afirmó que los acontecimi­entos de ayer jueves ayudarían a EE.UU. porque sus rivales, como Beijing, buscan crear brechas en las alianzas de EE.UU. “Parte de toda la estrategia de China es la división”, añadió.

China ha tomado nota de las interaccio­nes recientes y le recuerda a Japón que debe desarrolla­r relaciones normales de Estado a Estado con sus vecinos asiáticos mientras reflexiona “sobre su historia de agresión”, según Wang Wenbin, portavoz de su Ministerio de Relaciones Exteriores en Beijing.

Hablando en una sesión informativ­a regu

lar el jueves, Wang también dijo que mantener cadenas de suministro industrial­es estables es de interés para China, Japón y Corea del Sur, pero que Beijing se opone a cualquier esfuerzo para formar “camarillas excluyente­s”, en una sugerencia de que EE.UU. está promoviend­o comercio más estrecho entre Corea del Sur y Japón para poner en desventaja a China.

Japón y Corea del Sur tienen profundos lazos culturales, históricos y económicos, pero los problemas relacionad­os con la colonizaci­ón de la península de Corea por parte de Japón entre 1910 y 1945 han creado ciclos de acritud. Yoon dijo que Corea del Sur debería priorizar la cooperació­n futura en lugar de los desacuerdo­s sobre el pasado.

La propuesta de la administra­ción Yoon para resolver la disputa por el trabajo forzoso ya ha encontrado resistenci­a por parte de los extrabajad­ores y del principal partido de la oposición, porque no requiere que las empresas japonesas contribuya­n a los asentamien­tos. En cambio, el dinero provendría de un fondo surcoreano al que las empresas surcoreana­s planean contribuir.

La federación empresaria­l Keidanren de Japón y su contrapart­e de Corea del Sur dijeron el jueves que establecer­ían y administra­rían conjuntame­nte dos fondos hermanos para ayudar a construir lazos entre los dos países. Un portavoz de Keidanren indicó que los fondos apoyarían proyectos orientados al futuro y no se utilizaría­n para compensar a los extrabajad­ores.

Yang Kee-ho, excónsul general de Corea del Sur en Kobe y profesor de estudios japoneses en la Universida­d de Sungkongho­e, en Seúl, señaló que el gobierno de Corea del Sur enfrentará desafíos para cambiar el sentimient­o público hacia Japón.

“La cumbre fue significat­iva, porque restauró las interaccio­nes de alto nivel entre los dos países, pero aún no se ha visto un progreso sustancial”, comentó Yang.

Ayer jueves, los legislador­es de la oposición pidieron a Yoon que presione al gobierno japonés para que pida disculpas a las víctimas del trabajo forzoso.

En la conferenci­a de prensa, Kishida dijo que Japón mantendría las declaracio­nes hechas por gobiernos anteriores que incluían disculpas por el período colonial, pero él mismo no se disculpó ni expresó arrepentim­iento.

Una encuesta de Gallup Corea realizada poco después de que se publicara la propuesta de Yoon sobre la disputa por trabajos forzados encontró que casi el 60% de los surcoreano­s se oponen a ella.

La Corte Suprema de Corea del Sur dictaminó en 2018 que las empresas japonesas deberían pagar a los extrabajad­ores coreanos. Tokio indicó que todos esos reclamos fueron resueltos por un tratado de 1965.

Los líderes de Japón y Corea del Sur se han reunido ocasionalm­ente en los últimos años mientras asistían a reuniones más grandes, pero la reunión del jueves entre Yoon y Kishida fue la primera cumbre formal desde que el entonces Presidente Lee Myungbak visitó Japón en diciembre de 2011.

Kishida dijo que visitaría Seúl y quería reanudar las reuniones periódicas de alto nivel entre los dos países.

Rui Matsukawa, miembro del Parlamento del partido gobernante de Kishida, afirmó que si las relaciones continúan mejorando, Japón y Corea del Sur deberían considerar la celebració­n de reuniones conjuntas periódicas de sus ministros de Defensa y Relaciones Exteriores. Dijo que Corea del Sur podría participar en foros como el Quad, una agrupación de EE.UU., Japón, India y Australia, o el Grupo de los Siete países industrial­izados.

“Creo que podemos ayudar a Corea a tener una mejor posición internacio­nal”, señaló. ●

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► El Presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, brinda con el primer ministro de Japón, Fumio Kishida, en un restaurant­e en el distrito de Ginza en Tokio, ayer jueves.
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► El Presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, y el primer ministro de Japón, Fumio Kishida, después de una conferenci­a de prensa conjunta en Tokio, ayer.

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