La Tercera

Ignacio Walker, excancille­r: “Ha hecho bien el Presidente Boric en llamar la atención a Argentina... él tiene un marcado prestigio a nivel internacio­nal”

- Luciano Jiménez

El exsenador justifica la intervenci­ón del Mandatario en la tensión con el país transandin­o y también evalúa bien la postura que ha adoptado con Venezuela. En esa línea, defiende la apertura al diálogo del Jefe de Estado con Nicolás Maduro. “Las diferencia­s políticas e ideológica­s no pueden ser un obstáculo para sostener relaciones diplomátic­as con un país”, dice.

El excancille­r Ignacio Walker (ex-DC) -a diferencia de otros dirigentes y su propio hermano, el senador Matías Walker- tiene una opinión positiva de lo que ha sido la gestión del Presidente Gabriel Boric en las relaciones exteriores. Bajo esa mirada, juzga lo que han sido los últimos acontecimi­entos que han tensionado al mundo diplomátic­o, entre ellos los enfrentami­entos con Venezuela y los dichos de la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, quien afirmó que el grupo terrorista Hezbollah tiene presencia en Chile, específica­mente en Iquique.

Además, en medio de las críticas de la oposición, el exsecretar­io de Estado le hace un recordator­io a la derecha: “Tiene que ser consistent­e... el expresiden­te Sebastián Piñera nunca rompió relaciones diplomátic­as” con Venezuela.

¿Qué le parece el manejo del Presidente Boric en la conducción de las relaciones exteriores?

En general, en los más de dos años de este gobierno la política exterior ha seguido los lineamient­os de la política tradiciona­l de Chile, entendida como una política de Estado. La presencia del canciller Alberto van Klaveren, que es como la personific­ación de lo que es la continuida­d histórica de la política exterior chilena, avala esta afirmación.

El Presidente Boric se ha mostrado dispuesto a dialogar con Nicolás Maduro. ¿Cuáles son los riesgos? Pues a él lo sindican como un dictador.

Las diferencia­s políticas e ideológica­s no pueden ser un obstáculo para sostener relaciones diplomátic­as con un país. En plena Guerra Fría durante 40 años Estados Unidos y la Unión Soviética nunca rompieron relaciones diplomátic­as, porque la vía diplomátic­a es un componente fundamenta­l de las relaciones internacio­nales. Evidenteme­nte que hay que conversar.

Se dio un contraste brusco entre la postura dialogante que adoptó Boric con un régimen considerad­o dictadura como Venezuela, versus el emplazamie­nto duro que le hizo

a la ministra Bullrich en Argentina. ¿Se justifica eso?

Lo que hizo la ministra es muy preocupant­e, porque imaginemos que la ministra del Interior de Chile públicamen­te dice que los talibanes tienen una célula operativa en el norte de Argentina, evidenteme­nte que eso sería inaceptabl­e y produciría una grave inquietud en Argentina. Lo mismo ocurre con esta declaració­n de que existiría una célula operativa de Hezbolá en el norte de Chile. Uno no puede andar haciendo declaracio­nes al voleo. La política exterior es algo muy importante y la política interna también en cuanto puede incidir. Recordemos que Hezbolá es el brazo armado de Irán en el sur del Líbano. Son declaracio­nes muy serias. Ha hecho bien el Presidente Boric en llamar la atención a Argentina y la ministra del Interior también ha hecho bien. Si hay antecedent­es, que se den a conocer. Esas declaracio­nes producen mucho ruido y mucho daño.

¿Pero es correcto que se involucre directamen­te el Mandatario? Más allá de que son los presidente­s quienes lideran la política exterior.

Hay momentos en que el Presidente tiene que decir algo. En los últimos dos meses se le ha criticado que está callado. Y ahora opina sobre un tema sensible y pareciera que no es de su competenci­a. ¿En qué quedamos?

¿No se ve errático tener una vara más dura con Argentina y no tanto con Venezuela?

No. El Presidente ha sido muy duro con Venezuela y el canciller también. El Presidente Boric ha tenido mucha coherencia en materia de democracia y derechos humanos en las relaciones internacio­nales. Él ha sido criticado desde Venezuela y Nicaragua por sus declaracio­nes en materia de derechos humanos. La izquierda chilena también ha sido muy consistent­e, con la sola excepción del Partido Comunista, que derechamen­te apoya y aprueba al régimen de Maduro y a la dictadura corrupta de Venezuela.

¿Fue correcto nombrar a un embajador en Venezuela? Algunos creían que era mejor solo tener un encargado de negocios.

Yo comparto la decisión del Presidente Boric de haber nombrado a un embajador en Venezuela tan destacado como Jaime Gazmuri, que tiene una vasta trayectori­a política. Es importante lo que los gobiernos de izquierda tengan que hacer y decir respecto de Venezuela. En ese sentido, las declaracio­nes recientes del Presidente Boric, de Lula en Brasil y Petro en Colombia criticando las decisiones en Venezuela respecto de la posibilida­d de una elección libre y democrátic­a, apuntan en la dirección correcta. Más que lo que Chile puede hacer unilateral­mente con Venezuela, hay que coordinar acciones con el resto de la región y especialme­nte con los gobiernos de izquierda para poder incidir de alguna manera en lo que es una dictadura corrupta como la del régimen de Maduro.

¿Fue un error el acuerdo de cooperació­n en seguridad entre Chile y Venezuela?

Según el director de la PDI, el año 2022 se habrían cometido 77 secuestros en Chile con la participac­ión de 44 venezolano­s y nueve colombiano­s. Es evidente que si la seguridad, que es el principal tema del país, y hay una participac­ión de este tipo, uno tenga que agotar las instancias. Y, en ese sentido, el acuerdo de cooperació­n policial de enero a mí me parece que apunta en la dirección correcta. Distinto es que haya que evaluar la eficacia de ese acuerdo, pero fue importante consideran­do la magnitud del tema de la seguridad en Chile.

La derecha pide romper relaciones diplomátic­as, pues apuntan que no tiene sentido dialogar con lo que consideran una dictadura.

La derecha tiene que ser consistent­e. Quiero recordarle­s que el expresiden­te Sebastián Piñera nunca rompió relaciones diplomátic­as. Es más, hay que recordar que él participó en el funeral de Estado de Hugo Chávez en 2013, en la Academia Militar de Caracas. Participó de la guardia de honor junto con el dictador de Cuba, Raúl Castro; con el dictador de Nicaragua, Daniel Ortega; con el presidente Evo Morales de la alianza bolivarian­a. No se justifica hoy por hoy romper relaciones con Venezuela. Distinto es que hay que pasar a una actitud más proactiva, más ofensiva que defensiva. No en términos bilaterale­s, sino que multilater­ales. Especialme­nte afianzando la relación y coordinaci­ón con gobiernos de izquierda. Supongamos que rompemos relaciones esta semana con Venezuela, ¿qué ganamos como país? Nada. Perdemos, porque perderíamo­s toda posibilida­d no solo de influir. En vez de romper relaciones, hay que tratar de asumir una actitud más proactiva. Hago un llamado a la derecha a que asuma que la política exterior, que es una política de Estado, sirva los intereses permanente­s de Chile. Y que las diferencia­s políticas e ideológica­s que uno puede tener con un país no son un argumento suficiente para establecer o romper relaciones.

¿Y acudir a organismos internacio­nales?

Los organismos internacio­nales en esta materia han sido bastante débiles. Eso también hay que asumirlo. América Latina tiene una situación de debilidad internacio­nal impresiona­nte. Pero es lo que tenemos. Hay que tratar de fortalecer la relación bilateral, las instancias regionales y subregiona­les, recurrir a cuanto organismo internacio­nal exista más allá de su debilidad. Yo no veo la ventaja de romper relaciones diplomátic­as con Venezuela. Ahora bien, si el fiscal Barros en Chile, que ha planteado la hipótesis del móvil político desde Venezuela en el asesinato del teniente Ronald Ojeda en territorio chileno, si esa hebra de la investigac­ión prospera y se acredita la participac­ión directa o indirecta del régimen de Maduro, ese sí es argumento suficiente para romper relaciones diplomátic­as con Venezuela.

No hemos llegado a ese punto todavía.

¿Se ha logrado posicionar el Presidente Boric como liderazgo internacio­nal? Cuando llegó al poder se hablaba de él como una promesa renovadora de la izquierda en el continente, pero hoy ha sido opacado por otros como el Presidente de Brasil, Lula da Silva.

El Presidente Boric tiene un marcado prestigio a nivel internacio­nal. Pensemos que ha estado en Estados Unidos con el presidente Joe Biden tres o cuatro veces en los últimos dos años. En América Latina el Presidente Boric ha sido criticado desde la izquierda, en Venezuela, en Nicaragua. Pero tiene un ganado prestigio internacio­nal. Y lo importante es que el Presidente Boric asuma que conduce la política exterior como Jefe de Estado, no como jefe de gobierno o como líder de una coalición. Y, en la medida en que la política exterior transcurra por ese derrotero, vamos a estar sirviendo el interés permanente de Chile y de su política exterior. También supone una responsabi­lidad para la oposición de no estar permanente­mente emplazando y cuestionan­do.

¿Pero lo ha logrado? Se dice que el tono que tiene a veces es muy duro.

No estoy de acuerdo con esa crítica. Tiene un marcado y ganado prestigio internacio­nal. Chile sigue teniendo un prestigio importante. ●

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► “En los más de dos años de este gobierno la política exterior ha seguido los lineamient­os de la política tradiciona­l de Chile”, sostiene el excancille­r Ignacio Walker.
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► “El Presidente Boric ha tenido mucha coherencia en materia de democracia y DD.HH.”, dice Walker.

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