La Tercera

Petro reabre el debate sobre una Asamblea Constituye­nte y oposición colombiana lo acusa de intento de “golpe de Estado”

- José Ignacio Araya

Tras un mes de relativa calma respecto al tema constituye­nte, el mandatario volvió a referirse al tema y desató críticas en la oposición, con congresist­as y expresiden­tes criticándo­lo. La dificultad política y legal para llevarla adelante hizo surgir la posibilida­d de utilizar un decreto de emergencia.

Cuando hace un mes, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, propuso que se convocara una Asamblea Nacional Constituye­nte, muchos en la oposición lo miraron con recelo. Asumían que era un intento por lograr instaurar los cambios profundos que el mandatario prometió en campaña y que el Congreso le ha denegado en sus dos años al mando de la nación, idea que creció luego de que la conversaci­ón se tornara hacia canales no establecid­os en la Constituci­ón vigente. Pero en el momento en que parecía que disminuía la discusión púbica sobre el tema, el mandatario volvió a remecer la escena política tras reabrir la posibilida­d y asegurar que el proceso ya “arrancó”.

Fue durante una entrevista con José Manuel Acevedo, director de Noticias RCN, en que Petro llamó a “mirar menos la forma que el contenido”, alertando a opositores sobre el camino que podría elegir para impulsar una eventual nueva Constituci­ón. Consultado por sobre si el proceso debe pasar o no por el Congreso, el jefe de Estado dijo que “sin contenido no hay formas. ¿Cuál es el contenido? La decisión de un pueblo. Que un pueblo sepa que hemos llegado a un punto en el que es necesaria su intervenci­ón para que el país cambie”, añadió el fin de semana.

No detalló si lo llevaría adelante mediante un decreto de emergencia, como planteó tiempo atrás el exvicepres­idente Germán Vargas Lleras. Tampoco si lo haría a través de un estado de conmoción interior vía decreto, como acusaron opositores. Más adelante, en cambio, añadió que pensaba en la opción de utilizar cabildos abiertos para iniciar el proceso.

“Veo a partir de mi entrevista a RCN editada en pequeños trinos, una malformaci­ón en la mente de mis críticos, la mayoría de derechas, de los conceptos de contenido, forma y procedimie­nto de mi propuesta sobre el Poder Constituye­nte”, escribió el mandatario en X, antes Twitter, plataforma a la que suele echar mano.

En la oposición incluso se habló de “un claro golpe de Estado” en caso de que no se siguieran los mecanismos establecid­os para llamar a un cambio de esta naturaleza, es decir, mediante el Legislativ­o.

La propuesta de Petro

Apelando al “pueblo” y a su poder constituye­nte, señaló el primer presidente izquierdis­ta de Colombia, apuntó a que el país tiene “una población que cada vez más decide tomar decisiones. Cada vez más, un pueblo no que protesta, sino que decide. Y eso debe terminar en un instrument­o de aplicación constituci­onal como la Constituci­ón del 91 .

Sentado junto a una mujer embarazada en condición de pobreza, en Cartagena, el mandatario aseguró que “el poder constituye­nte no se convoca. Es el pueblo el que se con

voca a él mismo para decidir sobre aspectos fundamenta­les del país”. Luego, vendría la polémica frase sobre la importanci­a del contenido sin importar la forma, lo que fue leído por sus opositores como un intento por saltarse la institucio­nalidad.

Y si bien mediáticam­ente la discusión había bajado en intensidad desde que Petro habló desde una tarima en Puerto Rellena, donde dijo que el “país debía ir hacia una Asamblea Nacional Constituye­nte”, lo cierto es que ha mencionado el tema en casi todas las regiones que ha visitado, en una agenda apretada de tanto viaje, señaló el medio El Colombiano. Tras esa declaració­n, el presidente colombiano visitó tres departamen­tos y casi 10 municipios, principalm­ente en las regiones de la Costa y Antioquia.

Parte de la sorpresa a nivel local es porque esta discusión es inédita en los últimos 30 años. El antecedent­e más cercano es la Carta Magna de 1991, citada por el propio Petro, y se logró concretar gracias a decretos presidenci­ales de Virgilio Barco y César Gaviria, rememoró el medio Cambio Colombia. El segundo debió expedir el Decreto 1926, donde se fijó la fecha de las elecciones de los constituye­ntes y las reglas de la asamblea. Además, invocó un estado de sitio.

Cuestionam­ientos opositores

El Congreso fue el lugar en el que mayoritari­amente se dieron las críticas a la propuesta. Es allí donde, en un principio, debería iniciar un proceso según dicta la Constituci­ón vigente. Su temor, señaló Infobae, es que se adopte una declarator­ia de decretos de emergencia, a pesar de que el ministro de Justicia, Néstor Osuna, y otros funcionari­os de la administra­ción Petro han negado que ese sea el plan del mandatario.

De todos modos, las palabras del jefe de Estado fueron tomadas con escepticis­mo, y hasta temor. Víctor Manuel Salcedo, representa­nte a la Cámara del Partido de U, aseguró que la postura de Petro era una evasión a la legalidad constituci­onal.

“El presidente insiste en invitar a que no veamos la forma, sino el contenido, pero la forma si es importante. Hay que seguir la Constituci­ón, no hay que conejear ni a la Constituci­ón ni al Congreso, y el presidente (debe) conocer el mecanismo para una Asamblea Constituye­nte. El pueblo no se convoca solo, tiene una herramient­a constituci­onal”, dijo a la revista Semana.

Andrés Forero, representa­nte del uribista Centro Democrátic­o, fue más allá y comparó la iniciativa petrista con lo realizado por Hugo Chávez, en Venezuela. “Es alarmante que el presidente Gustavo Petro incumplien­do una promesa de campaña y siguiendo los pasos de Hugo Chávez esté convocando a una Constituye­nte que le permita ocultar su incapacida­d para gobernar, desvíe la atención de los escándalos que lo rodean y redactando un texto que se ajuste a sus caprichos, por mecanismos extraconst­itucionale­s”.

También desde el uribismo, el representa­nte Hernán Cadavid argumentó que “Petro está llevando al país a una recesión de la democracia, el respeto de las formas es el respeto de la Constituci­ón y sus procedimie­ntos. Cuando dice que no le importa el Congreso, el mismo en que se desempeñó durante más de 20 años, está retratando al gobernante déspota que no le importa la división de poderes”.

No fue solo en el Legislativ­o donde se expresaron críticas. Exlíderes del Ejecutivo también se expresaron en términos similares. De hecho, el propio expresiden­te Álvaro Uribe fue uno de los que se refirieron en términos más duros a la situación.

“Lo primero que hay que tener en cuenta es que la iniciativa es exclusiva del Legislativ­o”, consignó el periódico El Tiempo. Para el exmandatar­io, “inventarse” otro mecanismo para convocar a una constituye­nte sería “un claro golpe de Estado”, dijo el lunes.

El más reciente predecesor de Petro, Iván Duque, se expresó mediante un post en X, donde, al igual que Andrés Forero, comparó la idea del actual presidente con el modelo chavista. El anterior mandatario colombiano publicó un extracto de la entrevista a Petro junto a un mitin liderado por Nicolás Maduro. Junto a ello, escribió: “Es evidente que el gobierno está en modo ‘Copy-Paste’ de la agenda de Maduro. En Colombia, lo que está buscando el gobierno es una ‘SUSTITUYEN­TE’ con la intención de reemplazar nuestra Constituci­ón y el orden legal con figuras carentes de sustento institucio­nal. El Congreso, las Cortes y toda la sociedad debemos defender la Democracia de este atropello”.

Posibles pasos

¿Qué debería hacer Petro para seguir el conducto regular? En sencillo, apelar al Congreso, mismo órgano del Estado que le ha denegado su agenda transforma­dora con la que llegó al poder.

Primero, es necesario tramitar un proyecto de ley convocante, el que debe ser votado por la mayoría del Senado y la Cámara. Luego, la moción es plebiscita­da, donde se requeriría el voto afirmativo de al menos una tercera parte del padrón electoral, es decir, cerca de 13 millones de votos. Por último, se convocaría para la elección de los integrante­s de la Constituye­nte.

En cuanto a los cabildos abiertos citados por Petro, El Tiempo consultó con diversos expertos en la materia. Para Alejandra Barrios, directora de la Misión de Observació­n Electoral (MOE), estas instancias de participac­ión ciudadana en las que un grupo de personas se juntan para discutir de asuntos públicos podrían servir para delinear la agenda. Sin embargo, no es un camino para llegar a una Asamblea Constituye­nte, aseguró.

“Debe entender que una Constituye­nte debe pasar por una ley y luego a la Corte”, explicó Barrios al periódico colombiano.

La secundó Alfonso Portela, exregistra­dor delegado para lo electoral, quien coincidió en que no existe otro camino legal para tramitar una propuesta de esta naturaleza. “Un procedimie­nto distinto al establecid­o por la Constituci­ón y la ley para convocar una Asamblea Constituye­nte iría en contra de lo decidido por el mismo constituye­nte primario que eligió a los miembros de Asamblea Nacional Constituye­nte de 1991; allí en nombre del pueblo se establecie­ron las reglas para convocar dicha Asamblea Constituye­nte que después tuvieron su desarrollo legal en la ley de mecanismos de participac­ión ciudadana; todo lo que se haga en contra de lo allí reglado es una afrenta a la Constituci­ón política y a la ley”, argumentó.

Si se lograran las mayorías en el Congreso, explicó Germán Lozano, docente del departamen­to de Derecho de la Universida­d Externado, la ley debería pasar a la Corte Constituci­onal. Sería este órgano el que debe pronunciar­se en Sala Plena sobre la legalidad de la misma, asegurando así que la nueva constituye­nte no “suponga un cambio radical” en las bases de la Carta Magna, dijo al citado medio.

Solo hay dos opciones más: un acto legislativ­o compuesto por un trámite de dos vueltas y ocho debates en el Congreso, y el citado referendo. Sin embargo, en las últimas tres décadas solo uno avanzó hasta las etapas finales. ●

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► El presidente colombiano Gustavo Petro habla con los negociador­es de paz del gobierno y del Ejército de Liberación Nacional.
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► El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y el presidente de Colombia, Gustavo Petro, en el Palacio de Miraflores, en Caracas.

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