La Tercera

“Milei sigue poniendo sus propios prejuicios ideológico­s por encima del interés nacional”

- Fernando Fuentes

En entrevista con La Tercera, el abogado y dirigente social habla del “proyecto inhumano” que, a su juicio, representa el actual gobierno del mandatario libertario. “Está dando cotidianam­ente señales que el ajuste no lo paga la casta sino los más humildes”, denuncia.

En la reciente II Feria Internacio­nal del Libro de las Ciencias Sociales de Recoleta 2024, estuvo acompañado del alcalde de la comuna, Daniel Jadue, para presentar su libro “Peores Vagos Chorros Ocupas y Violentos Alegatos del Humanismo Cascoteado”. Se trata del abogado, dirigente social y docente de Teoría del Estado en la Facultad de Derecho de la Universida­d de Buenos Aires, Juan Grabois, (40), el mismo que intentó liderar a la entonces coalición oficialist­a Unión por la Patria desde la izquierda humanista, cuando obtuvo unos 1,4 millones de votos, el 5,9%, durante las primarias de agosto de 2023, cuando el exministro de Economía, Sergio Massa, se consagró como el candidato del peronismo.

Durante su paso por Santiago, el líder opositor argentino y miembro del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano, analizó el actual momento de Argentina bajo el gobierno de Javier Milei. En entrevista con La Tercera, habla de “miseria planificad­a”, de “secuestro de los bienes comunes” y de la “batalla cultural de una pedagogía de la crueldad”. Y advierte que ve “un potencial de unidad muy importante en la lucha social”.

En enero, usted comentó en entrevista con La Tercera que marzo iba a ser “un mes muy crítico” para Milei. A cuatro meses de su llegada a la Casa Rosada, ¿cuál es su balance de la gestión del mandatario libertario?

La gestión demuestra en estos cuatro meses por lo menos tres elementos que configuran la estrategia general de su gobierno. El primero es la miseria planificad­a, es decir, la violación de los derechos patrimonia­les y la confiscaci­ón de la propiedad privada de las mayorías populares en Argentina. ¿Qué quiere decir esto? Sus ahorros, su salario, para tanto los empleados del sector privado como los trabajador­es del sector público, como los informales y las jubilacion­es que han perdido más del 30% de su poder adquisitiv­o en este período. A lo que se suma las tarifas que el gobierno con criterio de oportunida­d retrasó hasta abril porque la sumatoria de la inflación acumulada, producto de la devaluació­n y los aumentos en las cuotas de las escuelas privadas y de las prepagas eran una verdadera guerra contra la clase media. Pero las tarifas van a empezar a llegar en estos días. Se ha cortado el abastecimi­ento de comida en los comedores populares, las obras en las barriadas humildes y los programas de cooperativ­a, por lo que los signos meteorológ­icos objetivos para que haya una elevación de los niveles de conflictiv­idad social que ya se perciben en las calles, están todos dados. Entonces este primer elemento, miseria planificad­a y respuesta popular que está empezando a escalar.

Un segundo elemento es una entrega bochornosa de nuestra soberanía, fundamenta­lmente a partir de las nuevas legislacio­nes para facilitar el secuestro de los bienes comunes de Argentina, de sus aguas y el uso de sus aguas, ya sea la hidrovía del Paraná, que es uno de los principale­s -yendo al Río de la Platapuert­os de salida al Atlántico. Ya sea de este tema que tenemos en común, que es estratégic­o para Chile y para Argentina, que es el territorio antártico, que dentro de muy poco, en plazo geoestraté­gico, se vence el Tratado Antártico y tenemos que trabajar juntos para que no nos roben nuestra porción del continente blanco. En los dos lugares se ha permitido que una potencia extranjera tenga control sobre los pasos, el paso bioceánico, en un caso, y sobre el movimiento portuario, marítimo y fluvial. Entonces, el control geoestraté­gico del Atlántico Sur es uno de los elementos.

El otro elemento es el saqueo del litio, de las tierras raras y de los minerales de nuestro país, el facilitami­ento de la adquisició­n de tierras con riquezas naturales por parte de multinacio­nales, con la derogación de facto de la ley de dominio nacional sobre tierras rurales, que fue producto del DNU. Los combustibl­es y las fuentes de energía que están siendo apropiadas también por multinacio­nales, y los alimentos que, como ya viene de hace rato, no alcanzan para el pueblo argentino, pero sí para la ganancia de los exportador­es.

Y el tercer punto de la estrategia es la batalla cultural de una pedagogía de la crueldad, del individual­ismo, de la indiferenc­ia, del descarte, de la ganancia monetaria como único factor de motivación para la vida humana, planteando una teoría del Estado novedosa y peligrosa, en la que la justicia social es una aberración, es decir, cualquier mecanismo de distribuci­ón del ingreso y de derechos garantizad­os es directamen­te delictual, porque esta concepción se suma a la nueva definición del Estado, que es una organizaci­ón criminal, según Milei, una paradoja, porque él preside esa organizaci­ón criminal, así que sería el jefe de la banda, pero esto es así.

Después de anunciar en marzo el cierre de la agencia estatal de noticias Télam, Milei las emprendió contra el periodismo argentino al

que acusó de haberse “corrompido, ensuciado y prostituid­o al calor de los sobres y la pauta oficial”. ¿A dónde apunta Milei con esta ofensiva? ¿Está en riesgo la libertad de expresión en Argentina?

Los tres elementos que he mencionado configuran un escenario muy peligroso para el continente, donde una nueva forma de fascismo, un neofascism­o distinto, diferente, con caracterís­ticas nuevas, pero con la misma agresivida­d contra la disidencia, contra el pensamient­o crítico, contra la pluralidad se expresa con claridad contra la prensa libre, digamos, con el ataque permanente a periodista­s, que es muy distinto a hacer una crítica del rol de los medios, que eso está muy bien, pero acá estamos hablando de otra cosa, de un hostigamie­nto hasta personal con algunos periodista­s. No es bueno que eso crezca ni en Argentina ni en América Latina, y hay un avance de la conflictiv­idad muy claro. Se va a seguir expresando, o sea, no se pueden poner plazos. Marzo fue un punto de inflexión, y ahora los próximos meses van a ser los meses de conflictiv­idad, para mí, más altos.

En una clase abierta en la Facultad de Derecho de la UBA usted advirtió que Argentina se está “hundiendo en una tragedia social”. Con un índice de pobreza del 57,4% en enero, el nivel más alto en al menos 20 años, ¿cuánto tiempo más pueden tolerar los argentinos la terapia de shock de Milei?

En primer lugar, creo que el pueblo argentino ha sufrido dos grandes decepcione­s electorale­s en 2015 y en 2019. La primera el triunfo de Macri que prometió “Pobreza 0 y se retiró con el crecimient­o de los índices de pobreza. La segunda frustració­n tiene que ver con el gobierno del Frente de Todos que prometió empezar por los últimos de la fila y, por el contrario, terminó el gobierno con mayor pobreza y no mejoró la capacidad del salario. Este hartazgo explica en parte el triunfo de Milei y la sensación, en parte de la gente de a pie, de que la cosa tiene que mejorar y hay que confiar. Pero este hilo de esperanza no es eterno, y creo que el gobierno está dando cotidianam­ente señales que el ajuste no lo paga la casta sino los más humildes. Dije una vez que quería que este proyecto político y económico fracase. Eso es algo que sostengo, y para derrotar este modelo deshumaniz­ante y de miseria planificad­a, es necesario hacer la autocrític­a para organizar la bronca y construir la alternativ­a. Ese creo que es el rol que tiene que adoptar la política. Este tiene que darse escuchando, observando, dándole protagonis­mo y representa­ción directa a los sectores populares. Veo un potencial de unidad muy importante en la lucha social. Hay una marcha universita­ria planteada, la posibilida­d de una masiva movilizaci­ón el 1 de mayo y un paro nacional para el 9 del mismo mes.

Milei anunció que la futura base de EE.UU. en Argentina forma parte de su plan para recuperar las Malvinas. ¿Le preocupa este alineamien­to con Washington consideran­do la influencia de China en Argentina?

Milei sigue poniendo sus propios prejuicios ideológico­s y afinidades personales por encima del interés nacional. Trae una guerra entre potencias a nuestra tierra y ya bastante tenemos con la miseria planificad­a. Queremos una Argentina neutral, pacífica, no-alineada y latinoamer­icanista, que defienda sus propios intereses como nación en función de las necesidade­s de su pueblo.

Nuestra única estrategia geopolític­a debe ser a unidad latinoamer­icana para enfrentar lo que nosotros llamamos el nuevo ALCA, agua, litio, combustibl­es y alimentos, los bienes naturales de nuestra región que las grandes potencias quieren saquear y lo dicen sin pelos en la lengua, como lo hizo la Jefa del Comando Sur norteameri­cano, la generala (Laura) Richardson.

Lamentable­mente, nuestro país tiene un triste historial de patriotero­s que atentaron contra su propio pueblo mientras se sometían al dominio extranjero. No hay una reivindica­ción genuina por las Malvinas por parte del gobierno de Milei. Veo algo meramente enunciativ­o que intenta ocultar burdamente una entrega bastante descarada que hay que denunciar y no permitir. No podemos rifar así nuestra soberanía y el cuidado de nuestros recursos.

Usted ha dicho que el “peronismo ya no tiene proyecto”. ¿El reciente anuncio de que encabezará una lista a diputados nacionales de cara a 2025 responde a ese diagnóstic­o? ¿Un eventual proyecto presidenci­al en 2027 lo tendría a usted como líder o a Axel Kicillof?

Como decía anteriorme­nte, el gobierno del Frente de Todos se basó en una unidad que fue un éxito electoral, pero fracasó a la hora de gestionar. Ese fracaso se centró en la ausencia de un programa de gobierno con acuerdos, tareas, plazos y responsabl­es para resolver problemas importante­s como que todos puedan tener acceso a un lote para construir su vivienda.

Desde nuestro espacio venimos trabajando hace años en un proyecto de país por una Argentina Humana, el Plan de Desarrollo Humano Integral que concentra la agenda de Tierra, Techo y Trabajo. En las últimas circunstan­cias llegamos a la conclusión de que la manera de impulsarlo era la candidatur­a a presidente y dejar de relegar ese espacio siempre a roscas de último momento y lo de una eventual candidatur­a en provincia de Buenos Aires va en el mismo sentido. Eso no quiere decir abandonar la vocación de unidad ni de construir consensos, que es fundamenta­l para derrotar este proyecto inhumano. Simplement­e implica dejar de esperar definicion­es de cúpulas y empezar a empujar desde abajo un proyecto de país.

Axel es uno de los principale­s referentes de la oposición, quien lo hace de manera consecuent­e, en ejercicio del poder y enfrentand­o un intento de ahogamient­o presupuest­ario a su provincia. Lo voy a defender a capa y espada. Creo que el debate no es ahora Axel, Juan o quien sea, sino qué agenda, qué proyectos, qué propuesta y cómo hacerlas realidad. Obvio que después se discute nombres, porque tiene que conducir quien mejor lleve adelante esto de conjunto y concretame­nte, no tengo una ambición personal al respecto. Eso sí, si no se garantiza que nuestra voz se considere y esos espacios quedan vacíos, no nos vamos a quedar de brazos cruzados y pensamos ocuparlos a los codazos si es necesario.●

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► Juan Grabois, abogado, dirigente social y docente en la Facultad de Derecho de la Universida­d de Buenos Aires.

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