La Tribuna (Los Angeles Chile)
EL HOSPITAL MERECE EL APOYO DE TODOS
Señor Director: Ingresé el 24 de julio al hospital público de nuestra ciudad, el diagnóstico: un Infarto cerebral grave. Esperanzas de salir bien eran escasas. Estuve los primeros momentos en primeros auxilios, donde la Neuróloga Dra. Benavides, y un médico joven que no he podido identificar, realizan los primeros procedimientos asertivamente. Estuve bajo su observación 24 horas en la UTI; donde el profesionalismo de doctores, enfermeras, paramédicos y técnicos es impresionante. Pude darme cuenta por qué es un centro que no para. Día y noche funciona bajo un protocolo estricto que no se rompe. Sólo oí de medicina, medicamentos e instrumentos médicos en un lenguaje que claramente no entendía. La entrega de turnos a las 8:00 AM y 20 horas, eran estrictamente personalizadas; de cada paciente se le entregaba el informe diario, no sólo entre médicos sino entre enfermeras y paramédicos. Informes que oía a diario. Luego fui derivado a Neurología y quedé bajo el cuidado y la observación del doctor Figueroa, Neurólogo, dónde, buscando la causa del Ateroma que me había afectado, descubrió, luego de una resonancia, que el origen era la atrofia de ambas carótidas. Estaba viviendo sólo con un 15% de una de ellas, ya que la otra estaba completamente tapada y nada se podía ni se puede hacer. Paralelamente, en ese pabellón, fui visitado por dos fonoaudiólogos, dos kinesiólogos, dos terapeutas ocupacionales y recibí todas las atenciones del protocolo por enfermeras y paramédicos. Luego fui trasladado a cirugía donde esperé 10 días para ser operado por el equipo de doctores cirujanos vascula-