La Tribuna (Los Angeles Chile)
GRAVE FALLA EN PRESERVATIVOS
Señor Director: El Instituto de Salud Pública de Chile ha generado una alerta sanitaria por 712.224 preservativos de la marca Kaiju, fabricados en China, los cuales han presentado rupturas y filtraciones. Estos fueron distribuidos a usuarios/as del Programa de la Mujer y de Prevención del VIH/SIDA.
Además del uso consistente y sistemático en forma correcta en todas las relaciones sexuales de un preservativo, para asegurar su eficacia es fundamental la calidad del condón. En Chile, existe la Ley N º 19.497 1997 que asegura el control de calidad de los preservativos que ingresan al país y desde 2005 es obligatoria su certificación previa a su fabricación, importación, comercialización o distribución. Los preservativos de látex no presentan poros en forma natural, pero por defectos en la manufactura se pueden producir pequeños orificios microscópicos con un tamaño máximo de 30 nanómetros y en cuyo caso, a través de este control de seguridad, se puede evitar su distribución. Además, gracias a estos controles de calidad, se pueden detectar deficiencias en la calidad del envase y en el índice de resistencia a la tracción.
Lo acontecido es grave, pues corresponde a preservativos distribuidos en el sistema público de Salud, los que debieron haber sido sometidos a este control de calidad exhaustivo, así como se debió haber velado por las condiciones de almacenamiento correcto. La eficacia del condón en la prevención del VIH/ SIDA y de otras infecciones transmitidas sexualmente requiere de la educación y entrenamiento en su uso, pero además, debe hacerse énfasis en la necesidad de hacer una elección responsable, así como la valoración de calidad al momento de adquirirlos.
Al realizar un análisis más exhaustivo a los datos entregados por el sondeo, quedan en evidencia al menos tres antecedentes más. En primer lugar, el rango etario de quienes se oponen más firmemente a la medida se dio entre las personas que tienen 18 y 34 años de edad. Un segundo punto crítico de análisis apunta a que estos opositores se auto-reconocen socialmente como “sectores medios” y, finalmente, estas personas políticamente se declaran afines a la “centro-derecha”.
Los antecedentes señalados demuestran, a su vez, tres conclusiones. Primeramente, quienes se oponen en dicho estudio a esta expresión de solidaridad son principalmente jóvenes, nacidos y que viven bajo un contexto cultural y socioeconómico neoliberal, que fomenta casi sin contrapesos la competitividad, el individualismo y el consumismo desenfrenado. En segundo lugar, es un sector desclasado socialmente, pues los antivalores mencionados los han llevado a auto-reconocerse como “sectores medios”, cuando su realidad per cápita efectiva los hace formar parte –a lo más– de un sector medio pero socioeconómicamente empobrecido. Finalmente, que se identifiquen políticamente con la derecha es consecuente con los principios doctrinarios que dice defender dicho sector, pues un derechista –al no creer en la igualdad social como solidaridad colectiva– apuesta por la igualdad individual, basada en las supuestas oportunidades económicas que el sistema neoliberal le brindaría a cada una de las personas nacidas en esta larga y angosta franja de tierra llamada Chile.