La Tribuna (Los Angeles Chile)
La sensación de inseguridad de Los Ángeles
Se está perdiendo la batalla contra la delincuencia y no por culpa de las policías, sino por culpa de leyes mal hechas e interpretaciones judiciales absurdas que se ponen a favor de quien no merece tanto privilegio. Parece que no todos son iguales ante la ley. La víctima no tiene solución. Por eso, es que ya ni siquiera se está denunciando.
Se puede decir con todas sus letras que Carabineros de Chile y la Policía de Investigaciones de la provincia de Biobío y Los Ángeles, realizan un gran trabajo tanto preventivo como en materia de combatir el delito y el tráfico de drogas. A diario vemos como sus operativos dejan gran cantidad de detenidos y su incansable labor no se detiene a ninguna hora ni fecha especial. En palabras simples, se está haciendo el trabajo.
Sin embargo, ocurren casos como el del delincuente apodado “el Punga” que por 50ª vez fue detenido por los efectivos policiales, evidenciando la burla que hacen los antisociales al sistema, aprendiéndose las leyes mejor que abogados y jueves y finalmente, quedando en libertad ante tal nivel de reincidencias.
Lo mismo sucede con quienes se sienten con el derecho y las ganas de protagonizar persecuciones sin temor alguno por las calles urbanas de la ciudad, donde personas inocentes han salido lesionadas tanto por atropellos, como choques o colisiones.
Las policías están siendo burladas y frustradas en su actuar por culpa de la legislación y su aplicación.
Los mismos delincuentes que son detenidos un día, al otro le salen a hacer burla a los policías, ya que pese al esfuerzo y riesgo de la profesión, en la práctica no se logra nada.
Hace unos días, hacíamos el análisis del tema de delincuencia y hoy nuevamente tenemos razones para retomarlo porque claramente algo no está funcionando. Entre la ley y los jueces o fiscales, parece el cuento del huevo y la gallina, pero nada cambia. Todo sigue igual. Las casas están llenas de alarmas y rejas, mientras los antisociales se han tomado las calles porque ellos son quienes tienen todos los derechos, abogados y respetos en detrimento de la ciudadanía trabajadora. No puede ser.
Es hora de que los parlamentarios de nuestro país y de la zona; Roberto Poblete, José Pérez, Víctor Pérez y Felipe Harboe lleven estas necesidades al nivel central. Los pueblos están acorralados por delincuentes llenos de privilegios.
Sin embargo, si las víctimas enfrentan por sus propios medios el problema ante la inoperancia del Poder Judicial, terminan ellos tras las rejas, como el conocido y bullado caso del portonazo en Santiago que dejó a padre e hijo con medidas cautelares por defenderse.
Se está perdiendo la batalla contra la delincuencia y no por culpa de las policías, sino por culpa de leyes mal hechas e interpretaciones judiciales absurdas que se ponen a favor de quien no merece tanto privilegio. Parece que no todos son iguales ante la ley. La víctima no tiene solución. Por eso, es que ya ni siquiera se está denunciando.