La Tribuna (Los Angeles Chile)
Cliente culpa a servicio técnico angelino de sustraer presuntamente piezas de televisor
El afectado denuncia que le sacaron partes esenciales de su televisor, y luego pretendían cobrarle un excesivo monto, argumentando que ése era el valor de la reparación.
Hace poco más de un mes, Claudio Jara Anabalón llevó su televisor - el que presentaba algunas fallas- a un servicio técnico autorizado de la marca del producto, donde el cliente acusa que le sustrajeron algunas piezas esenciales del aparato electrónico, y además pretendían cobrarle una excesiva suma de dinero por el arreglo de este.
Claudio Jara, contó a la Tribuna que el pasado 12 de julio llevó su televisor LG de 40 pulgadas, un smart tv, el que presentaba una pérdida de imagen, pero si se escuchaba, “ya que había pasado el tiempo de garantía para respaldarme y asegurarme de un buen servicio, lo llevé a un servicio técnico autorizado de LG, el que busqué en la página, y acá en Los Ángeles salió únicamente una dirección”.
El afectado, llevó su televisor para que lo revisaran y le dieran el diagnóstico para así enviarlo a reparar, “sólo por ‘destaparlo’ y ver lo que tenía me cobraron la suma de $ 12.000, por lo que se demoraron una semana para entregármelo, y en donde me dijeron que mi televisor tenía arreglo, pero que el repuesto salía $500.000 pesos”.
No conforme con eso, Jara decidió llevar el Smart Tv a otro servicio técnico, aunque no era de los autorizados por la marca, este tenía una muy buena referencia y con trabajo seguro y profesional.
“Este servicio me pareció confiable ya que son bastantes profesionales, y además tienen cámaras donde están reparando lo que hacen y se respaldan por cualquier eventualidad. Así que lo llevé, me lo revisaron y ahí me encontré con la desagradable sorpresa que me habían robado alguna piezas del televisor”, sostuvo Jara.
Tres huinchas Led de la pantalla era lo que se le habría sustraído del servicio técnico “autorizado”, piezas que no costaban más de $ 30.000 pesos, y por las que le estaban cobrando $ 500 mil, según relató.
Luego de eso, Claudio Jara acudió al servicio técnico a pedir alguna explicación, “pedí hablar con el dueño del local y me dice que no tenía que ver nada con el tema y que hablara directamente con el técnico. Hablé con él y me comenzó a dar puras excusas, intentando desviarme del tema para que yo no siguiera insistiendo con eso, y finalmente me dijeron que ellos no se hacían responsables, por lo que yo tuve que ir a dejar una constancia y denuncia en Fiscalía, tengo todas las pruebas que avalan lo que digo”.
Finalmente, el afectado sostuvo que sólo quiere que le respondan por esto, “muy taller autorizado y representante de la marca LG serán, pero en ese taller me robaron y no se hicieron responsables por lo que sucedió, por lo tanto, sigo acciones legales. Tal vez me puedo comprar otro, pero este acto no puede quedar impune y decidí darlo a conocer al público”, conclu- yó Claudio Jara.
Por otra parte, La Tribuna intentó contactarse con el servicio técnico aludido, para tener su versión de lo acontecido, sin poder establecer algún nexo antes del cierre de nuestra edición.
SERVICIO TÉCNICO DE CALIDAD
Ante este tipo de situaciones, el Servicio Nacional del Consumidor, explicó que en este tema existe una desventaja en el mercado cuando un consumidor requiere contratar servicios técnicos, tanto por información que se le entrega, como por el tipo de material usado en las reparaciones.
En la entidad explican que para un consumidor no experto es complejo saber si efectivamente se cambiaron los repuestos o si son efectivamente originales, por ejemplo. Por ello, es indispensable que esta relación se base en la confianza y el profesionalismo, ya que para el consumidor es imposible alcanzar el conocimiento técnico que tiene el prestador del servicio.
Ante tal situación, como Sernac reiteran y recuerdan que las empresas deben ser profesionales y entregar un servicio de calidad a los consumidores. Especialmente en los servicios de reparación, pues el consumidor no es un experto para saber si el arreglo se realizó como se debía o el presupuesto responde efectivamente a la falla.