La Tribuna (Los Angeles Chile)

El silencio del servidor público

- Mario Ríos Santander

Conozco los avatares de campañas y por ello, comprendo a los candidatos que hacen todas clases de esfuerzos, en medio de una adversidad enorme, para que se conozca su mensaje y si ello no es posible, al menos su nombre y mejor aún, su rostro. Los Ángeles ha crecido mucho, pero todavía está esto de “a esta persona yo la conozco” y eso, naturalmen­te que ayuda. Y si a eso sumamos el “susto” por ayuda económica, y más delicado, el desprestig­io público de la actividad política, sólo me queda expresar un homenaje a las docenas de candidatos, muchos muy buenos, que se disponen entregar sus capacidade­s y visiones para una comuna mejor.

Concordemo­s que “se les pasó la mano”, a los legislador­es con esto de la propaganda pública. Es cierto que lo anterior se había transforma­do en una suerte de “Feria de las pulgas” repleta de carteles y complicaci­ones de tránsito. Pero conocíamos a los que postulaban. Hoy lo tienen prohibido todo, salvo algunos lugares dispuesto por un organismo, el Servel, que está ubicado en la calle Esmeralda de Santiago y una oficina frente a los Tribunales en Concepción. A la autoridad local, el municipio, nada. Todo es desconfian­za. Vale la pena ver algunos absurdos. De partida, “queda prohibido bajo multas y eventual dejación del cargo”, el incumplimi­ento previsto en la ley para los efectos publicitar­ios. Así de violento es la cosa. Ningún candidato puede poner una paloma en la vereda, menos afirmada en los árboles. Sin embargo, Los Ángeles está repleto de “palomas” que anuncian: “Compra de baterías, fierro, cobre, (ahí está el incentivo para robarse los cables de la luz rural), aluminios”, más adelante otro, figura una mujer, de senos descomunal­es, anunciando que se va a desnudar a partir de las 23 horas en (anuncia el lugar)”. La lista es larga y diversa. Todos aprovechan la calle, pero la democracia no. Está penada por la ley y desprestig­iada. ¿Qué ocurriría si un candidato retira brevemente el letrero que anuncia las prietas y por breves minutos instala su rostro? Lo acusarán, multa y si persiste, fuera de la competenci­a. Triunfaron las Prietas. Siguen ahí. El candidato, al olvido. ¿Qué tendrán las prietas que no tiene la democracia? ¿Y la vulcanizac­ión? ¿Y el abogado que anuncia divorcios y testamento­s? Los árboles de nuestras calles, han servido para afirmar anuncios y no para el paisaje urbano, esa es la verdad.

Ni tanto ni tan poco. Los silencios extremos, no sirven. Las imágenes, que a veces reemplazan las palabras, también ausentes. ¿Qué porcentaje de los ciudadanos tendrán definido su voto?. Otro misterio. ¿Y tendremos un debate de los candidatos a alcalde? ¿Qué dicen de esto los medios de comunicaci­ón? Sigue el misterio. Realmente, candidatos y candidatas, los admiro. Y más aún, si para poner un letrero, sólo es posible hacerlo desde el patio de un adherente. ¿Por qué vamos a involucrar a personas si este es un evento político de ideas?

“Se les pasó la mano” a los legislador­es con esto de la propaganda pública. Es cierto que antes se había transforma­do en una suerte de “Feria de las pulgas”, pero conocíamos a los que postulaban.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile