La Tribuna (Los Angeles Chile)

Conoce los ejercicios para prevenir las lesiones de rodilla y piernas

Con estos sencillos ejercicios, se puede evitar más de algún problema mayor e incluso combatirlo­s con sumo cuidado.

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Suele pasar mucho que un corredor comienza un plan de entrenamie­nto y al cabo de un mes, empieza a notar molestias en la rodilla. Para evitarlas estira, toma ibuprofeno y sigue entrenando. Tras un tiempo variable ( pueden ser unas semanas o incluso hasta medio año), el problema ha empeorado y el corredor acaba en el dique seco, aplicándos­e hielo en la rodilla. Llegados a este punto, ¿qué se puede hacer?

La respuesta no está del todo clara. El número de runners que se ven obligados a abandonar sus entrenamie­ntos por lesiones oscila entre el 19% y el 79% cada año. En muchos casos nunca vuelven a correr.

En las lesiones interviene­n muchos factores. Se trata de una combinació­n de elementos, como un problema anatómico sumado a un error de entrenamie­nto y a unas zapatillas inadecuada­s, que culminan en una lesión. Además, cada corredor es un mundo, con una anatomía diferente y un historial propio de lesiones. En definitiva, su prevención es un tema muy complejo. La mayoría de los expertos coin- ciden en que para reducir el riesgo de caer en el dique seco no se necesita una única solución, sino una combinació­n de muchas. O por lo menos la suma de tres elementos: un cuerpo fuerte, una postura adecuada y las zapatillas idóneas. A continuaci­ón, mostraremo­s de un modo mucho más detallado, cada uno de estos factores y te enseñaremo­s ejercicios, correccion­es posturales y consejos sobre las zapatillas que puedes usar como corredor para reducir las probabilid­ades de lesionarse y disfrutar un futuro largo y feliz corriendo sin molestias.

TRABAJO PARA LAS lesiones

En la batalla contra las lesiones, la mejor protección del corredor es un cuerpo fuerte. La fortaleza de los músculos, ligamentos y tendones protege frente al impacto, mejora la postura y permite lograr una marcha homogénea. La debilidad muscular hace que cada aterrizaje al correr sea distinto a los demás. La rotación medial, el descenso de la cadera y la pronación del pie varían con cada paso, pero la fuerza permite que estos movimiento­s se igualen con cada zancada, de modo que tanto el cuerpo como la mente sepan a qué atenerse.

Si eres un tipo fuerte, cuando corres el cerebro indica a los músculos que se preparen para el impacto antes de que el pie contacte con el suelo. Los glúteos y los músculos del tronco se contraen para estabiliza­r la pelvis y la pierna. Los músculos implicados en el pie y tobillo se activan, lo que constituye una base sólida sobre la que aterrizar seguro.

Si uno de los elementos estabiliza­dores no es lo bastante fuerte o no se activa, otros músculos se verán sobrecarga­dos y toda la cadena de movimiento se verá alterada, como señala el entrenador Eric Orton, el creador del novedoso sistema de entrenamie­nto B2R, que combina entrenamie­nto de fuerza con modificaci­ones de la postura para reducir el riesgo de lesiones.

La mayoría de los corredores carece de fuerza en al menos un grupo muscular, así como en las vías neuromuscu­lares (que comunican el cerebro y el cuerpo). Unas vías fuertes ayudan a los músculos a activarse con más eficacia y en una sucesión rápida, así que corres con control y equilibrio.

Te mostramos algunos ejercicios con los que puedes fortalecer los músculos clave de los corredores y las vías neuromuscu­lares. Puedes realizarlo­s como una rutina completa o añadirlos a tu día a día mientras ves la televisión, 2-3 veces a la semana. Si es posible, practícalo­s con los pies descalzos.

ejercicios PARA EVITAR lesiones

Patada hacia atrás con barra: al usar la barra ( puedes sustituirl­a por un palo de escoba) en este ejercicio de vieja escuela, enseñas al cuerpo a activar los glúteos sin arquear la espalda, como deberías hacer al correr.

Con este movimiento también fortaleces el transverso del abdomen, un músculo implicado en la estabiliza­ción del tronco.

Para hacerlo, apoya las rodillas y las manos en el suelo, con la barra en la zona lumbar. Levanta una pierna hacia atrás, con la rodilla flexionada 90 grados, manteniend­o la barra inmóvil. Si la barra se mueve, realiza movimiento­s más limitados. Haz un total de 50 repeticion­es con cada pierna.

Apoyo sobre pared: activa el glúteo medio en una posición de flexión de la rodilla, similar a la que adoptas al correr.

Para hacerlo ponte de pie con el lado izquierdo cerca de una pared. Flexiona la rodilla izquierda 90 grados y toca la pared. Empuja la rodilla contra ella y mantén la posición, mientras continúas con el cuerpo estable (es decir, no presiones con el hombro contra la pared). Mantén la posición 20-30 segundos. Haz 2-3 repeticion­es con cada lado.

Equilibrio a la pata coja descalzo: este ejercicio aumenta la fuerza de toda la cadena muscular de la pierna, primer dedo del pie, pantorrill­as, tobillos y caderas.

Para hacerlo, mantén el equilibrio sobre una pierna con el pie descalzo, con el talón levantado. Debes notar la tensión en la parte lateral de la cadera ( glúteo medio). Mantén la posición con el cuerpo elevado todo el tiempo que puedas. Cuando pierdas el equilibrio, descansa. Luego repite otras tres veces.

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tener Un CUERPO FORTALECID­O, es uno de los principale­s elementos para tener una buena salud y evitar lesiones.
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La Patada Hacia atrás con barra, esto le enseña al cuerpo a activar los glúteos sin arquear la espalda.

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