La Tribuna (Los Angeles Chile)
PROFESORES: ¿EL BAILE DE LOS QUE SOBRAN?
Señor director: Hace pocos días se celebró el Día del Profesor. Es bueno no abandonar los rituales, festejar, reconocer, admirar y agradecer a los docentes que tienen una de las tareas más dignas y gratificantes: formar personas.
Pero los rituales no son suficientes si no se traducen en gestos, medidas; no son suficientes si están escritos con letra muerta. Llevamos décadas hablando del “rol del docente”, “profesión docente”, su ejercicio y el modo como los profesores enfrentan los cambios y reformas en los sistemas educacionales.
A todas luces, los temas en discusión son claves para comprender cómo los docentes definen y redefinen su identidad profesional, cómo encaran tanto las reformas como las demandas cotidianas en diversos contextos y situaciones complejas sociales, pero lo fundamental es saber qué pasa en la otra vereda, esa esencial, que nace desde las políticas públicas.
Llevamos décadas, muchas décadas en este limbo en torno a la profesión docente. No se trata del hoy y ahora. Vengo de una familia de maestros; mi madre, profesora normalista que durante años ejerció su tarea de maestra con una dedicación vehemente hasta sus días de jubilación, aún, al igual que tantos otros, espera esa vuelta de manos a propósito de la deuda histórica con los profesores, generada a partir del proceso de municipalización del año 1981.
Este y tantos otros temas aún se encuentran en ese limbo en torno al profundo tema docente, que cada cierto tiempo arropamos con una pequeña cutícula protectora de rituales. Feliz día, profesor. Juan Carlos Torres Director Extensión Académica y Cultural Universidad Central