La Tribuna (Los Angeles Chile)
ROL FORMATIVO DE LAS RONDAS INFANTILES
Señor Director: La ronda se ha transmitido de generación en generación, siendo una de las formas de movimiento de representación humana más antigua en diferentes culturas. En el pasado se realizaban rondas como manifestaciones simbólicas, en las que para su desarrollo y ejecución se imitaba el movimiento de los astros; como los planetas que se mueven en sus órbitas alrededor del sol.
Las rondas infantiles son formas de expresión y recreación a través de un lenguaje corporal basado en un patrón rítmico estructurado, ejecutado por integrantes que siguen una dinámica de representación tomados de las manos cantando, recitando o imitando. Se pueden desarrollar corporalmente en diferentes formas: con las palmas, a través de gestos, dramatizaciones, imitación, movimientos rítmicos o sólo cantadas.
¡Cómo no recordar nuestros primeros años de escolaridad! Cuánto disfrutábamos formando una ronda, tomados de las manos, cantando, bailando y desplazándonos con alegría y al ritmo de “arroz con leche”, “aserrín-aserrán”, “un elefante se balanceaba”, “el patio de mi casa”, “juguemos en el bosque”, “la niña María” y muchas más.
En el ámbito formativo, las rondas son un excelente recurso didáctico para el desarrollo integral de los niños por medio de la adquisición y desarrollo de la expresión corporal y el ritmo. Ense- ñan valores universales como el respeto y la solidaridad, la promoción de la afectividad, espontaneidad, autonomía, autoestima y la amistad. Favorecen la integración a la diversidad cultural y evitan la discriminación entre los niños.