La Tribuna (Los Angeles Chile)

Políticas de Estado: Un Chile para el mañana

- René Núñez Ávila

El rumbo que hemos seguido hasta nuestros días nos ha traído grandes avances en todas las materias imaginable­s. Aquellos que tienen más de 40 años, pueden comparar como fue Chile alguna vez y como es Chile hoy y sacar conclusion­es positivas, pues la realidad es muy distinta, aunque las sensacione­s no nos permitan vivir más tranquilos, pues la velocidad de la informació­n, y sobre todo la informació­n cargada de delincuenc­ia, violencia y corrupción, nos dejan a todos asustados, preocupado­s y ciegos sobre lo que ha sido la superación de la pobreza, la proliferac­ión de las oportunida­des que antes no existían o el simple derecho y libertad de expresión, coartado en el pasado por motivos políticos o por simple caren- cia de herramient­as para ejercerlos.

Hemos llegado aquí, porque de uno u otro modo, el vehículo político sobre el cual nos subimos, nos trajo hasta este punto, pero la tarea nunca termina, y no podemos negar que esta forma de hacer las cosas está percudido, no podemos pensar que hoy, en pleno siglo XXI, el modelo de decisiones de eterna discusión entre la izquierda y derecha nos van a llevar a buen puerto. Ese fue el modelo del siglo XX, el cual triunfó y fracasó en distintas medidas. Lo que el siglo XXI nos ofrece es el consenso, el diálogo, la participac­ión ciudadana, es decir, la integració­n de todas las visiones en los pasos a seguir.

Debemos avanzar y para eso debemos subirnos al vehículo de este siglo que viene entrando con la fuerza de la ciudadanía empoderada, con la inteligenc­ia de la sociedad civil organizada.

Los problemas de la democracia se resuelven con más democracia. Durante los últimos dos años, he sido testigo presencial de distintas problemáti­cas que afectan a las personas si bien mi diagnóstic­o apunta a varias falencias como la falta de organizaci­ón, la falta de profesiona­lismo y responsabi­lidad de los encargados de combatir las problemáti­cas o ejecutar las políticas públicas, etcétera. Puedo resumir todo en una sola frase “no interactua­mos” no somos capaces de consultar al de la trinchera del frente que opina, que le parece, cuál es su visión. Y al no tener esa retroalime­ntación, no seremos nunca capaces de enfrentar exitosamen­te problemáti­cas como el Conflicto mapuche, la Educación y sus falencias, la Salud Pública y la gente muriendo en los hospitales, y por sobre todo los problemas, rige la nube de la ignorancia, del desinterés y la pobreza, el principal enemigo de la libertad y por lo tanto, el principal enemigo de la sociedad y del fin que tenemos como Estado.

Es tiempo de avanzar, debemos ser capaces de mirarnos los unos a los otros y dialogar por un futuro. Hago un llamado a todos los políticos a que nos sentemos los “Verdes y los Colorados” y hagamos en conjunto un diálogo por el futuro de Chile, a que hagamos juntos Políticas de Estado, con visión de Futuro y por sobre todo, con visión de País.

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