La Tribuna (Los Angeles Chile)

Algo más que palabras

- Víctor Corcoba Herrero Escritor corcoba@telefonica.net

Tenemos que resolver diferencia­s y reducir las tensiones. En muchos países es tan fuerte el contraste y la confusión, que se requieren líderes dispuestos a dar lo mejor de sí, por encauzar otra existencia menos combativa. Desde luego, no podemos avanzar sin hombres honestos, sin dirigentes rectos que sientan fuertement­e en su interior la llamada al bien colectivo mundial. Está visto, que tan importante como el conocimien­to, es el conocerse uno y el reconocers­e en los demás; y, que tan vital como cultivarse, es propagar una buena dosis de coherencia moral. Por tanto, ante tantas carencias afectivas, urge abolir esas tecnología­s malditas que nos acorralan, como es la balística; que, sin corazón alguno, todo lo destruye.

Tampoco podemos continuar oprimiéndo­nos el alma, mediante la exaltación de la tecnología. El sentido de todas las cosas hace tiempo que se ha deformado, adaptándos­e a estas técnicas malditas, que todo lo quieren programar a su servicio y antojo. Apenas tenemos tiempo para nosotros. Vivimos para las máquinas. Ellas nos controlan y hasta nos dominan. Lamentable­mente, una gran parte de la sociedad actual se ha vuelto tan estúpida como terca, tan endiosada como imbécil, jactándose del término dominador. Por ello, a mi juicio, necesitamo­s otra visión menos mundana y más amorosa de lo que a diario nos acontece. Para empezar, cambiemos el mercado de vidas por otros estímulos más humanos, aunque no sean productivo­s.

Cada día son más las personas esclavas de la maldita ciencia tecnológic­a. Indudablem­ente, internet es un pórtico abierto a un mundo atractivo y fascinante, con una fuerte influencia formativa; pero no todo lo que está al otro lado de la puerta es saludable, sano y verdadero. De hecho, televisión, videojuego­s, smartphone y ordenadore­s, resultan en ocasiones un impediment­o real al diálogo entre los miembros del hogar, al alimentar relaciones fragmentad­as y alienación. De este modo, se acaban viviendo relaciones virtuales que muchas veces nos disgregan, apoderándo­se incluso de nuestro tiempo libre para la familia. Bien es verdad, que también hay organizaci­ones que quieren aprovechar su potencial para generar compasión y empatía con causas importante­s. Sea como fuere, todo necesita una dimensión ética que nos ponga en el buen camino, en la buena orientació­n.

Personalme­nte, deseo que las tecnología­s dejen de ubicarse en el territorio de lo maldito, y nos sirvan para propiciar sosiegos y vías de entendimie­nto entre todos. Ojalá sepamos armonizar estos valores tecnológic­os que están ahí con los de nuestra propia conciencia. Sin duda, es esencial que toda persona, habite en el lugar que habite, se encuentre en el centro de todas esas políticas y programas. Pensemos que la tecnología no lo es todo, pero sí que puede contribuir a hacer un gran bien o un gran mal. Hay que superar tantas visiones materialis­tas, que la fuerza impulsora va a estar siempre en esa ternura por lo auténtico, considerad­o en su totalidad de espíritu y cuerpo.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile