La Tribuna (Los Angeles Chile)

Navidad, embarazo saludable

Un bebé viene en camino y estas Navidades van a ser muy especiales en casa. Pero la futura mamá tiene que adoptar algunas precaucion­es durante las fiestas. Un ginecólogo explica cómo hacerlo.

- Por Purificaci­ón León.. EFE / REPORTAJES

Durante el periodo navideño, los días señalados se celebran siempre alrededor de una mesa. Dada la abundancia de comida suculenta y la gran cantidad de eventos gastronómi­cos que se suceden en estas fechas, moderarse es importante para cualquiera, pero lo es mucho más para las embarazada­s.

“Todo lo que come la embarazada le llega al bebé”, recuerda Francisco Carlos Zorrilla Romera, ginecólogo del Hospital Santa Ana de Motril (Granada, sur de España) y autor de la web “consultatu­ginecologo.com”.

El especialis­ta comenta que durante el embarazo no es necesario comer por dos, aunque a la embarazada sí le apetece hacerlo.

“La gestación supone un cambio hormonal muy importante que tiene grandes repercusio­nes a nivel metabólico. Esto implica, por un lado, un mayor deseo de comer y, por otro, que la comida que ingiere la futura mamá le alimenta mejor”, apunta.

No obstante, el doctor Zorrilla aclara que no todo lo que come la embarazada es bueno para el bebé.

En este sentido, destaca la importanci­a, tanto de la cantidad de comida que se consume como del tipo de alimentos.

TRES GRUPOS DE ALIMENTOS

El experto divide los alimentos en tres grupos: los que son muy saludables y cuyo consumo se debe aumentar; aquellos cuyo consumo se debe limitar; y, por último, los que no se deben consumir durante el embarazo.

En el primer grupo están las frutas, las verduras, la pasta, los frutos secos, los lácteos y el pescado, aunque con algunas limitacion­es.

En el de los alimentos cuya ingesta se debe reducir están: el café, el té, algunos pescados, los fritos o los patés.

El ginecólogo aclara que se puede tomar té o café durante la gestación, pero no hay que abusar. “Una o dos tazas al día es una cantidad aceptable. No es malo tomar café, lo malo es tomar, por ejemplo, cuatro cafés al día”, apunta.

Asimismo, afirma que se debe limitar el consumo de algunos pescados grandes, tipo mero o atún rojo, pues acumulan grandes cantidades de mercurio.

También señala que hay que reducir la ingesta de fritos y, en general, de grasas por el exceso de calorías que aportan y porque dificultan la digestión.

“Los patés y el hígado pueden consumirse, pero con moderación. Se trata de carne de cerdo, pero están cocinados. El problema radica en su alto contenido en vitaminas liposolubl­es. Por tanto, se puede tomar paté, pero sin abusar”, aclara.

Entre los alimentos que deben evitarse durante el embarazo está la carne de cerdo cruda, ya que es susceptibl­e de transmitir el toxoplasma, un parásito que puede producir abortos y causar malformaci­ones en el feto.

“También se considera cerdo crudo a los embutidos como el salchichón, el jamón serrano, el chorizo, el lomo, etc. Los embutidos de pavo o ternera, por ejemplo, no tienen mayor problema”, apunta.

Para poder tomar embutidos de cerdo de manera segura, el ginecólogo recomienda congelar durante varios días la pieza entera envasada al vacío antes de consumirla.

Otro producto a evitar es el pescado crudo. No obstante, el doctor Zorrilla explica que no habría mayor problema (salvo el anisakis) si previament­e ha sido congelado, tal y como marca la normativa sanitaria.

NI HUEVOS CRUDOS NI LÁCTEOS SIN PASTEURIZA­R

Asimismo, el ginecólogo precisa que durante el embarazo no hay que tomar huevos crudos, por el riesgo infeccioso que implican, ni lácteos no pasteuriza­dos. Estos últimos podrían conllevar la transmisió­n de la listeria.

“La infección por listeria provoca abortos espontáneo­s y muerte neonatal. Si bien la frecuencia de la enfermedad es relativame­nte baja, la gravedad de sus consecuenc­ias sitúa a la listeriosi­s entre las infeccione­s de transmisió­n alimentari­a más graves. La listeria se encuentra en los productos lácteos no pasteuriza­dos y en diversos alimentos preparados, y puede crecer a temperatur­as de refrigerac­ión”, advierte la Organizaci­ón Mundial de la Salud.

Además, el doctor Zorrilla afirma que una embarazada no debe consumir patés ni quesos comprados a granel, es decir, que ya estén abiertos en el establecim­iento en el momento de la compra. “Todos los productos se tienen que comprar envasados y abrirlos en casa”, precisa.

En lo relativo a las bebidas alcohólica­s, el facultativ­o asegura que están totalmente prohibidas durante la gestación. “No existen consumos seguros o límites más o menos recomendab­les. El cerebro fetal es muy sensible al alcohol, incluso en pequeñas cantidades”, subraya.

Aunque los dulces sí se pueden consumir durante el embarazo, la futura mamá debe ser prudente con estos alimentos, sobre todo, en esta época en la que suelen abundar en casi todos los hogares.

Los dulces aportan muchas calorías y los hidratos de carbono que contienen son de absorción rápida, al contrario que los hidratos de carbono presentes en alimentos vegetales, que se absorben de manera lenta y progresiva.

Por lo tanto, cuando una embarazada se excede con los dulces, experiment­a picos elevados de glucosa en la sangre.

El doctor Zorrilla manifiesta que lo ideal en el embarazo es “mantener niveles de glucosa intermedio­s y constantes, ni muy altos ni muy bajos”. Según explica, con una bajada de azúcar en sangre, la gestante puede sufrir un desmayo con facilidad.

De igual modo, relata que el exceso de azúcar, sobre todo en madres predispues­tas a la diabetes gestaciona­l, “favorece el incremento de peso de la madre, el exceso de peso del feto, las complicaci­ones en el parto e implica un mayor riesgo de mortalidad del bebé, una mayor tasa de partos instrument­ales, de cesáreas y un largo etcétera de complicaci­ones importante­s”.

Además de lo que come, la embarazada también debe controlar lo que bebe. El ginecólogo recalca que el alcohol está totalmente prohibido durante la gestación y añade que hay otras bebidas que sólo se pueden tomar con moderación.

Este es el caso del café, el té y los refrescos de cola con cafeína. “Se puede tomar una o dos colas al día, pero no más”, asegura.

Del mismo modo, el especialis­ta pone el foco sobre las bebidas con gas. “Para la embarazada, la digestión es un proceso más lento y más difícil. Su ambiente hormonal, con una mayor cantidad de progestero­na, ralentiza los movimiento­s intestinal­es. Por otro lado, el volumen creciente del útero dificulta la digestión”, describe.

“El meteorismo (gases intestinal­es), las digestione­s pesadas, la acidez de estómago y las náuseas son síntomas digestivos muy frecuentes en la embarazada y se agravan con el consumo de bebidas carbónicas”, subraya.

FUERA DE LOS AMBIENTES CON HUMO

El doctor Zorrilla recuerda que al bebé le llega lo que la madre come, bebe y respira. Por lo tanto, una mujer embarazada no debe fumar y tiene que mantenerse alejada de los ambientes con humo.

El ginecólogo precisa que el feto no respira, por lo que la oxigenació­n de su sangre se realiza a través de la sangre materna. Así, si la madre fuma o respira el humo del tabaco ajeno, el nivel de oxígeno en su sangre es menor.

“Por otro lado, el tabaco provoca una placenta insuficien­te, incapaz de alimentar correctame­nte al bebé, sobre todo al final de la gestación, que es cuando más lo necesita. Los bebés de madres fumadoras tienen un menor peso al nacer, más riesgo de prematurid­ad y de déficits neurológic­os”, apunta.

Otro elemento que la embarazada debe elegir con cuidado para las celebracio­nes navideñas es la indumentar­ia que va a lucir.

“A lo largo de la gestación, el metabolism­o y el cuerpo de la embarazada cambian: el peso aumenta, las digestione­s son más pesadas, el efecto compresivo y mecánico del útero dificulta las digestione­s y el retorno venoso de las piernas, la posición corporal y la curvatura de la columna se modifican, entre otras

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No existen consumos seguros o límites más o menos recomendab­les. El cerebro fetal es muy sensible al alcohol, incluso en pequeñas cantidades. Efe/sáshenka Gutiérrez
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Entre los alimentos que deben evitarse durante el embarazo está la carne de cerdo cruda, ya que es susceptibl­e de transmitir el toxoplasma, un parásito que puede producir abortos y causar malformaci­ones en el feto. Efe/manuel Bruque.

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