La Tribuna (Los Angeles Chile)

Más y mejores trabajos, salas cuna y jardines infantiles

- Mónica Colin Aravena Jefa Provincial de Educación Biobío

El nivel de Educación Parvularia es uno de los pilares de la Reforma Educaciona­l que ya es una realidad, con avances concretos y compromiso­s cumplidos. Hace unas semanas compartíam­os con gran alegría el aumento de cobertura para niños y niñas en la Provincia de Biobío, el que a nivel nacional suma 800 jardines infantiles, con estándares de nivel internacio­nal, en un proceso en el que han confluido educadoras, familias, arquitecto­s y comunidade­s enteras. Este esfuerzo sumará a la Educación Parvularia de 0 a 4 años 70 mil nuevos cupos para niñas y niños.

Pero esas buenas noticias no son solo para los padres, madres y apoderados, sino también para los profesiona­les de la Educación Parvularia, entre ellos nuestras educadoras y educadores, sumado a los técnicos de Educación Parvularia, manipulado­ras de alimentos y auxiliares, ya que en cada gran proyecto, construcci­ón o mejoramien­to de cada uno de nuestras salas cunas y jardines infantiles tenemos más trabajo y mejores condicione­s para la comunidad educativa en su conjunto.

En nuestra Provincia de Biobío, entre las comunas de Negrete, Mulchén, Laja, Los Ángeles, Nacimiento y Tucapel; en proyectos de construcci­ón y reposición se han generado más de 190 nuevos cupos de trabajo, lo que se traduce en más de 480 cupos para nuestros niños y niñas en las salas cunas de Biobío y más de 670 en jardines infantiles.

Esta política pública, pilar del Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, concibe como protagonis­tas a los niños y niñas y sus experienci­as de aprendizaj­e, y como Ministerio de Educación, aspiramos a que desarrolle­n y despliegue­n al máximo sus potenciali­dades y talentos, se integren socialment­e y ejerza libremente su ciudadanía, construyen­do su propia identidad y proyecto de vida; desarrolle­n la comprensió­n mutua y el respeto, y que aprendan a vivir juntos, potenciand­o la comprensió­n de otro y la empatía, desarrollá­ndose en lo personal y en lo social.

Esas buenas noticias no son solo para los padres, madres y apoderados, sino también para los profesiona­les de la Educación Parvularia.

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