La Tribuna (Los Angeles Chile)
La migración en Biobío: desafíos y oportunidades
La migración, en la historia de la humanidad, ha sido un proceso recurrente. El nomadismo del hombre lo llevó a desplazarse por el planeta en busca del alimento y de espacios que le permitieran la sobrevivencia, hasta del período neolítico, que es donde se inicia el sedentarismo con los primeros asentamientos humanos, cultivando la tierra y acumulando los granos (los graneros del neolítico); así surgen las villas, las ciudades y luego los imperios, para dar paso finalmente a los países y a las fronteras que hoy existen en el mundo. Desde hace bastante tiempo muchos estudios nos vienen señalando que la migración representa uno de los siete problemas que la humanidad deberá enfrentar, ya que se producirán grandes desplazamientos humanos originados por diversas causas, algunas de ellas tendrán su origen en problemas socio-políticos, otros en conflictos bélicos, algunos provocados por la naturaleza, como lo es la falta de agua y las sequías abrazantes etc.
El cambio de siglo, pareciera ser el punto de partida de este fenómeno que como país y ciudad hemos venido constatando; proceso que debemos asimilar y encausar adecuadamente, para transformarlo en un desafío y en una suma de oportunidades.
Hoy, como país, necesitamos disponer de una legislación moderna que regule y asegure este fenómeno migratorio, ya que tenemos espacio suficiente para acoger a muchos hermanos de países vecinos y de nuestro continente que buscan mejores oportunidades. Entre ellos encontramos a destacados profesionales de diferentes áreas, que sin duda pueden contribuir a nuestro desarrollo. La migración bien conducida ayuda al fortalecimiento de los pueblos, porque amplía los horizontes culturales y fortalece valores y principios esencialmente humanos, tales como la integración, la solidaridad y la tolerancia.
El desafío que hoy nos presenta, la migración en Biobío, tiene que ver con la capacidad de generar políticas locales, que nos ayuden a ordenar y a encauzar las demandas de trabajo, educación, vivienda y salud de los muchos extranjeros que tramitan su instalación en nuestra ciudad. Es necesario normar la oferta de arriendo, ya que están surgiendo verdaderos guetos en diferentes barrios, donde las condiciones básicas de las viviendas no responden a las exigencias sanitarias y de habitabilidad, observándose un aprovechamiento en los costos de éstos que superan lo razonable y que ponen en una situación crítica y desesperada, por ejemplo, a los migrantes haitianos, y venezolanos. En materia educacional existen protocolos de inserción y de validación de estudios . También en salud se han impulsado protocolos que facilitan la atención de los ciudadanos extranjeros. En materia de trabajo se observa un buen nivel de inserción y junto con ello, cabe destacar que se han ido superando las desconfianzas de empresarios para contratarlos; requisito fundamental para acreditar su permanencia y acceder a la visa de residencia.
La presencia de extranjeros en Los Ángeles y la provincia no hay que verla como una amenaza, sino más bien como una oportunidad, ya que han empezado a demostrar que son “buenos para la pega” y que están disponibles para “colocar el hombro” a muchas actividades, que en nuestro medio, han sido desechadas como ofertas laborales. Es destacable el nivel educacional, de muchos de ellos, que se manejan con un par de idiomas y que además acreditan competencias técnicas, que por estos lados no tenemos y que en sus países de origen obtuvieron gratuitamente, cuestión que no nos sorprende, ya que en todo el continente, la educación es pública y gratuita; sin embargo, en el país, aún no hay acuerdo pleno para colocarnos a la altura de nuestros vecinos en esta importante materia.
Esperamos que se pueda avanzar con la Ley de Migración, y que ésta en su origen ayude a normalizar la situación de permanencia de tantos extranjeros que ya llevan un buen tiempo trabajando y compartiendo con nosotros en todo el país.