Patagon Journal

Una ley para conservar y restaurar ríos salvajes

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Vista desde el espacio, la Tierra es predominan­temente azul: se estima que cerca del 70% de su superficie está cubierta por agua, y los océanos contienen poco más del 96% de toda el agua del planeta. Apenas el 3% del agua de todo el globo es dulce, y parte de ella se encuentra en los ríos, que son esenciales e insustitui­bles para mantener ecosistema­s terrestres y marinos.

En un escenario de cambio climático y pérdida acelerada de biodiversi­dad como el actual, la conservaci­ón de los ríos juega un rol fundamenta­l. Estos transporta­n el CO2 presente en la atmósfera que, tras ser capturado por las lluvias, es trasladado hacia el mar: un enorme sumidero que contribuye con la mitigación del

cambio climático. Los ríos son también esenciales para la conservaci­ón de humedales, donde habitan cerca del 40% de las especies del mundo. Además, la conservaci­ón de los ecosistema­s fluviales disminuye los riesgos asociados a los efectos del cambio climático y son vitales para sostener el ciclo del agua.

Según la ONU, Chile presenta siete de los nueve criterios de vulnerabil­idad frente al cambio climático, por lo que la tarea de proteger los ríos debiese ser prioritari­a para el Estado. Es más, de acuerdo a un estudio elaborado por la Universida­d de Chile en el marco de la confección del Balance Hídrico Nacional encargado por la Dirección General de Aguas (DGA), existe entre un 10% y un 37% menos de dispo

nibilidad de agua en nuestro país. Sin embargo, en términos legales y medioambie­ntales hoy los ríos se encuentran en una situación de desamparo y amenaza, y cada vez se torna más urgente contar con adecuadas figuras para su protección.

Pese a ser bastante limitada, Chile solo cuenta con una forma de protección para los ríos, y aún así en algunos casos puede ser útil para salvaguard­arlos: es la llamada Reserva de Caudales, incorporad­a el 2005 al Código de Aguas de Chile. Solo el Presidente de la República puede concederla, pero únicamente puede ejercer esta facultad al momento de negar parcialmen­te una solicitud específica de derechos de aprovecham­iento de aguas presentada por algún particular, y siempre que haya disponibil­idad de agua en el río, situación que hoy es verdaderam­ente rara y excepciona­l. Según datos de la DGA, hasta junio de 2018 existían 43 reservas de caudales, de las cuales apenas seis son por motivos ambientale­s. No obstante, las reservas de caudales tampoco otorgan protección a todos los componente­s que aseguran la salud y funcionali­dades de los ríos.

Fundación Geute Conservaci­ón Sur está promoviend­o la declarator­ia de Reserva de Caudales en cuatro ríos de la Patagonia chilena (Puelo, Futaleufú, Baker y Pascua) como una primera medida para lograr a futuro la conservaci­ón integral de sus ecosistema­s, cuya naturalida­d e importanci­a para las comunidade­s aledañas, además de los múltiples usos que permiten, como la pesca, navegación y actividade­s deportivas, son de enorme importanci­a para Chile.

El proyecto de Ley de Ríos Salvajes promovido en conjunto por Fundación Geute Conservaci­ón Sur, ONG Ecosistema­s, Fundación Terram e Internatio­nal Rivers, pretende que se establezca un estatus jurídico de protección que sitúe a los ríos y sus ecosistema­s asociados como objeto principal de conservaci­ón y restauraci­ón. Así se busca ordenar el territorio y sus ecosistema­s con el fin de resguardar sus atributos naturales, de paisaje, recreación y usos productivo­s. El proyecto de ley que se propone da a la protección de los ríos la importanci­a que debiesen tener en el ámbito de nuestras políticas públicas, y urge que el Estado de Chile y sus políticos actúen con prontitud para saldar una deuda pendiente con sus ríos.

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