Luis Sepúlveda: Su vida y relación con la Patagonia
“Uno es de donde más se siente como en casa”, escribió el escritor chileno Luis Sepúlveda en su libro Patagonia Express, posiblemente su libro más trascendental sobre la región. Y, sin duda, un lugar donde Sepúlveda realmente se sintió como en casa fue en la Patagonia, un sitio que fue también el tema principal de otros libros populares suyos como Mundo del Fin del Mundo, Últimas Noticias del Sur y Full Circle: A South American Journey (Círculo completo: un viaje por Sudamérica).
Sepúlveda falleció trágicamente el 16 de abril a los 70 años, una de las primeras y más famosas víctimas del Covid-19. Patagon Journal presenta este homenaje y recuerdo sobre este gran escritor y apasionado defensor de la Patagonia.
Nací por casualidad en Ovalle. Hay que nacer en alguna parte...soy de muchas partes, soy esencialmente latinoamericano”, dijo Sepúlveda en una entrevista para la Universidad de Valparaíso en noviembre de 2015. “He tratado de reflejar esencialmente eso, no de un escritor de ficción con más o menos maestría, pero un escritor rabiosamente latinoamericano”.
Exiliado por la dictadura militar de Augusto Pinochet en Chile, Sepúlveda vivió una vida colorida con aventuras recurrentes en toda la Patagonia y América Latina. Su larga y productiva trayectoria como escritor incluyó más de 20 novelas, libros para niños y de viajes, que fueron traducidos a 52 idiomas y el tema de varias películas y documentales. Libros como Patagonia Express, El viejo que leía novelas de amor
e Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar han recibido muchos premios internacionales, tales como los prestigiosos Premio Primavera y Premio Tigre Juan.
Sepúlveda estaba orgulloso de ser de izquierda, e incluso lucía como su foto de perfil de Twitter una imagen donde aparecía usando un ushanka -un sombrero negro militar ruso tradicional con el símbolo de la hoz y el martillo de la Unión Soviética- mientras posaba en la Plaza Roja de Moscú.
Sus inclinaciones políticas puede que tengan sus raíces,
Un gran escritor, un nómada, un ambientalista, un apasionado defensor y amante de la Patagonia.
Passion for nature and adventure
Sepulveda's relationship with Patagonia, and indeed his passion for adventure and travel, started at an early age and is described in detail in World at the End of the World.
Sepulveda writes that he received from his Spanish uncle “Tío Pepe” – a veteran of the Spanish Civil War who he describes as the black sheep of the family – adventure books from renowned writers like Jules Verne, Emilio Salgari, Jack London and Herman Melville, whose seminal novel Moby Dick, Sepúlveda says, “changed his life.” The young, budding writer was also hugely influenced by the works of Chilean author Francisco Coloane, who wrote adventure fiction about whaling and the canals and fjords of the Chilean Patagonia coast.
Inspired by what he read, when he was 16-years-old, Sepúlveda embarked on a trip to the southern tip of Chile during the austral summer. He hitched a roundtrip ride from Puerto Montt to Punta Arenas onboard a passenger and cargo ship earning his keep peeling potatoes, washing dishes and feeding the crew. The experience kindled a life-long spirit of adventure. “I was in Punta Arenas, I had calloused hands and, in my pockets, the first money I had ever earned working,” Sepúlveda wrote.
Sepulveda's summer adventure also included working onboard one of the last Chilean boats to hunt sperm whales in Bahía Cook, west of the Beagle channel. Many years later, Sepúlveda would return to Patagonia, but this time onboard a Greenpeace ship to chase down and try to prevent a Japanese whaling vessel, the Nishin Maru, from carrying out its bloody deeds.
In Chatwin’s footsteps
I t is in Patagonia Express that Sepúlveda really begins to explore a deeper inner, personal meaning of Patagonia. This book is very much a homage to one of Sepúlveda's phantom mentors, Bruce Chatwin, the English author of In Patagonia, a book widely considered to
“Cuando tenía 16 años se embarcó en un viaje al extremo sur de Chile. Esta experiencia despertó un espíritu de aventura de toda una vida”.
al menos en parte, en su educación. Su padre José era militante del partido comunista chileno; su madre, Irma Calfucura, era una enfermera de ascendencia mapuche; y su abuelo participó en el movimiento político anarquista español antes de huir a Chile de la España de Franco.
Mientras estudiaba teatro en la Universidad de Chile, Sepúlveda se convirtió en un líder estudiantil durante el gobierno de Salvador Allende. Fue arrestado y encarcelado por el régimen militar de Augusto Pinochet, pero consiguió escapar del país en 1977 con la ayuda de la rama alemana de Amnistía Internacional. Trabajando con un grupo de teatro, viajó a Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay, antes de asentarse en Ecuador, donde pasó seis meses viviendo con una tribu de indios Shuar como parte de un programa de investigación de la UNESCO, una experiencia que más tarde lo inspiraría para escribir Un viejo que leía novelas de amor.
En 1979 se unió a la Brigada Internacional Simón Bolívar para apoyar la lucha para derrocar el régimen de Anastasio Somoza en Nicaragua. Un año más tarde partió a Europa, estableciéndose en Hamburgo durante 14 años. También se convirtió en un activista medioambiental, y entre 1982 y 1987 trabajó para Greenpeace como coordinador y miembro de la tripulación en su barco The Rainbow Warrior.
Sepúlveda acabó asentándose en 1997 en Gijón, España, donde pasó el resto de su vida y vio su carrera literaria alcanzar el estrellato internacional.
Su matrimonio con Carmen Yáñez es una dramática historia de amor en sí misma. Tras conocerla con tan solo 19 años, se casó en 1971 con ella, una izquierdista radical que llegaría a convertirse en poeta, y tuvieron un hijo acertadamente llamado Carlos Lenin. Sin embargo, se separaron por “diferencias ideológicas irreconciliables” tres años más tarde y acabaron por perder todo contacto cuando Sepúlveda fue encarcelado por el régimen de Pinochet (Yáñez también fue encarcelada por los secuaces de Pinochet y se escondió en Argentina antes de huir a Suecia en 1981). Después de que Sepúlveda tuviera tres hijos con su segunda esposa y volviera a quedar soltero, se reunieron veinte años más tarde en Alemania, y en 2004 Luis y Carmen volvieron a casarse y permanecieron juntos hasta la muerte de Sepúlveda en abril después de luchar contra el coronavirus durante 48 días en un hospital de Oviedo, España.
Pasión por la naturaleza y la aventura
La relación de Sepúlveda con la Patagonia, y su pasión por la aventura y los viajes, comenzó a una edad temprana y se describe detalladamente en Mundo del fin del mundo.
Sepúlveda escribe que recibió de su tío español, el “Tío Pepe” (un veterano de la Guerra Civil Española a quien describe como la oveja negra de la familia), libros de aventuras de escritores famosos como Julio Verne, Emilio Salgari, Jack London y Herman Melville, cuya trascendental novela Moby Dick dice que “cambió su vida”. El joven escritor en ciernes también fue enormemente influenciado por las obras del escritor chileno Francisco Coloane, quien escribió ficción de aventuras sobre la caza de ballenas y los canales y fiordos de la costa de la Patagonia chilena.
Inspirado por lo que había leído, cuando tenía 16 años se embarcó en un viaje al extremo sur de Chile durante el verano austral. Se subió a un viaje de ida y vuelta desde Puerto Montt a Punta Arenas a bordo de un barco de pasajeros y carga, donde se ganaba el sustento pelando papas, lavando platos y dando de comer a la tripulación. Esta experiencia despertó un espíritu