Argentina dice NO a la salmonicultura
Desde el lado argentino de Tierra del Fuego llegaron las buenas noticias para las comunidades, activistas y organizaciones ambientales que pedían proteger los prístinos ecosistemas de la zona. El 30 de junio, la legislatura fueguina aprobó por unanimidad el proyecto de ley que prohíbe la instalación de la salmonicultura en esa provincia.
La normativa fue promovida por Mónica Urquiza, actual gobernadora de la provincia, y Pablo Villegas, legislador de la región, y rápidamente se ganó el apoyo de los habitantes de todo el archipiélago de Tierra del Fuego.
Fundación Rewilding Argentina es una de las organizaciones que inició este camino por prohibir la industria salmonera en Argentina. “Fue en marzo de 2018, cuando el gobierno de Argentina y el de Tierra del Fuego firman el acuerdo con Noruega en favor de esta industria, que la comunidad comienzó a manifestarse en contra de esta posibilidad, rechazo al que nos sumamos e impulsamos este movimiento para convertirlo en política pública”, recuerda David López Katz, residente de Tierra del Fuego y miembro del equipo de Sin Azul No Hay Verde de la fundación.
A diferencia de lo que ocurre en Chile, donde la industria opera desde la década del 70 en diversas regiones del sur del país, obteniendo ganancias sobre los 4.000 millones de dólares y convirtiéndose en el segundo mayor exportador de salmón del mundo, hay una intención de expandirse a zonas más australes. La situación ha generado debate en Chile y por eso se mira con atención la decisión tomada en Argentina. “El proceso de elaboración de una nueva Constitución llevará al análisis del modelo económico extractivista en el cual se basa esta industria. Lo que tenemos que hacer es avanzar hacia la protección de los ecosistemas marinos frágiles, como son lagos, fiordos y canales”, explica Juan Carlos Viveros, miembro de la organización Defendamos Chiloé.