Trump tensiona Medio Oriente con su embajada en Jerusalén
La Autoridad Palestina rechaza la decisión y alerta sobre los risegos de trasladar allí la representación diplomática de Estados Unidos
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, realizó este martes llamadas telefónicas a los principales líderes de Medio Oriente, en relación con la polémica decisión de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel.
En Ramala, la Autoridad Palestina afirmó en un comunicado que, en su conversación, Trump informó a Abas “de su intención de transferir la embajada de Estados Unidos”.
Ante lo que el líder palestino le advirtió de las “peligrosas consecuencias de tal decisión sobre el proceso de paz, la seguridad y la estabilidad en la región y en el mundo”.
Un alto consejero de Abas, Nabil Chaath, ya había dicho también el martes que reconocer a Jerusalén como capital de Israel arruinaría los esfuerzos de Trump para alcanzar un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos.
El estatuto de Jerusalén es un asunto clave en el conflicto palestino-israelí, y ambas partes reivindican la ciudad como su capital.
Israel ocupó Jerusalén Este y Cisjordania en la guerra de los Seis Días en 1967. Más tarde se anexó Jerusalén Este, una acción que nunca ha sido reconocida por la comunidad internacional.
Israel reclama la ciudad entera como su capital indivisible, mientras que los palestinos aspiran a que el este de la ciudad sea la capital de su futuro estado. Donald Trump llamó por teléfono al rey jordano Abdalá II el martes por la tarde y le informó de “su intención de seguir adelante con el traslado de la embajada de Estados Unidos a Jerusalén”, dijo el palacio en un comunicado.
El texto añade que el rey Abdalá advirtió a Trump del “peligro de tomar cual- quier decisión fuera del contexto de una solución global que establezca un Estado palestino con Jerusalén Este como capital”.
“Jerusalén es la clave para alcanzar la paz y la estabilidad en la región y en el mundo”, incide el comu- nicado.
Según los analistas, el estatuto de Jerusalén es un asunto clave en el conflicto palestino-israelí, sobre todo cuando ambas partes reivindican la ciudad como su capital.