Ventajas de respetar la hora de almuerzo en el trabajo
Especialista afirma que comer en el puesto de trabajo puede afectar la salud y productividad
Chile es uno de los países de la Ocde que más horas trabaja a la semana, dado el ritmo laboral al que muchas veces se ven enfrentados los chilenos. Por eso se trata de ahorrar tiempo en todo orden de cosas, incluyendo la hora de almuerzo.
Ya sea comprando comida rápida o llevándola desde la casa, según la empresa de reclutamiento especializado Michael Page, se termina comiendo frente al computador, lo que es nefasto para la salud.
“Tomarse un tiempo, aun- que sea media hora, para alejarse del computador además de ser una práctica saludable, trae otro tipo de beneficios como, por ejemplo, aumentar la productividad, permite establecer relaciones sociales e, incluso, por un tema de higiene”, señala Iván Hinojosa, recruiment consult de Michael Page
El especialista explica algunas de las ventajas que trae consigo respetar sagradamente la hora de almuerzo durante el trabajo:
Tomarse unos minutos para que el cerebro se sienta despejado aumenta las posibilidades de desarrollar ideas nuevas y ser más productivo al retomar las funciones laborales” Iván Hinojosa, de Michael Page
Es casi imposible mantener la concentración durante ocho horas al día consecutivas. Es por esta razón que los expertos señalan que respetar las pausas durante la jornada es fundamental. Hinojosa recalca la idea de que “una mente liberada y descansada es más creativa. Tomarse unos minutos para que el cerebro se sienta despejado aumenta las posibilidades de desarrollar ideas nuevas y ser más productivo al retomar las funcio- nes laborales”. Por otro lado, compartir con los compañeros de oficina y hablar acerca de temas que no tienen relación con lo laboral, permite aumentar la afinidad entre ellos y mejorar las relaciones. El analista señala que “es una excelente oportunidad para aprovechar el tiempo de la comida para hacer networking y establecer relación con nuevos contactos profesionales”. Distintos estudios han demostrado que comer frente a una pantalla puede producir, a largo plazo, obesidad, dado que los alimentos no entran en provecho cuando se está trabajando, así como también podría producir enfermedades, como parkinson o alzheimer, producto de las vibraciones de las pantallas, las que, además, generan ansiedad. Por último, señala el ejecutivo, comer en el puesto de trabajo “es una cultura de lo más antihigiénica, pues nuestro escritorio es un constante foco de infecciones y suciedad; además, proyecta una pésima imagen para quienes pasan por el sector”.