Los discapacitados tardan 30% más al viajar en Santiago 15
Especialistas hicieron un llamado a la empatía con quienes experimentan dificultades de movilidad
tos más que el resto en hacer un trayecto, que representa 30% más que lo que tarda el resto de los ciudadanos.
Ese fue al menos el dato que entregó la segunda Medición de Accesibilidad Universal en Transporte Público de Santiago, que midió 27 viajes realizados ayer miércoles entre las 07:00 y las 09:00 desde diferentes puntos de la capital hacia la Plaza del Aviador, a la salida del Metro Salvador en Providencia.
La prueba, que fue organizada por el Departamento de Ingeniería de Transporte y Logística de la Pontificia Universidad Católica (PUC) y que contó con el apoyo de Teletón e Incluye 360, reveló específicamente que las personas con problemas en su vista tardan en promedio 20 minutos más que el resto de los ciudadanos, mientras que aquellos con movilidad reducida se demoran 15 minutos adicionales.
Patricia Galilea, académica de la Facultad de Ingeniería de la PUC fue una de las encargadas de revelar los resultados de este estudio. Según ella, los problemas que tienen ambos grupos de personas en situación de discapacidad son distintos y por lo mismo, los desmenuza.
“Las personas que tienen movilidad reducida muchas veces se encuentran con lugares que sí tienen ascen- minutos adicionales, en promedio, demoran quienes tienen movilidad reducida frente al resto de los usuarios del transporte sor, como el Metro, pero las personas que lo usan no son necesariamente aquellos que presentan una discapacidad. De hecho, muchos lo usan para trasladar cargas, porque llevan bolsas”, declara.
Agrega que está de acuerdo en que todos usen el ascensor pero advierte que “hay que ser conscientes en el uso con aquellos que tienen prioridad”.
Sobre las personas con problemas en la visión, afirma que las principales barreras están en la poca colaboración que existe por parte de otros pasajeros.
“Hay no videntes que pueden distinguir siluetas y a veces solicitan ayuda preguntando ‘¿hay alguien ahí?’. El tema es que muchas veces el resto se hace el tonto y no les contestan, no les ofrecen ayuda”, plantea.