El fatal desembarco de Fujimori en Chile: incluso se casó aquí
Alberto Fujimori sigue siendo una figura que despierta reacciones encontradas en su país. Pese al rechazo que genera el autogolpe de Estado que protagonizó en abril de 1992, en distintos sectores su presidencia es recordada por la derrota de los movimientos terroristas Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (Mrta), este último desarticulado en la operación que puso fin a la toma de la embajada de Japón, en abril de 1997.
Su régimen también consiguió estabilizar una economía sacudida por niveles récord de inflación.
Las violaciones de los derechos humanos marcaron su extenso gobierno, entre ellas las acciones protagonizadas por el “grupo Colina”, responsable de matanzas en 1991 y 1992 que dejaron decenas de víctimas.
Fue el descubrimiento de los manejos de su “mano derecha”, Vladimiro Montesinos, el origen de la crisis política que dio al traste con su régimen. Fue entonces cuando Fujimori usó como excusa su participación en cumbres internacionales en Asia para llegar a Japón y desde allí, vía fax, remitir su renuncia a la Presidencia, en noviembre de 2000. Lo favorecía su segunda nacionalidad nipona.
No obstante, su intención de volver al escenario político peruano lo llevó a protagonizar una arriesgada jugada. El 6 de noviembre de 2005 llegó sorpresivamente a Chile, en calidad de “turista” y a bordo de un jet privado desde Japón. Las autoridades chilenas ordenaron esa misma noche su arresto, en el marco de una orden judicial emitida en Lima.
La tensión generada por la inopinada visita del ex dictador llevó a que autoridades chilenas y peruanas incluso llevaran a cabo medidas militares de confianza mutua. Ello porque el episodio coincidió con la promulgación por el gobierno limeño, encabezado entonces por Alejandro Toledo, de una nueva delimitación de su dominio marítimo que generó molestia en Chile.
Entre esas medidas “de confianza” se contó la suspensión de maniobras militares.