AÚN SE BUSCAN 243.000
Pese a que la planificación apunta a conocer el paradero del armamento que alguna vez estuvo registrado, lo que no se aborda es un plan para las que ingresan al país de forma ilegítima y de las cuales no hay registro
Según el cine cada ranchero del Lejano Oeste portaba una pistola. Con esa lógica, habría que llenar de vaqueros cinco veces el Estadio Nacional para dimensionar cuántas armas existen en Chile sin destino conocido. ¿Cifras? Son al menos
243 mil que no tienen un paradero conocido. Y eso es lo que quiere revertir el Gobierno.
A través de la vía administrativa, según anunció el ministro del Interior, Andrés Chadwick, se buscará actualizar las bases de datos con una reinscripción que incluye un “perdonazo” para quienes tienen armas que alguna vez estuvieron registradas, pero a nombre de otros. También se relanzará el plan “entrega tu arma”.
Todo se enmarca dentro del Acuerdo Nacional por la Seguridad Ciudadana, presentado este jueves en La Moneda. Dentro de las
150 propuestas, hay 41 que apuntan a las armas.
En la presentación se indicó que hay 753.619 armas inscritas activas. De estas
“25.980 se encuentran extraviadas, 21.113 han sido robadas, 471 han sido hurtadas y un total de 186.448 asociadas a personas fallecidas”.
El acuerdo anuncia la posibilidad de que los poseedores ilegales de armas de fuego inscritas y quienes tengan armas no registradas puedan acceder a una “exen- ción de responsabilidad” si se registran.
Para las voces críticas, esto deja un vacío: las armas ingresadas a Chile no registradas. Esto considerando que en 2017 Carabineros obtuvo 2.403 armas en operativos y muchas de ellas eran hechizas, ingresaron por pasos irregulares o no estaban registradas.
Uno de los suspicaces es el diputado Leonardo Soto (PS) de la Comisión de Constitución y Legislación Para él, hay que realizar modificaciones más grandes que las administrativas para solucionar el problema.
“Hay medidas que tuvieron su utilidad práctica que permitieron regularizar armas de personas que heredaron estas unidades por fallecimiento del titular o bien, para también normalizar las de caza y deporte. Pero estas medidas ya cumplieron todo su potencia. Lo que se requiere es más que fiscalizar el armamento en manos de particulares, se requiere una autoridad fiscalizadora robusta, con recursos humanos y económicos”, afirma.
Desde la academia, el doctor en Ciencia Política y profesor de la Utem Máximo Quitral recalca que las políticas de Estado en esta materia, históricamente, han fallado.
“Hay un punto que hay que dilucidar: ¿cuán efectivas han sido las políticas públicas para tener un control y catastro de las armas? Si tenemos grupos y bandas que han logrado controlar un armamento de alto calibre, sin el seguimiento de nuestras policías, es por que algo está fallando en estos organismos”, reflexiona el profesor.