La lucha del metro de Viena contra los olores 35
Según los usuarios, el fuerte olor que se siente al subir al metro de la ciudad de Viena, en Austria, es producido por la cantidad de comida que se consume en los vagones y por el sudor corporal de la gente.
“Me incomoda mucho el olor de ciertos alimentos, pero creo que el problema real es el sudor de la gente”, admite Susanna, una pasajera habitual.
Por ello, la empresa de transportes, Wiener Linier, ha repartido 14 mil desodorantes entre los pasajeros y además estudia la prohibición de ciertos alimentos, como pizza o kebab, en los vagones.
Según una encuesta realizada por la emisora pública ORF, un 77% de los pasajeros está a favor de prohibir las comidas en los vagones del metro, algo ya en vigor en otras ciudades del mundo, grados ha llegado a alcanzar cada vagón en medio del bochorno del verano en Austria como Berlín, Singapur y Hong Kong.
El plan es, de momento, probar la medida únicamente en la línea U6, la más antigua de Viena, que recorre en su mayor parte tramos descubiertos, por lo que los vagones se calientan más, situación agravada en los trenes que no tienen aire acondicionado, cerca de un tercio del total.
En medio del bochorno que vive Austria este verano, se han llegado a registrar 35 grados centígrados en esos convoyes.