Debate en Chile por prohibición de padres “metiches” en EEUU
“Fue como un golpe en el estomago”. Con esa frase describió Jessica Xu, apoderada de un colegio en Connectitut, Estados Unidos, cuando se enteró de la prohibición que comenzaba a regir en ese mismo momento en el establecimiento: los padres ya no podrían ingresar a las cafeterías para visitar a sus hijos durante horas de clases.
La decisión de la superintendencia del estado del este del país provocó todo un debate en torno a los padres “metiches”.
“Nosotros creemos que las escuelas existen para los niños, y trabajamos en darles las habilidades necesarias para crezcan comprometidos con otros miembros de la sociedad”, aseguró Tara Ochman, directora de la secundaria Darrien, respecto de la polémica.
A pesar de que la prohibición para los apoderados ocurre a miles de kilómetros al norte de nuestro país, la situación en algunos establecimientos de esta parte del mundo, en que los apoderados tienen puerta libre para entrar y salir del colegio, podría generar el mismo debate que corre por los pasillos de las escuelas estadounidenses.
Jaime Veas, decano de la Facultad de Educación de la Universidad Central, asegura que la familia es una parte importante de la formación de un niño y que deben ser parte de la comunidad escolar. Sin embargo, el académico sostiene que ve con buenos ojos regular la participación de los apoderados dentro del establecimiento.
“La presencia de los pa- dres puede generar confusión en los estudiantes en el sentido de la autoridad. El niño tiene que desarrollarse como individuo y no como una extensión de los papás”, comenta.
Por su parte, la directo- ra de Educación General de la Universidad Andrés Bello, Norma Drouilly, comparte la visión del decano.
“La participación de los padres es importante, pero en instancias que en realidad sean un aporte. No estoy de acuerdo con que estén en los colegios sin ninguna función. Es importante que los niños puedan estar en la escuela en espacios de autonomía”, expresa
Ambos especialistas creen que los aspectos que pesan sobre los apoderados para quedarse más de lo necesario puede ser la falta de confianza con las instituciones o un sentimiento sobreprotector con los menores.