Así serán los dos nuevos satélites chilenos
Suchai II y III Pesarán hasta cuatro kilos cada uno, estudiarán la ionosfera y tendrán la capacidad de navegar por su cuenta, gracias al control desde tierra
Llega el momento crucial en el Laboratorio de Exploración Espacial y Planetaria del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la U. de Chile. Ahí, se ultiman los detalles de los dos nuevos satélites chilenos, los Suchai II y III, y que irán a hacerle compañía al Suchai I que ya orbita el espacio hace más de un año.
Esta vez, la U. de Chile trabaja con el departamento de física de la U. de Santiago, alianza que espera lanzar a la ionosfera un proyecto que tiene seis veces la envergadura del primer satélite.
“En estos momentos estamos al 90% de avance”, dice Marcos Díaz, profesor responsable del laboratorio y académico de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas. Eso sí, asegura, el 10% restante es el más importante, ya que ahí es “donde empiezas a encon- trar los problemas, donde al momento de terminar de ensamblar puede que tengas que ajustar las piezas”, dice.
Los nuevos satélites tendrán la misma función que el primero: estudiar la ionosfera. Sin embargo, lo harán a una escala mucho más sofisticada. Esto porque el primer ejemplar era un único módulo de 10x10 centímetros, en cambio ahora serán seis, aunque agrupados en dos grupos de tres. Se estima que cada uno llegará a pesar hasta cuatro kilos.
“En un principio son casi gemelos, pero cada uno también podrá hacer experimentos distintos. Por ejemplo, uno de ellos ten- drá la capacidad de liberar unos satélites más pequeños. En un principio liberaría dos, aunque nos gustaría que fueran cuatro”, explica.
La investigación de la ionosfera y magnetosfera ya tienen una importancia científica, pero Díaz destaca que ahora cobra más valor. “En esta capa de la atmósfera ocurren fenómenos que producen bloqueos de algunas señales electromagnéticas y afecta a las comunicaciones vía satélite y el posicionamiento global”, explica. Por ejemplo, se podría pulir la tecnología para masificar vehículos autónomos de toda clase
Los nuevos artefactos, contarán con el desarrollo de un detector de partículas de alta energía y un sistema de cuatro antenas plegables para modificar, en el espacio, el haz electrónico que hará comunicación con la base en tierra.
“Una vez listo, debemos esperar hasta conseguir una fecha de lanzamiento. Puede tomar meses o hasta dos años, pero podemos aprovechar ese tiempo para pulir más nuestros satélites”, sostiene Díaz.