Familia de niña mártir de la caravana niega la versión de EEUU
Padre de la pequeña guatemalteca Jakelin Caal, muerta mientras intentaban cruzar la frontera hacia Estados Unidos junto a la caravana de migrantes, contradice la versión entregada por el gobierno de Donald Trump
Tenía apenas siete años, era guatemalteca y junto a su padre, Nery Caal, y otras 160 personas buscaba cruzar la frontera estadounidense.
Junto a ellos fue arrestada por la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos en Nuevo México el pasado 06 de diciembre, un día antes de ser abatida por la fiebre, la deshidratación y los vómitos, hasta que finalmente falleció.
Jakelin Caal era su nombre, y su historia ha conmovido a todo el mundo, especialmente a quienes miran atentos la caravana de migrantes. Sobre todo por lo distinto de las versiones que rodean el caso, más contradictorias aún después de que este fin de semana habló su familia.
“La niña murió delante de su padre sin que él pudiera hacer nada”, dijo este sábado la madre de la menor en una conferencia de prensa en Texas.
“El padre cuidó de su hija, no sufrió falta de agua ni de comida antes de llegar a la frontera”, aseguró el vocero de la familia.
Esto se contrapone a la versión entregada por la Patrulla Fronteriza, que acusa responsabilidad al padre de la menor por no avisar en los formularios previos que Jackie necesitaba atención médica.
Según la versión de la Patrulla Fronteriza y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, los uniformados habrían hecho todo lo posible para salvar a la niña, pero ella sufría los estragos de caminar por el desierto por tres días.
En este punto la familia señaló que la pequeña no caminó por el desierto y que se encontraba con buena salud e hidratada.
Además, acusaron que lo documentos médicos estaban en inglés y el padre de la menor se comunicaba con los agentes en español, a pesar de que acostumbraba hablar diariamente el dialecto maya q’eqchi.
Se quedó esperando atención que le salvara la vida
Debido a la primera respuesta del formulario, donde se indicó que Jakelin no necesitaba permanecer en un recinto de salud, sino que con la población general, es que padre e hija tuvieron que esperar que el único bus llevara al primer grupo de personas desde la base de operación en Londsburg hasta la estación más cercana a casi ciento cincuenta kilómetros.
Cuando fue su turno de embarcarse eran las 4:30 de la mañana.
Jackelin comenzó a vo- mitar a las 5:00 y no recibió atención médica.
A las 6:30, cuando la atención médica llegó, la menor ya no respiraba.
Luego, fue trasladada en helicóptero por personal del hospital texano El Paso.
Al mismo tiempo que su padre era llevado vía terrestre. Jakelin fue diagnosticada con inflamación cerebral y la causa de muerte fue una insuficiencia hepática.
“Los agentes involucrados están profundamente afectados y sienten empatía con el padre por la pérdida de su hija”, dijo el comisionado McAleenan.
Tolerancia cero del gobierno de Trump
Organizaciones de derechos humanos y migrantes exigen transparencia en la investigación, y apuntan al gobierno de Trump.
“Perdió la vida debido a la política de cero tolerancia de Trump. Es el último grito de la desesperación que viven cientos de familias que arriesgan su vida intentando cruzar a Estados Unidos”, dijo a medios mexicanos Gabriela Castañeda, vocera de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos. Por el lado legal, el Departamento de Seguridad Nacional estadounidense abrió una investigación y los líderes del Congreso anunciaron el inicio de otra. Personalidades políticas también se han expresado sobre el caso. “Una niña de siete años no debería morir de deshidratación y shock bajo custodia de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza”, comunicó a través de Twitter el senador demócrata Chuck Schumer. Se programó una autopsia para la pequeña y sus resultados podrían tardar semanas, indicaron las autoridades.
“Es una situación trágica y horrenda. Ojalá haya leyes de sentido común que desalienten a las personas de viajar a la frontera” Hogan Gidley, portavoz de la Casa Blanca