Teorías del ataque
Durante décadas, los residentes de Bogotá vivieron con el temor de ser víctimas de ataques con bombas por los rebeldes izquierdistas o el cártel de Medellín de Pablo Escobar. Sin embargo, al tranquilizarse el conflicto en Colombia, la seguridad ha mejorado y los ataques son menos frecuentes.
Aunque al cierre de esta edición las autoridades todavía debían determinar los motivos tras el “acto terrorista”, la atención se centró en los rebeldes del izquierdista Ejército de Liberación Nacional (ELN), que han intensificado sus ataques contra policías en Colombia durante un punto muerto con el conservador Duque sobre cómo reanudar las conversaciones de paz.
Durante mucho tiempo, el ELN fue considerado una amenaza militar menor ante las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), cuyos siete mil guerrilleros fueron desarmados bajo el acuerdo de paz de 2016.
Sin embargo, al alba del acuerdo de paz, la insurgencia ha ganado fuerza, sobre todo en la frontera oriental con Venezuela, en donde ha perpetrado una serie de ataques con bombas a oleoductos y secuestros. Eso ha endurecido la determinación de Duque de negarse a
reanudar las conver- saciones de paz, suspendidas desde agosto.
Otros posibles responsables incluyen al cártel Usuga del país, que ha sufrido una serie de reveses por parte de la policía, y miembros disidentes de las Farc.
Ariel Ávila, un analista que investiga la violencia, dijo que en los últimos cuatro años se han registrado 28 ataques con explosivos en la capital. Si bien en la mayoría de los casos se trataba de materiales caseros que provocaron daños pero no víctimas, sostuvo que es necesario reforzar la inteligencia policial y los retenes en torno a la ciudad como medida preventiva. “Tenemos que volver a reforzar la ciudad”, dijo a Blu Radio.