Se lo devolvemos porque no funciona...
En un mercado más intermedio, con empresas de menor tamaño, también se empezaron a incorporar a la automatización –ya a partir del 2000- otras industrias como los frigoríficos, las plantas de tratamiento de aguas y los procesadores de plástico.
Sobre el particular, Raúl Cobo comenta que “uno de los proyectos importantes que tuvimos en esa época fue con un frigorífico en Maule. Nosotros le vendíamos los PLC (controlador programable) a una persona que suministraba los elementos para los tableros (...) era una muy buena venta, más allá de no estar en directa relación con el cliente final”.
“Pero como a los 6 meses me llegó una carta del frigorífico, indicando que me iban a devolver todos los equipos, porque al parecer eran experimentales y no servían para lo que necesitaban (...) la persona a cargo me dijo que no sabía por qué los instrumentos no funcionaban, pero que le estaban solicitando el cambio. Fui con mi computador y al conectarme a los PLC comprobé que no tenían instalado ningún programa”.
“Habían contratado a alguien para ver ese tema, a un alumno del Inacap, quien me planteó que él no sabía programar los equipos que yo vendía y por eso quería reemplazarlos por unos de otra marca. Para no perder el negocio, me ofrecí a programarlos yo mismo (...) nos pusimos a trabajar de corrido noches completas, pero logramos completar la tarea con éxito para el día 21”, concluye.