ByN busca arietes criollos
atacante modificó de gran forma los planes de los dirigentes y también del entrenador, quien, considerando que Gaete estaba en el plantel, había solicitado un refuerzo más y ahora deberá buscar más opciones para la zona ofensiva.
Para el Comandante es primordial contar con otro jugador por las bandas y también con un delantero polifuncional, que pueda acomodarse a cualquier sector del ataque.
Sin embargo, la tarea no será fácil para Espina, ya que luego de no vender a Matías Zaldivia a Arabia Saudita, debe buscar entre los jugadores chilenos, por no contar con cupos para extranjeros.
Por lo mismo, la llegada del panameño Gabriel Torres, quien había sido sondeado y por el que ha- bía avanzadas negociaciones, no se pudo concretar. Ante este panorama, el nombre de Javier Parraguez sigue en carpeta y se espera poder sellar el traspaso esta semana. Otro que también quedó descartado fue Leonardo Valencia, por el alto costo de su pase. En el Botafogo, club dueño de su carta, no estaban dispuestos a cederlo a préstamo y sólo lo dejarían partir con una venta, lo que hizo que ByN desistiera de su contratación. El escenario parece complicado para Espina y compañía, pero deberán rebuscarse para cumplir el deseo de Salas de tener a sus últimas contrataciones antes de que finalice enero.
En realidad, son las manos del Tati, ésas que impidieron durante 1.352 minutos del Clausura 2005 que la pelota entrara en el arco de Universidad Católica, quedando en la historia no sólo del club y del fútbol chileno, sino del balompié mundial, con el quinto récord de imbatibilidad más extenso del planeta en ese entonces.
Ahora sí es una sola mano, la derecha, con la que detuvo el penal de Waldo Ponce en la definición desde los 12 pasos ante Universidad de Chile en ese mismo torneo, para que la UC se consagrara campeona en la cara de su archirrival y el arquero se transformara en ídolo cruzado.
A mediados del 2010, pasa a ser más importante su muñeca, cuando Cruzados lo designa como gerente técnico, gestión que empieza con éxito gracias al título conseguido en el campeo- nato largo de ese año con Juan Antonio Pizzi en la banca.
A la mitad del 2011, sus manos le sirven para taparse el rostro, cuando la misma U que le permitió entrar a la galería de ídolos cruzados le gana al equipo dirigido por Macanudo una final increíble, dando inicio a uno de los períodos más oscuros de la institución, con José María fuertemente criticado por los fichajes, una dirigencia que no se mete la mano al bolsillo y los segundos lugares como maldición.
En el 2016, el santafesino logra doblarle la mano a los cuestionamientos contratando a un Mario Salas que le entrega a la Franja su único bicampeonato, apelando a refuerzos traídos como agentes libres, a incorporaciones de última hora y a jugadores llegados a préstamo, incluso, desde los archirrivales, fórmula que también le resulta con Beñat San José. “La mano del Tati”, ésa que lo hizo pasar de la idolatría al odio entre los hinchas de la Cato, pero que actualmente lo encuentra en su mejor momento como dirigente, armando un plantel de lujo.
Ayudada por las platas de la participación en la Libertadores y de la venta del CDF, la concesionaria parece dejar atrás su imagen de “mano de guagua”.
Eso sí, si hay algo que no se le puede reprochar a la directiva es su infranqueable respaldo al argentino en los tiempos de crisis, ya que mientras Blanco y Negro y Azul Azul cambian de director deportivo como quien se cambia de ropa y gastan millones en “reforzarse”, el transandino ya va por los nueve años en San Carlos, haciendo malabares con presupuestos acotados y consiguiendo cuatro estrellas bajo su administración.
Pulgar hacia arriba para Buljubasich.