Apenas 13 % de océanos del mundo se mantiene como una “zona virgen”
Un nuevo estudio que examina los efectos de estrés provocado por los humanos sobre el medio marino muestra que sólo el 13% de los océanos puede aún ser considerado silvestre. Gran parte de estas zonas se encuentran en alta mar y en los polos, menos del 5 % están protegidas y el cambio climático y los avances tecnológicos podrían amenazarlas
Un nuevo estudio ha encontrado que los humanos han acabado con la mayoría de las zonas vírgenes de los océanos del mundo.
En el primer mapa mundial de los impactos de los humanos sobre los medios marinos, un equipo de científicos de Australia, Canadá y los EEUU demostró que quedan muy pocos rincones del mundo que no se hayan visto afectados por el transporte marítimo, la minería y la pesca comercial. Solo un 13 % de los océanos del mundo retiene ecosistemas intactos y están libres de estos impactos. Y del restante entorno silvestre bajo el agua, menos del 5 % está protegido.
“Sabemos lo valiosos y únicos [que son] los lugares en el océano que no tienen altos niveles de actividad humana”, dijo Kendall Jones, un científico conservacionista de la Wildlife Conservation Society (Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre), en una entrevista. Son el hogar de una amplia variedad de seres vivos, entre ellos muchos de los mayores depredadores del océano, añadió.
Pero a diferencia de nuestro conocimiento de cómo ha desparecido la naturaleza silvestre en la tierra, “no
“No estamos diciendo que haya lugares que no merecen protección o medidas de conservación. Argumentamos que también es importante salvar aquellos lugares silvestres que todavía funcionan como si lo fueran”
Kendall Jones, un científico conservacionista de la Wildlife Conservation Society
teníamos un mapa mundial real de dónde están esas zonas” en el océano, dijo Jones.
Para desarrollar ese mapa, Jones y sus colegas trazaron las zonas de 19 “factores de estrés” humanos en los océanos del mundo, que van desde la pesca intensiva y el transporte marítimo hasta los factores terrestres como la escorrentía de fertilizantes. Luego examinaron a fondo una resolución de 1 kilómetro cuadrado (0,4 millas cuadradas) y escogieron los lugares en el medio marino que exhibían el menor impacto combinado. Esos lugares equivalían a 54 millones de kilómetros cuadrados
(21 millones de millas cuadradas), o 13,2 % del medio marino.
El equipo también se centró en 16 áreas diferentes en los océanos y descubrió inmensas disparidades en la distribución del entorno silvestre marino. Por ejemplo, partes de los océanos Índico y Pacífico ocupan más de
16 millones de kilómetros cuadrados ( 6,2 millones de millas cuadradas) de zonas silvestres. Pero el área alrededor del sur de África tiene menos de 2 mil km2 ( 772 millas cuadradas) de zonas silvestres.
El estudio, publicado el 23 de julio en la revista Current Biology, destaca la singularidad - pero no la ausencia total- del entorno silvestre marino cerca de poblaciones con alta densidad humana y las zonas costeras. También en estos lugares es donde se encuentran muchas áreas marinas protegidas. Aún podrían albergar especies en peligro de extinción o ecosistemas amenazados, como los arrecifes de coral, dijo Jones, pero muy pocos pueden ser aún considerada zonas silvestres.
“No estamos diciendo que haya lugares que no merecen protección o medidas de conservación. Argumentamos que también es importante salvar aquellos lugares silvestres que toda- vía funcionan como si lo fueran”, dijo.
Las mayores concentraciones de entorno silvestre aparecen en los polos y en alta mar. De hecho, el desafío de atravesar el hielo marino alrededor de la Antártica y el Ártico y las inmensas distancias que se deben viajar para llegar a puntos distantes en el mar abierto han protegido estas zonas.
Pero Jones dijo que los avances tecnológicos estaban permitiendo a los humanos adentrarse más a fondo en los océanos en busca de pescado. Y el cambio climático está derritiendo los hielos marinos, lo que abre nuevas partes del Ártico, en su día inaccesible, a la pesca y la minería en busca de recursos naturales. Esas amena- zas inminentes al entorno silvestre marino sugieren que puede que necesitemos cambiar el rumbo en la protección de estos lugares, dijo Jones.
Jones dijo que otro problema es que más de la mitad de toda la pesca en alta mar está subvencionada. “El gobierno financia estos barcos para que vayan y pesquen en lugares muy remotos, algo que de otra manera no sería posible”, dijo Jones.
Los autores apuntan que la ONU está refinando los detalles para el “Acuerdo de París para los Océanos” mundial. El pacto, jurídicamente vinculante, está orientado a proteger la biodiversidad en mar abierto, y esperaba que estuviese listo para ser firmado en el 2020.