Sueldos para cesantes: la revolucionaria idea de Finlandia que al final no resultó
Primeros resultados del experimento realizado en el país europeo no generó -tal como se esperaba- cambios en el mercado laboral, mientras expertos en Chile plantean sus dudas y divergencias con la propuesta
La idea era, por decir lo menos, llamativa, pero un país con el nivel de desarrollo de Finlandia quizás se podía dar el lujo. La nación escandinava llevó adelante un programa piloto de política social que consistía en entregarles un salario base a los desempleados.
Así, entre 2017 y 2018, cerca de dos mil personas que se encontraban cesantes recibieron mensualmente 560 euros -414.500 pesos chilenos aproximadamente-, en vez del tradicional seguro de desempleo.
Se planteó que la idea haría ahorrar dinero al estado finlandés, al simplificar la ayuda social en un solo monto con menos burocracia, además que se planteaba que las personas beneficiarias buscarían empleo con un sostén para mantenerse en ese intertanto.
Transcurrido el período del plan piloto, Finlandia ya presentó las conclusiones preliminares, y el resultado no fue muy alagüeño. Según señalaron los investigadores que realizaron el estudio, las personas que recibieron el ingreso no quedaron ni mejor ni peor que aquellos cesantes que seguían buscando un puesto de trabajo. Sólo se constató que los beneficiarios estaban menos estresados y presentaron menos problemas de salud.
Si fue exitoso o no el modelo se puede inferir en la decisión del gobierno de ese país. Pirkko Mattila, ministro de Asuntos Sociales y Salud de Finlandia, descartó extender la iniciativa.
Roberto Saavera, académico de la Escuela de Negocios de la U. Mayor, indica que los detractores de este programa señalaban que debía tener un foco acotado, “para que fuese un incentivo y no una señal que le está dando la economía a que las personas tienen cubiertas sus necesidades básicas, y no hay incentivos a que sean más competitivos”.
Una visión distinta tiene María José Becerra, directora de Ingeniería Comercial de la Universidad Central, quien no es tan categórica con los resultados, ya que se subra- ya que sí se logró uno de los objetivos y que era lograr un bienestar entre los beneficiarios. “El estudio muestra que sí los ciudadanos se sintieron mejor y estuvieron más preparados para ir a buscar empleo”, afirma. A su vez, la también economista London School of Economics, recalca que “para Finlandia se entiende que vivir sin empleo y en vulnerabilidad es un derecho que está siendo vulnera- do, por lo tanto ellos generan políticas o están probando políticas de cómo se financia este derecho”, sostiene.
Saavedra también hace hincapié en ese modelo cultural y social de este tipo de países. “Finlandia experimentó con esto para saber si podía potenciar más a estas personas o darles más bienestar. Ellos tienen una cultura distinta, buscan que la gente sea más feliz y que su vida sea más comunitaria”, subraya.
En Chile ¿algo parecido?
Guardando las proporciones ante diferencias tan evidentes que hay entre Chile y el país escandinavo, por nivel de economía y desarrollo, ambos especialistas tienen visiones opuestas sobre plantear una política parecida acá.
Cuando el Gobierno estudia cambios laborales como el modelo de indemnización por años de servicio, para Becerra, nuestra sociedad podría ponerse de acuerdo en cómo se generan los recursos para generar este ingreso, un pacto social y pone un ejemplo.
“Ya lo hemos hecho en Chile, por ejemplo cuando en 2008 la presidenta Michelle Bachelet hace un cambio en las pensiones y se genera el pilar básico solidario, con la pensión básica solidaria. Ahí tienes un súper buen ejemplo de cómo es posible financiarlo, de cómo los chilenos nos podemos poner de acuerdo”, asegura la académica.
Saavedra hace una propuesta más sobria para acercarse de alguna manera a lo que se proponía en la nación europea, pensando en el actual seguro de cesantía, que “podría tener una leve mayor amplitud sin desincentivar que la persona busque trabajo y sin encarecer tanto las planillas de costo de las empresas”.
“Para Finlandia se entiende que vivir sin empleo y en vulnerabilidad es un derecho que está siendo vulnerado” María José Becerra, directora de Ingeniería Comercial de la Universidad Central