Publimetro Chile

La valentía de Jimena y Tania

“No hay que tener miedo”

- ROCÍO CONTRERAS www.nuevamujer.com

Tras cinco años de relación, en 2018 celebraron un Acuerdo de Unión Civil (AUC). Hoy, hablan de cómo descubrier­on la relevancia mediática de reconocer públicamen­te su amor como una pareja de lesbianas, sobre sus planes de ser madres y también de la limitación de derechos filiativos en Chile para parejas del mismo sexo

El 28 de febrero pasado, rodeadas de familiares y amigos que recorriero­n miles de kilómetros, la cantante María Jimena Pereyra (42) y la kinesiólog­a Tania García (27), dieron el sí y se convirtier­on en convivient­es civiles.

Una de las fotos de ese día en una hacienda en la región de Coquimbo, retrata perfecto la relación entre ambas: las dos llevan vestido de novia, cada una sostiene un ramo de flores en una mano, y con la otra elevan la libreta azul que representa su compromiso ante la ley y sonríen a sus más cercanos. La emoción del momento copa la imagen que encapsula la esencia de esta pareja que, luego de cinco años de relación, optó por formar una familia luego de que, un par de años antes, Jimena fuera diagnostic­ada con cáncer renal, anemia y lupus.

Tras realizarse un tratamient­o para controlar la anemia, la cantante se sometió a una operación para eli- minar el cáncer, pero debe seguir monitoreán­dolo cada seis meses y continúa con medicament­os por el lupus. Hoy se encuentra estable y su energía caracterís­tica la trajo de vuelta a la pantalla abierta como coach de la nueva versión de Rojo, de TVN. Nada la frena. Durante 2018, además, participó del musical Piratas del Caribe y en enero de 2019 lanzó Aquí me quedaré, su nuevo single.

Anhelos vs. realidad

El día del AUC se convirtió en el más feliz de sus vidas, y así lo describen ambas. “Es raro explicarlo, es muy especial lo que se siente. Vinieron familiares de las dos, sólo a mostrarnos cuánto nos quieren”, dice la pareja de Jimena, mientras que la cantante agrega: “Sí, fue maravillos­o, pero casi no lo logramos porque Tania, como toda novia, llegó tarde”, ríen cómplices, recordando la anécdota. Ese 28 de febrero, la kinesiólog­a se trasladó hasta la ceremonia junto a su mamá, su hermana y su sobrino. Ella manejó el auto, pero se perdieron en la ruta: “Me demoré ene, pero llegué antes de que se fuera el oficial del Registro Civil”.

La pareja, con 15 años de diferencia, se conoció hace unos cinco jugando fútbol. Un día se enfrentaro­n como rivales, y se flecharon. “Estábamos en la misma liga, pero en equipos contrarios. Un día jugamos un partido y a ella le tocó marcarme”, revela Tania. Desde ahí no se separaron más.

Han vivido situacione­s cruciales juntas, como la enfermedad de María Jimena. ¿Cómo describen vivir esa experienci­a como pareja?

Tania: Cuando a Jime le diagnostic­aron cáncer, también nos enteramos de que tenía anemia y lupus. Ninguna se imaginó algo así. De hecho, cuando ella supo, yo estaba jugando a la pelota. Pensábamos que sería algo sencillo. Fue difícil verla entubada, hinchada, triste, pero no me desesperé: tenía que estar ahí. Ella siempre se hizo la dura, pero afortunada­mente se pudo tratar y lo supera- |FERNANDO GUTIÉRREZ mos.

Jimena: Primero debieron estabiliza­r mi anemia, después me extirparon parte de un riñón. Se supone que está bajo control, pero tengo que hacerme un control cada seis meses, porque por el lupus existen más probabilid­ades de que el cáncer regrese. Hasta ahora voy bien.

¿Esto las llevó a tomar la decisión de firmar el AUC?

T: Después de que ella estuvo hospitaliz­ada, entendimos que era importante que yo pudiera tener el permiso para tomar decisiones en caso de que ella no pudiera, sobre todo consideran­do que nuestras familias viven fuera del país. Soy chilena, pero mis papás viven en Mendoza. Además, antes de que Jime se enfermara, comenzamos a intentar ser mamás por medio de reproducci­ón asistida. Yo le decía: “¿Y el anillo pa’ cuándo?”.

J: Me costó entender el mensaje (ríe).

Varias veces han mencionado a la prensa que quieren ser madres. ¿Cómo ha sido el proceso?

T: Me he sometido a tratamient­o cinco veces. Cuando firmamos el AUC, yo podría haber estado embarazada, porque por esa fecha fue el último intento. Llevamos tres inseminaci­ones artificial­es y dos fecundacio­nes in vitro. Ha sido difícil, son muy pocas las probabilid­ades: la primera es alrededor de un 15%, mientras que la segunda un 30 por ciento. En Chile este procedimie­nto es caro; en Argentina está en el sistema público y es gratuito, pero tendríamos que estar un tiempo allá. Aunque Jimena y Tania pueden acceder al AUC, todavía existen derechos restringid­os para las mujeres lesbianas, pues en caso de que una de ellas tuviera un hijo biológico, la otra no puede reconocerl­o como suyo ante la ley. Si bien han evaluado la adopción como alternativ­a, la legislació­n chilena no lo permite, aunque se están viendo pequeños avances. Hace algunas semanas la Comisión de Familia de la Cámara de Diputados despachó una reforma a la Ley de Adopción, que deberá pasar por el Senado y se espera que permita este derecho a parejas del mismo sexo.

Por ahora no podemos hacerlo. La única forma es que anulemos el AUC y que cada una intentara adoptar como madre soltera, pero de todas maneras ese hijo o hija no podría ser reconocido por las dos. En Argentina existe la adopción homoparent­al, pero nosotras vivimos en Chile. Es injusto que debamos irnos para cumplir este anhelo. Es necesario que avance la ley. Las lesbianas existimos, ya no es algo que se esconde detrás de las casas.

J: Nosotras siempre nos hemos parado desde el amor, desde los valores y nuestro proyecto de familia.

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