Medidas urgentes
Los científicos indican que aún es posible tomar medidas, pero ya. Cristián Frene, investigador del IEB, desecha la idea de una carretera hídrica, opción que baraja el MOP.
“Es una falacia decir que el agua sobra en algún lugar de Chile”, indica. Además del costoso gasto, su puesta en marcha afectaría a los ecosistemas terrestres, acuáticos y el borde costero en torno al río Bío Bío. “Ese caudal que llega al mar no se pierde, sino que es fundamental para todos los procesos ecológicos que ocurren en el borde costero”, dice.
Patricio González, agroclimatólogo de la U. de Talca, dice que la construcción de embalses “es la solución para las personas del 2050”. Propone echar mano de inmediato a las aguas subterráneas. “Lo que se tiene que hacer es un mapa hidrogeológico de todas las aguas subterráneas de la zona central de Chile. Se desconoce el potencial, pero sabemos que está. Con eso se puede extraer agua con pozos profundos, pero de una manera bien pensada”, afirma.
Frene plantea que el “Estado retome el control de la gestión del agua y fiscalice la sobreexplotación de los privados”, además de modernizar el código de aguas para establecer dos prioridades: el consumo humano y las actividades de producción básicas de las comunidades.
Otra medida debería ser el llevar el riego tecnificado del 30% al 90% en la agroindustria, en un plazo no mayor de 3 años, dice González, y potenciar el surgimiento de acciones alternativas, como fomentar la reutilización de aguas grises y negras o la desalinización del agua, propone Frene.
“Las regiones no tienen los suficientes recursos, menos las comunas. La realidad es que Chile no tiene los recursos para enfrentar la escasez hídrica. Sería sensato declarar al país en emergencia climática y pedir ayuda al Banco Interamericano de Desarrollo o créditos extranjeros. Esto nos pilló tan violentamente que no tenemos los recursos para la mitigación·, señala el agroclimatólogo.