Mon Laferte libera al “Monstruo”
Anoche, a diferencia de la jornada inaugural, sí se escucharon por televisión los cánticos del público, especialmente contra Sebastián Piñera y Carabineros. Javiera Contador logró conquistar en el humor.
En la noche femenina, la de los pañuelos verdes en la Quinta Vergara, Mon Laferte abrió la jornada con el público en el bolsillo, que a las pocas canciones ya pedía la Gaviota. Pero uno de los momentos que quedarán más grabados fue ese en el que la cantante quedó en silencio para que escuchar a la gente gritar... Y a diferencia de la primera noche, esta vez si se escuchó. Muy fuerte.
Cánticos contra Sebastián Piñera y Carabineros, que esta vez se sentían perfecto en la transmisión, marcaron esos minutos, tras los que siguió un discurso de ocho minutos de la cantante.
“Si me tienen que llevar presa por lo que pienso, llévenme presa”, dijo en otro momento, en alusión al conflicto con Carabineros por unas declaraciones.
Eso y más se escuchó fuerte y claro, no como en la jornada inaugural. ¿Qué pasó esa la primera noche?
Intencional
Algunos hablaron de pésimo sonido; otros, que la producción del Festival le puso un ‘bozal’ al “Monstruo”; y un grupo no menor, incluso lo tildó de censura. Pero no escuchar al público marcó el primer día. Los expertos apuntan a la intervención.
Marcelo Ortuya fue uno de los asistentes a la jornada. Según cuenta a Publimetro, “la mayor manifestación del público fue en la previa, todos gritaban ‘Chile despertó’”. Tras eso, el público se habría mantenido tranquilo, hasta Stefan Kramer.
“La gente volvió a gritar harto, también porque Kramer lo proponía. Las pifias cuando imitaba a políticos fueron muy fuertes, y ni que hablar cuando la Quinta reventó con ‘el que no salta es paco’. Obviamente no me enteré allí que en la tele no se escuchaba nada”.
Mauricio Castañeda, docente de la U. de Las Américas y chileno que estuvo en carrera en los Oscar -edición de sonido en el documental The Edge of Democracydice que hubo “una clara diferencia entre un show y otro (...) En el primero se oían claramente a los 15 mil espectadores, pero en el segundo no era así”.
Para Castañeda, dicha decisión , más que del equipo de sonidistas, “pasa por una decisión editorial”.
“Se tiene que escuchar el público, si no, parece una grabación de estudio. Se podrá bajar el nivel de la microfonía ambiental, pero es casi imposible silenciar a 15 mil personas”, opina.